areks123
Madmaxista
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Neville Goddard, uno de los precursores de la mal llamada ley de atracción, planteaba en sus seminarios a todos los posibles participantes que antes de apuntarse al curso tuvieran una experiencia creadora a través de un sencillo experimento.
Las enseñanzas de Goddard, de la ley de atracción, que debería ser mejor llamada ley de creación o de manifestación, y en definitiva de innumerables escuelas esotéricas, simplemente dictan que el ser humano es Consciencia creadora, es Dios experimentando la individualidad material pero con un potencial agentivo enorme, es decir, que como entidades divinas conscientes individualizadas podemos ser capaces de crear desde el alma, desde el “Yo Superior”, que es nuestra identidad en contacto con la Consciencia Universal.
El problema de base del humano es que a pesar de ser consciente y tener acceso potencialmente a la Consciencia Universal está demasiado perdido en la ilusión material y se cree que las limitaciones de esta dimensión es la totalidad de la realidad. Hemos olvidado nuestra verdadera naturaleza, pero tenemos en nuestras manos en esta divertida, loca y a veces tremebunda dimensión, diversas herramientas para reconectarnos con el Yo Superior.
Bien, uno de estos métodos para darnos cuenta de que somos más que materia y semi-consciencia limitada es ejercer muestro poder divino creativo directamente en esta realidad a través del pensamiento consciente y la emoción anímica, es decir, ver que somos capaces de crear en nuestro espaciotiempo indivudal dentro de esta dimensión cosas o eventos de forma no material, mediante ejercicios espirituales, algo que en principio habíamos olvidado que podíamos hacer. Esto es básicamente el poder de manifestación que tenemos, ejercido a través de la emoción y el pensamiento para manifestar lo que queramos.
Bien, para ser exitosos con estas técnicas es primordial tener la certeza de nuestro poder, es decir, doblegar al ego y al subconsciente ante nuestra Voluntad anímica. El ego y el pensamiento meramente discursivo-racional, hasta que no se doblegan, cumplen la función de asegurar la supervivencia meramente física de nuestros cuerpos y estilos de vida (eso es parte del juego de esta dimensión concreta), y para ello nos hace una vez tras otra creernos que la materia y la limitación fisica es todo lo que hay, o por decirlo de otra manera, nos mantiene engañados en la ilusión de la materia.
Pero esto se puede cambiar, se puede convertir al ego y al intelecto racional en ayudante de tu Voluntad anímica y una vez se consigue esto, el poder creativo y de manifestación de nuestra Voluntad se hace cada vez más evidente. Hay varias maneras de lograr este propósito, pero todas coinciden en que tienen que pasar por una experiencia que te convezca, es decir, tienes que saber que tienes poder. Creer, si la fé es fuerte, a veces puede ser útil, pero suele ser solo un primer paso, es sólo cuando el conocimeinto se asienta, cuando se logra saber a través de la experiencia, que logramos entrar en contacto, y a mayor práctica con más frecuencia, con la Consciencia divina y por ende con nuestra consciencia anímica.
Pues bien, una manera sencilla de hacernos saber a través de la experiencia que nuestra consciencia divina tiene poder creativo es el experimento que Neville Goddard proponía en sus seminarios: El experimento de la escalera de mano (ladder experiment).
El objetivo del experimento de la escalera de mano es simplemente manifestar en tu realidad una escalera de mano. Si lo consigues tendrás una experiencia que te dará la sabiduría del poder de la manifestación y las dudas remitirán.
