Ya es publico por los medios: Explotación y jefes tóxicos: la dura vida de los informáticos da para

bladu

Madmaxista
Desde
13 Nov 2009
Mensajes
8.293
Reputación
9.568
En El Confidencial se hacen eco de la noticia, hablando sin tapujos.

Sueldos escasos y que no aumentan. Jornadas interminables de trabajo. Jefes tóxicos que no saben gestionar un proyecto o que piden trabajar los fines de semana. Oficinas en el extrarradio de las grandes ciudades…

¿Es el día a día de muchos informáticos españoles? Sí, pero también las tramas o los temas que tocan algunos relatos de ficción más que basados en hechos reales. Sus condiciones laborales y personales, más las experiencias que les han contado amigos y compañeros, han servido a algunos autores para publicar libros que hablan de su propio mundo e invitan a echarse unas risas… Aunque a los lectores informáticos quizá no les haga tanta gracia.

AUTOR
JOSÉ MANUEL BLANCO
Contacta al autor
@josemblanco
TAGS
INFORMÁTICALIBROS
TIEMPO DE LECTURA11 min
07.01.2018 – 05:00 H.
Sueldos escasos y que no aumentan. Jornadas interminables de trabajo. Jefes tóxicos que no saben gestionar un proyecto o que piden trabajar los fines de semana. Oficinas en el extrarradio de las grandes ciudades…

¿Es el día a día de muchos informáticos españoles? Sí, pero también las tramas o los temas que tocan algunos relatos de ficción más que basados en hechos reales. Sus condiciones laborales y personales, más las experiencias que les han contado amigos y compañeros, han servido a algunos autores para publicar libros que hablan de su propio mundo e invitan a echarse unas risas… Aunque a los lectores informáticos quizá no les haga tanta gracia.


Engaños y precariedad: así es trabajar en las 'cárnicas del software' en España
AROA FERNÁNDEZ
Sueldos bajos, cesión a otras empresas, jornadas interminables… Estos son solo algunos de los problemas a los que se enfrentan los empleados de las consultoras tecnológicas españolas
‘Dilbert’ es un buen antecedente de las novelas que han narrado las desventuras de los ingenieros. Scott Adams publica estas tiras cómicas desde 1989. En ellas seguimos el día a día en la oficina de una tecnológica en la que trabaja el bueno de Dilbert. El trato diario con los jefes, las dificultades para sacar adelante un proyecto o los plazos imposibles de cumplir son algunas de las problemáticas que se abordan en estas tiras humorísticas con las que muchos se han sentido identificados. También está presente el día a día en algunas compañías, informáticas o no, con sus reuniones interminables o las charlas entre compañeros en los pasillos.

‘Dilbert’ fue una de las inspiraciones de Mario ******* (Madrid, 1972) para escribir ‘Las sinergias de Marcio’, “siete mininovelas” en forma de libro, como él mismo las describe a Teknautas, que tienen como protagonista a un tal Marcio (un nombre poco común, adrede, para alejar al libro de la realidad).

A ******* le gusta escribir: tiene ya cinco libros publicados, aunque su profesión principal sigue siendo la de informático. La primera de las historias que conforman ‘Las sinergias de Marcio’ la mandó a una revista literaria, que la publicó. Eso le dio publicidad y el ‘feedback’ de muchos compañeros informáticos, que quedaron encantados. De ahí y de la falta de experiencias literarias sobre este sector surgió la idea de escribir el libro entero. Autopublicado, ‘Las sinergias de Marcio’ se lanzó el pasado mes de junio y ya es el más vendido de los libros del autor. “Todas las semanas tengo alguna venta” , señala *******.

Dije: ‘Vamos a ver todos los aspectos de la vida de un informático’. Como lo soy y lo he vivido, quería englobar todas las sinergias por las que pasa un informático, por lo menos en España”, explica. Son situaciones “algunas muy cómicas, otras patéticas”. Aunque independientes, el personaje de Marcio evoluciona en cada una de las tramas: no es el mismo informático cuando tiene 20 años que cuando ha cumplido los 40 y “tiene una mochila atrás de vivencias, de entender la vida de otra manera”. El que un informático cambie varias veces de trabajo, de oficina o de cliente también ayudaba a construir historias independientes.

