CADENA SER 11M: 14:00-15:00 (Hora 14 con José Antonio Marcos, primera comparecencia Aznar). LOS TORNILLOS DE LA AZOTEA DE TELLEZ 56.
Veíamos en el programa de la SER de la hora anterior, de 13:00 a 14:00, que Miguel Ángel, el reportero, se encontraba en la azotea del edificio de la calle Téllez 56. Hasta allí habían llegado fragmentos del tren.
Vuelven a tomar contacto con él. Dice Miguel Ángel:
Tengo en mis manos varios tornillos, trozos de la chapa del tren, devastados por la explosión de esta mañana.
Según la SER a esa hora del 11M:
Esas mochilas, trece explosiones, contenían al rededor de entre 13 o 15 kilos de Titadine, un explosivo muy fuerte, distinto a la cloratita, que fue intervenida el otro día por las Fuerzas de Seguridad del Estado en la furgoneta, pero es un explosivo rompedor, un explosivo de impacto, que ha producido los destrozos que todos hemos comprobar y escuchar a través de la radio (...) ETA ha utilizado más de 200 kilos de explosivo en estos atentados.
De modo que para la SER el atentado lo ha cometido ETA y ha utilizado
Titadine, un potente explosivo. Es obvio que
Ángel Acebes, el Ministro del Interior, no era el único que apuntaba a ETA, pero esto conviene recordarlo.
Los iniciados en el 11M saben que la cuestión de los tornillos no es baladí.
Baladía (perdón por el juego de palabras), la directora de las autopsias, negó que hubiese metralla: tornillos, tuercas, etc, en los cuerpos de la morgue. Por tanto, la bomba que no explotó, la de la mochila de Vallecas, nada tenía que ver con lo que sí explotó.
Lo lógico es preguntarse si, además de la azotea, a una altura más baja de Téllez llegaron fragmentos del tren. ¿no se rompieron las ventanas de esos mismos edificios?
Es decir, sin duda a causa de las enormes dificultades que se encontraron en el traslado del tren de Atocha por la vía, a las 11 h del día 12 se decidió retirar los coches afectados en Téllez en camiones, mediante su seccionamiento previo, y esa era una misión para cuyo cumplimiento Emfesa estaba mucho mejor preparada que mantenimiento Integral, por ser ese un cometido habitual para esa empresa. Y a las 18 h del día 12, cuando contaron con la correspondiente autorización judicial, empezaron a trabajar.
Este tren fue el único que estalló fuera de cualquier estación, a la altura de la calle Téllez, cuando se aproximaba a la estación de Atocha. Cuatro de sus coches fueron atacados, concretamente los…
oncedemarzo.net
Este escrito, cuando dice coches se refiere a los vagones que explotaron, ¿pero qué ocurrió en la calle Téllez a ras de tierra, con las plantas bajas y con los coches, automóviles, que estaban aparcados a poca distancia de los trenes?
En la víspera del 15º aniversario dice El País:
Ayudándose perversosmente unos a otros, saltaron una pequeña tapia de ladrillo medio derruida que separaba las vías y respiraron el aire cargado de cloro, un olor que nunca les abandonará, como el estado de shock en el que entraron para siempre. Son los sobrevivientes. Siempre serán sobrevivientes.
El periodista Carlos Arribas narra cómo vivió los primeros momentos tras el atentado terrorista de 2004 en Atocha, el lugar donde la barbarie se hizo real
elpais.com
Esa valla que se ve en la foto es la que dice El País que estaba medio derruida, por el impacto de las bombas suponemos. Al menos en ese fragmento, no parece que estuviese muy afectada.
Tampoco lo parece en esta panorámica más amplia.
Dice otro reportaje:
. «El vagón estaba totalmente deformado, el techo levantado, el muro derruido...». La instantánea anunciaba el trágico número de víctimas: 63 y 165 heridos fue el balance final en Téllez.
Coincide con El País, sin embargo, seguimos sin ver el muro derruido.
Otra foto más de cerca. Si el muro es ése, ¿dónde se ve que esté medio derruido?