Al empezar una escalera de mano es bastante sencillo de manifestar aunque todavía no tengas la experiencia o la sabiduría porque no es un objeto demasiado raro ni extraordinario, y ni tu ego ni tu subconsciente debería poner muchas trabas a que aparezca en tu realidad (al no ser que tu objetivo egoico sea precisamente desprobar el poder de la manifestación). El ego y, sobre todo el subconsciente, crea más impedimentos cuando ve amenazados los cimientos del teatro-engaño-ilusión que cada uno tiene montado en su realidad particular, por eso a un rico le resulta fácil manifestar dinero (porque es algo que no amenaza su paradigma subconsciente), y a un pobre al contrario. Se trata de poco a poco ir moldeando el subconsciente para que tu paradigma de realidad vaya cambiando y se ajuste a tu verdadera voluntad animica. Pero por eso es sencillo y práctico empezar con una escalera de mano, porque eso es algo que en casi cualquier paradigma no supone ninguna amenaza de desmoronamiento, pero al mismo tiempo tampoco es un objeto tan común como para que pueda dejar dudas de si eres tú o no el que lo ha manifestado.
Vayamos al experimento en sí.
El experimento es muy sencillo de hacer, simplemente, en un estado inducido meditativo, hipnótico o hipnagogico (antes de dormir, entre el sueño y la vigilia), visualiza, imagínate con la mente una escalera de mano, nítidamente, lo más detalladamente posible, e imagínate a ti mismo delante de ella, quizás tocándola. Imaginate su tonalidad y su temperatura al tacto. Es importante sentir esa experiencia mientras la visualizas, pues la mente y la emoción van al unísono en la creación. Repite esta visualización cada día, si todavía te ves con dudas, puedes escribir una afirmación de tu visualización en tiempo presente y con detalles, y léela tres veces al día, mañana, mediodía y noche, y mientras lees la afirmación vuelve a visualizarla.
Según los testimonios de Goddard, la mayoría de los participantes de sus seminarios no tardaban más de una semana en manifestar la escalera. A mí me costó dos dias, literalmente, visualicé una noche, al día siguiente me acordé, volví a visualizar y esa misma tarde me encontré una escalera de mamo plateada en un portal en la calle.
Probad el experimento e idme contando, tened la experiencia, adquirir sabiduría. Cuanto más se reafirme la sabiduría y el convencimiento mayor será el poder de manifestación, y así la Voluntad de tu alma podrá comenzar a brillar, a arrojar luz sobre este mundo.
Somos divinidad encarnada, todavia algo dormida. Comencemos a despertar.
Las enseñanzas de Goddard, de la ley de atracción, que debería ser mejor llamada ley de creación o de manifestación, y en definitiva de innumerables escuelas esotéricas, simplemente dictan que el ser humano es Consciencia creadora, es Dios experimentando la individualidad material pero con un potencial agentivo enorme, es decir, que como entidades divinas conscientes individualizadas podemos ser capaces de crear desde el alma, desde el “Yo Superior”, que es nuestra identidad en contacto con la Consciencia Universal.
El problema de base del humano es que a pesar de ser consciente y tener acceso potencialmente a la Consciencia Universal está demasiado perdido en la ilusión material y se cree que las limitaciones de esta dimensión es la totalidad de la realidad. Hemos olvidado nuestra verdadera naturaleza, pero tenemos en nuestras manos en esta divertida, loca y a veces tremebunda dimensión, diversas herramientas para reconectarnos con el Yo Superior.
Bien, uno de estos métodos para darnos cuenta de que somos más que materia y semi-consciencia limitada es ejercer muestro poder divino creativo directamente en esta realidad a través del pensamiento consciente y la emoción anímica, es decir, ver que somos capaces de crear en nuestro espaciotiempo indivudal dentro de esta dimensión cosas o eventos de forma no material, mediante ejercicios espirituales, algo que en principio habíamos olvidado que podíamos hacer. Esto es básicamente el poder de manifestación que tenemos, ejercido a través de la emoción y el pensamiento para manifestar lo que queramos.
Bien, para ser exitosos con estas técnicas es primordial tener la certeza de nuestro poder, es decir, doblegar al ego y al subconsciente ante nuestra Voluntad anímica. El ego y el pensamiento meramente discursivo-racional, hasta que no se doblegan, cumplen la función de asegurar la supervivencia meramente física de nuestros cuerpos y estilos de vida (eso es parte del juego de esta dimensión concreta), y para ello nos hace una vez tras otra creernos que la materia y la limitación fisica es todo lo que hay, o por decirlo de otra manera, nos mantiene engañados en la ilusión de la materia.