Hay algo que une todos los relatos: una palabra que se repite, una situación que recuerda a otra leída previamente, además de ese personaje llamado Marcio. En cualquier caso, hay poco de ficción y mucho de real. “Digamos que no es mi vida, ni mucho menos, pero sí que hay algunas cosas que están basadas en mi propia historia, otras que están basadas en historias que me han contado compañeros, que han vivido esas situaciones o parecidas, y no en mi empresa, sino en cualquier otra empresa informática”. Calcula que un 80 % es real y un 20 % de ficción. Pero, por si acaso, escribe: “Esto no es una venganza, solo son cuentos de hadas, como el de Caperucita; o acaso puede ser creíble algo de lo que aquí se cuenta”.

La hora de salida varía, pero siempre es, al menos, 12 horas después que la de entrada

Una de las historias más divertidas es la que lleva a un grupo de informáticos de una consultora tecnológica española (conocidas peyorativamente en el sector como 'cárnicas') a terminar un proyecto en Praga para el que han sido contratados. El desembarco busca apaciguar los ánimos de los checos. “Nadie entiende la actitud de los jefes ni lo que pretenden conseguir, dada la desorganización, la cantidad de personas que estamos aquí apiñadas y la imposibilidad, ya a estas alturas, de llegar a cumplir ningún plazo”, explica Marcio, el narrador de la historia, en un correo electrónico a amigos y familiares y que nosotros, lectores, también recibimos.

En la ciudad están durante tres semanas (“ampliables; la fecha de vuelta aún no estaba cerrada”) y capitaneados por unos jefes españoles que no facilitan las cosas. Trabajan con mucha improvisación y se sorprenden cuando los empleados checos se niegan a acudir el fin de semana a la oficina o se van a casa puntuales a primera hora de la tarde, mientras que a ellos les quedan varias horas más en el tajo. “La hora de salida varía, pero siempre es, al menos, 12 horas después que la de entrada", escribe el protagonista. ¿
Divertida es asimismo la historia en la que un grupo de compañeros duda si responder a un cuestionario voluntario sobre satisfacción en la empresa. Dudan porque no saben lo que el equipo de Recursos Humanos hará con las respuestas. Por ello, ¿ser sinceros? ¿responder con nota alta para que salga una media aceptable? Difícil decisión.

Además de las dificultades para sacar adelante el proyecto checo o para rellenar encuestas, en los relatos también se aborda el amor entre consultores: según el narrador, una relación con uno de ellos es difícil, porque tienen que cambiar de horario o lugar de trabajo constantemente. Además, los informáticos españoles “son gente que han de saber de todo. Hoy, por ejemplo, diseñan complejos sistemas documentales y mañana administran entornos sobre Linux, sin que entre medias medie, valga la redundancia, formación alguna”.

También hay tiempo para la bisoñez de los becarios: uno nuevo llega con toda su ilusión a la empresa en la que trabaja Marcio y choca con unos trabajadores ya quemados que tienen que almorzar en un comedor “deprimente, abarrotado y mal ventilado [...] de la planta menos uno del edificio de oficinas principal”, en un complejo alejado de la ciudad sin restaurantes cerca y al que se tarda “media vida” en llegar. ¿A alguien le suena?

La mayor influencia en el tono humorístico fue el de las novelas de Eduardo Mendoza

En sus libros, ******* gusta de dar toques de realismo mágico. En el trabajo de un informático, cuenta, es difícil, pero lo hace cuando se trata de narrar la vida personal de estos. Así, uno de los relatos se llama ‘La crónica de una fin anunciada’, como una de las novelas más conocidas de Gabriel García Márquez.

Además de ‘Dilbert’, la película ‘Trabajo sarama’ fue un referente para su libro. En ella, un programador informático quiere que le despidan del trabajo y hace todo lo posible para conseguirlo, pero su actitud es interpretada como una nueva forma de operar que lo hace ascender. Aun así, la mayor influencia en el tono humorístico fue el de las novelas de Eduardo Mendoza.Conseguirán terminar con éxito? ¿Y le pagarán a Marcio las horas extras?

