Efectivamente, un espacio comunicativo está destruido cuando asume que la cosa que genera es un pequeño daño colateral inevitable, un mal menor inherente al propio ejercicio de la "libertad de expresión" que hay que aceptar resignadamente y con la cabeza gacha; cuando los que repudian la cosa se callan cobardemente y no alzan su voz por temor a enemistarse con el mainstream del foro y piensan que cualquier injuria es aceptable excepto la de ser señalados despectivamente como "Flanders"; cuando el común acepta que la cosa no pasa de ser una travesura inofensiva de cuarentones que no han superado la fase traseril y que sólo tiene el propósito de arrancar una sonrisa burlona a los cínicos que han perdido toda capacidad de tomarse en serio a sí mismos o a los demás, etc... cuando todo ello se verifica sin tapujos es un indicio que permite afirmar categóricamente que, en efecto, se han cargado el foro.
Cuando la inercia de la cosa confesadamente destructora y violenta acaba autodestruyéndose a sí misma para reciclarse y volver a reiniciar su metabolismo sadomaso en un bucle sin fin ya no hay vuelta atrás. Cuando el caos enloquecido que arrasa y devasta algunas cabezas pretende trasladarse y realizarse en el medio en que "expresan" su furia para que éste quede igualmente arrasado y devastado sin que haya nadie que ponga límite a sus desvarios es innegable que ya es imposible ir a peor.
Ni siquiera hay que molestarse en emprender una cruzada inquisitorial contra estos tullidos psíquicos para darles el pasaporte: son ellos los que por propia iniciativa exigen ser excluidos de la comunidad racional de hablantes sin duda por carecer de los mínimos rudimentos civilizatorios para ello, aunque tal vez alguno nos diría que Burbuja es precisamente la negación de lo comunitario y lo racional, en cuyo caso seríamos nosotros los que tendríamos que callar y asentir.