A ras del suelo en Téllez y primeras plantas, las crónicas que tenemos son éstas:
Agustín Serrano de Haro sólo contaba 17 años cuando «un temblor enorme hizo retumbar hasta la puerta del baño». Él estaba dentro. Confuso, salió para reunirse con los suyos y para pelear con la primera de muchas imágenes que ese día se quedarían grabadas en su retina: «Prácticamente toda la calle estaba cubierta por la humareda». Cuatro bombas acababan de explotar el tren 17305 a unos metros de su casa, situada en Travesía Téllez, y a 500 de la estación de Atocha. Fueron las últimas explosiones de la barbarie.
Es decir, según Agustín, tembló la puerta del baño. No habla, ni si quiera, de rotura de cristales. Y una gran humareda. Su vivienda se encontraba a unos metros de las vías.
El humo negruzco, que vio el Inspector Jefe de los
Tedax Cáceres Vadillo, y que asoció inmediatamente a explosivo militar
C3 o
C4, y que en declaraciones posteriores se fue tornando grisáceo, y por tanto, abriendo las posibilidades a que fuese otro tipo de explosivo.
Cáceres Vadillo en el juicio: AVT: ¿Podía haber sido un explosivo C4, por ejemplo? T: C4. Si hubiese sido C4, que era lo que yo pensaba al principio, porque nosotros realmente el explosivo, la dinamita Goma 2 ECO y lo digo por mi unidad, no la conocíamos, jamás habíamos visto Goma 2 ECO, ni sabíamos que era blanca ni nada. Por eso llegamos a la conclusión al saber que era explosivo blanco, que podría ser C3 o C4. Pero si el C3 o C4 explosionan, el humo que sale es totalmente neցro, totalmente neցro. En este caso nos llamó poderosamente la atención, porque todos estábamos esperando ver un humo neցro, y no lo vimos neցro, era gris eh
Se ha debatido mucho en el blog sobre un aspecto de los atentados del 11-M que resulta ciertamente interesante: el tonalidad del humo de las explosiones.
www.libertaddigital.com
Y es que a este experto artificiero le desplazó, casi dando empujones,
Juan Jesús Sánchez Manzano, que no tenía hecho ni los cursos básicos de TEDAX, y que se fue saltando, uno por uno, todos los protocolos que los TEDAX tenían estipulados. Así nos lo cuenta uno de los abogados estrella del juicio del 11M, José María de Pablo:
Manda el protocolo que cuando se produce un atentado terrorista con explosivos, los tedax sean los encargados de buscar y recoger en el escenario del crimen las “piezas de convicción”, es decir, la…
josemariadepablo.com
Entonces, ¿cómo es que llegaron los tornillos del tren, y parte de la chapa, al octavo piso de Téllez 56?
Una de dos, o el reportaje de Miguel Ángel desde la azotea de Téllez 56 es una intoxicación, o no lo es.
Si no lo es ¿cómo se explica que lleguen tornillos a la azotea, pero que en plantas más bajas el temblor de la puerta del baño sea el máximo efecto de la explosión?
La única explicación es que la onda expansiva del explosivo sea hacia arriba, y no a los lados. En la vertical, con una ligera inclinación, llega a superar la altura de un octavo piso, y en la horizontal apenas se expande, no causa ningún destrozo. De momento no nos consta que hubiese automóviles destrozados, ni cristales rotos en las primeras plantas.
Esto puede ser por dos motivos. Por la propia naturaleza del explosivo, que estuviese preparado para salir en la vertical con una gran fuerza; o por la naturaleza del propio tren. Podría ser, lo desconocemos, que los laterales estuviesen mucho más reforzados, que fuesen mucho más gruesos, mientras que el techo sólo tuviese una fina capa de hierro, y por ahí saliese la onda expansiva, elevando a una gran altura algunos fragmentos del techo del tren, y que con una ligera inclinación cayesen en la azotea de Téllez 56.
La otra posibilidad es que la intoxicación comenzase tan pronto, y ya a la una y pico estaban preparando a la audiencia con una explosión recargada con todo tipo de metralla: tornillos, tuercas, clavos, etc. Como no tenemos más datos lo dejamos más bien con un interrogante.