Ingenieros ‘sucios’
‘Memorias de un ingeniero’ es “una mezcla de varias circunstancias”, tal y como lo define su autor, Alfredo de Hoces (Málaga, 1974), a Teknautas. “Yo siempre he sido lector compulsivo y admiro mucho a la gente que escribe. Me parece que es un trabajo bastante digno esto de plasmar emociones humanas y dejar la vida humana escrita en hojas”. Él siempre había querido escribir un libro. Trabajando como ingeniero en Málaga estaba “bastante puteado” para ponerse a ello. Pero precisamente esa situación le inspiró para su ópera prima.

“Coincidió que me harté, me piré y me largué a Irlanda. Allí tenía un poquito más de tiempo libre”. En la isla, según su relato, “el que no escribe, canta, toca algo de música…” Él decidió que era el momento de ponerse a escribir. Ya que había salido “bastante rebotado” del sector informático en España, empezó a escribir con ese tema.

“Historias cortas, un poco catárticas también”, con las que poner su propia miseria en perspectiva. Aquellas historias las publicó en un blog, cuando estos empezaban a despuntar. La gente le escribía y le decía cuánto le gustaban sus escritos, lo que lo animaba a continuar. Con el tiempo, los reunió, les dio forma de libro y los presentó a un concurso, del que fue ganador. Ese es el germen de ‘Memorias de un ingeniero’.

De Hoces es Fuckowski en las redes sociales, y Fuckowski es el nombre del protagonista de sus memorias. Con ello homenajea a uno de sus escritores favoritos: Charles Bukowski, uno de los miembros de la generación ‘beat’ y dueño de un estilo muy personal, entroncado en el realismo sucio. ‘Memorias de un ingeniero’ bebe de él para describir la precariedad informática: “Me gustaba mucho esa mezcla de miseria y lírica”. Hemingway y el realismo mágico de García Márquez también se encuentran entre sus autores predilectos.

Así, con mucha carga biográfica, el primer relato comienza cuando el protagonista termina el instituto (un instituto público de capital de provincias, el Sálvese Quien Pueda) y se matricula en Ingeniería Técnica en Pito del Sereno. Aquel verano conoce a Borja Pijoski Sáez de la Minglanilla, que veranea en su ciudad y que terminará la carrera en Londres, haciendo un máster en dirección de empresas tras el cual buscará “un puesto de director”.

¿Cómo es posible que un individuo absolutamente lego en materia de ‘software’ sea capaz de dirigir un proyecto sin que se le vea el plumero?

Sus vidas correrán paralelas pero diferentes; pronto Fuckoswki se desilusionará con la carrera, un “atracón de tizas y fotocopia” que no esperaba y que compaginará con un trabajo de programador “en una empresa líder del sector, donde me mataba a currar y cobraba una cosa”, relata. Con el tiempo, él y su amigo Pijoski se encontrarán en esa misma empresa, solo que Pijoski es el director.

El siguiente relato comienza criticando a los gestores incompetentes: “¿Cómo es posible que un individuo absolutamente lego en materia de ‘software’ sea capaz de dirigir un proyecto sin que se le vea el plumero? [...] Sin embargo, estos individuos conservan sus puestos durante largos años, normalmente hasta la quiebra de la empresa”. Porque en estas historias se critican los jefes incompetentes o las dificultades para que un proyecto salga adelante. También, con mucha guasa, cómo acudimos a los amigos informáticos para que nos echen una mano con cualquier cosa: “Parece que en el mundo es mejor ser inútil, te queda más tiempo libre”, reflexiona Fuckowski.

“Es casi todo real”, asegura De Hoces. “Conté con alguna pequeña licencia poética para que el pulso narrativo sea algo mejor”, como fusionar varios jefes incompetentes en uno. Quitando eso, “hay algunos diálogos que son casi literales”.

En su último libro, ‘Tren a la estación perdida’, De Hoces sigue escribiendo su vida, aunque no con el mismo personaje de ‘Memorias de un ingeniero’. Relata su experiencia en el extranjero, tras salir de aquel ambiente laboral español. El trabajo aparece en el nuevo libro, pero también el choque de culturas.