Pero esto se puede cambiar, se puede convertir al ego y al intelecto racional en ayudante de tu Voluntad anímica y una vez se consigue esto, el poder creativo y de manifestación de nuestra Voluntad se hace cada vez más evidente. Hay varias maneras de lograr este propósito, pero todas coinciden en que tienen que pasar por una experiencia que te convezca, es decir, tienes que saber que tienes poder. Creer, si la fé es fuerte, a veces puede ser útil, pero suele ser solo un primer paso, es sólo cuando el conocimeinto se asienta, cuando se logra saber a través de la experiencia, que logramos entrar en contacto, y a mayor práctica con más frecuencia, con la Consciencia divina y por ende con nuestra consciencia anímica.
Pues bien, una manera sencilla de hacernos saber a través de la experiencia que nuestra consciencia divina tiene poder creativo es el experimento que Neville Goddard proponía en sus seminarios: El experimento de la escalera de mano (ladder experiment).
El objetivo del experimento de la escalera de mano es simplemente manifestar en tu realidad una escalera de mano. Si lo consigues tendrás una experiencia que te dará la sabiduría del poder de la manifestación y las dudas remitirán.
Al empezar una escalera de mano es bastante sencillo de manifestar aunque todavía no tengas la experiencia o la sabiduría porque no es un objeto demasiado raro ni extraordinario, y ni tu ego ni tu subconsciente debería poner muchas trabas a que aparezca en tu realidad (al no ser que tu objetivo egoico sea precisamente desprobar el poder de la manifestación). El ego y, sobre todo el subconsciente, crea más impedimentos cuando ve amenazados los cimientos del teatro-engaño-ilusión que cada uno tiene montado en su realidad particular, por eso a un rico le resulta fácil manifestar dinero (porque es algo que no amenaza su paradigma subconsciente), y a un pobre al contrario. Se trata de poco a poco ir moldeando el subconsciente para que tu paradigma de realidad vaya cambiando y se ajuste a tu verdadera voluntad animica. Pero por eso es sencillo y práctico empezar con una escalera de mano, porque eso es algo que en casi cualquier paradigma no supone ninguna amenaza de desmoronamiento, pero al mismo tiempo tampoco es un objeto tan común como para que pueda dejar dudas de si eres tú o no el que lo ha manifestado.
Vayamos al experimento en sí.
El experimento es muy sencillo de hacer, simplemente, en un estado inducido meditativo, hipnótico o hipnagogico (antes de dormir, entre el sueño y la vigilia), visualiza, imagínate con la mente una escalera de mano, nítidamente, lo más detalladamente posible, e imagínate a ti mismo delante de ella, quizás tocándola. Imaginate su tonalidad y su temperatura al tacto. Es importante sentir esa experiencia mientras la visualizas, pues la mente y la emoción van al unísono en la creación. Repite esta visualización cada día, si todavía te ves con dudas, puedes escribir una afirmación de tu visualización en tiempo presente y con detalles, y léela tres veces al día, mañana, mediodía y noche, y mientras lees la afirmación vuelve a visualizarla.
Según los testimonios de Goddard, la mayoría de los participantes de sus seminarios no tardaban más de una semana en manifestar la escalera. A mí me costó dos dias, literalmente, visualicé una noche, al día siguiente me acordé, volví a visualizar y esa misma tarde me encontré una escalera de mamo plateada en un portal en la calle.
Probad el experimento e idme contando, tened la experiencia, adquirir sabiduría. Cuanto más se reafirme la sabiduría y el convencimiento mayor será el poder de manifestación, y así la Voluntad de tu alma podrá comenzar a brillar, a arrojar luz sobre este mundo.
Somos divinidad encarnada, todavia algo dormida. Comencemos a despertar.
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