Lux Mundi
In Hoc Signo Vinces
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cuando era niño , en el pueblo había una anciana muy mayor que se había pasado toda su vida haciendo encaje de bolillos, a la luz de la ventana de su habitación , en su pequeñita casa de dos plantas, pegada a otras casas similares .
Ella nunca salía porque su hija también vieja y que era jorobada , hacía todos los recados . Se llamaba Pepita Chepa . Ambas siempre estaban vestidas de neցro , yo tendría 7 años y era un niño muy travieso que me fijaba en todo , como vivía rodeado de mis 7 tías , mis 3 tíos y sus respetivas parejas e hijos , además de mis padres , abuelos y multitud de animales , me llamaba mucho la atención esas señoras tan misteriosas .
Como me quedaba de camino al colegio , al volver a casa ( hace años en los pueblos los niños iban solos al colegio sin miedo a nada y las puertas de las casas estaban siempre abiertas ) el caso es que al volver a casa decidí entrar.
Desde abajo se oían los traqueteos de los palillos , que no habían parado de sonar desde hacía décadas .
La casita estaba completamente a oscuras , sólo entraba la luz de la puerta y empecé a subir las escaleras de madera que llevaban al piso superior .
Subía sigiloso porque la casa era muy vieja y las escaleras podrían crujir , y así sucedió a mitad del camino .
Una escalera se quejó avisando a la vieja .
De pronto el silencio . La máquina automática se había parado .
- ¿ quién anda ahí ? gritó alarmada .
Yo me había quedado congelado con una pierna a medio subir agarrado al pasamanos . Así estuve unos minutos hasta que empezó de nuevo el hipnótico sonido parecido a castañuelas .
Aún así la vieja tenía el oído fino , porque volvió a parar un par de veces más a pesar de ir tanteando las escaleras antes de apoyar todo mi peso.
Finalmente llegué arriba y me asomé a ver que encontraba . Allá al fondo del pasillo al lado de la ventana de su habitación , estaba su silueta a contraluz sentada en una silla . Todavía me quedaba el peor tramo . Como espía en el fornite , pegado a la pared me fui acercando a la entrada de la habitación , cogí carrerilla y salté con todas mis fuerzas hasta aterrizar a su lado y además di una palmada .
La pobre señora dio un grito que todavía resuena en mi cabeza las noches que no puedo dormir , y lanzó por los aires todo el aparataje que tenía en el regazo que cayó estampándose contra el suelo desmontando los palillos , alfileres e infinitos hilos de aquella maraña.
Yo escapé corriendo , aunque mi voluntad era quitarle el aburrimiento que suponía que tenía acumulado .
Más tarde llegó Pepita Chepa a hablar con mi progenitora y a saber que le contó de un infarto y exageró todo y más como se hace en los pueblos.
Así que mi progenitora me persiguió por la huerta para darme una paliza simulada delante de la señora y compensar el daño que había hecho.
Pero no me dejé coger , claro.
Más tarde en casa me tiró a la cara el trapo de la cocina mientras me gritaba que no lo volviera a hacer.
Resumiendo estimado @AYN RANDiano2 , la señora pasó de los 100 años , no por hacer rituales mágicos sino porque nunca se movió de casa y no se expuso a peligros .
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Pero es una vida muy triste la de la señora de tu historia. No corrió riesgos, llegó a centenaria pero menudo ****** de vida. Vamos para mis parámetros, que igual la mujer era muy feliz en ese modo de vida.