Muchos lectores de ‘Memorias de un ingeniero’ y ‘Las desventuras de Marcio’ coinciden en al menos una cosa: se sienten muy identificados con lo que leen. “Yo pensaba que lo que plasmaba ahí eran cosas que me pasaban por ser un tío con mala suerte, y resulta que a absolutamente todo el sector le pasaba lo mismo”, cuenta De Hoces. Y no solo al sector informático: “Me ha escrito gente que trabaja en farmacia y me han dicho que su experiencia es la misma: que hay proyectos, que hay productos, que hay cosas que están mal pero hay que vender…”.

******* refrenda sus palabras: “El que es informático se ve totalmente reflejado con Marcio”. Eso sí, “al informático le hace quizá menos gracia el libro que a uno que no lo sea, porque se ve reflejado, sus historias son muy parecidas o exactamente iguales a las que él vive”. Algún lector le ha dicho que le daba tristeza, porque le recordaba a su propia vida. Y es que a veces, ya se sabe, la realidad supera a la ficción.

Informática: Explotación y jefes tóxicos: la dura vida de los informáticos da para libro (literalmente). Noticias de Tecnología
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
La verdad es que nunca he visto mayor cipostio que un proyecto bien sea de software, construcción de plantas industriales o de ingeniería civil realizado por alguna empresa patria: caos, gritos, mala leche y gritadera all over.

Aquí os dejo una pequeña joya "Las Obras Íberas" del extinto blog Heterodoxia, no tiene desperdicio.

Es interesante lo que comenta Alberto de los defectos y virtudes de la cultura Castellana:

- Baja racionalidad
- Alta emotividad
- Incapacidad para planificar
- Odios y amores intensos
- Gran perseverancia
- Sociabilidad
- Sentido estético
- Ego hipertrofiado
- Dificultad para cumplir normas
- Inteligencia cortoplacista y de rapiña
- Valores éticos bajos o nulos
- Inmadurez en general.

Esto se ve reflejado, tal cual, en ese microcosmos de la obras de construcción Iberas o gestionadas por Iberos. Es como un retrato en miniatura de todo esto.

Primero la obra se ofrece al cliente con unos plazos de ejecución imposibles de cumplir y bajo el escenario más optimísta posible (baja racionalidad - alta emotividad).

Luego comienzan a hacer la "ingeniería", y ahí se entretienen durante una eternidad diseñando y especificando lo que han diseñado y especificado 100.000 veces, ya que casi siempre construyen lo mismo. Se hace mucho énfasis en que los planos tengan los logos del proyecto y que todo quede bien presentado. Y reuniones van y vienen. Mientras tanto nadie compra ni un tornillo. (sentido estético).

Luego comienza "la obra" porque sino no la comenzaran nunca y se dan cuenta de que la "ingeniería" va orate. (incapacidad de planificar).

Se nombra un jefe de obra civil, otro eléctrico y otro mecánico. Cada uno va a su bola sin importarle el trabajo del otro. Se interfieren trabajos los unos a los otros ya que cada quien quiere acabar primero y si hay retraso imputárselo al otro. (inteligencia cortoplacista y de rapiña - valores éticos bajos o nulos).

Se sigue construyendo "a ostra limpia": los civiles le tapan la tubería a los mecánicos y estos a su vez le cortan los cables a los eléctricos. Los contratistas no saben muy bien que hacer. Se tienen reuniones "de coordinación" todos los días donde cada quien quiere vaciar su cubo de la sarama en el patio del vecino. Luego nadie cumple lo acordado y lgtb el último. (dificultad para cumplir normas).

Mientras tanto la cosa se va retrasando más y más, pero nadie reconoce que la fecha de entrega no se cumplirá ni soñando. A estas alturas "la fecha" ya se ha convertido en un tótem sagrado al que todos adoran, nadie reconoce haberse equivocado. (ego hipertrofiado - tribalismo)

Al cliente le van diciendo que si, que todo bien, que entregamos en fecha y que no hay problema. Mientras tanto: en la trastienda el caos general se va apoderando de todo. (inmadurez).

Llegado este momento, hacer cualquier cosa o completar algo cuesta lo que no está escrito. El personal trabaja 14 horas diarias, hacer lo que sea toma el triple de lo pensado. Los contratistas llegan a obra y lo que tiene que estar acabado para que ellos puedan comenzar a trabajar no lo está. En lugar de una grúa hacen falta tres, ya que por donde tenía que entrar tal o cual máquina ya lo han ocupado y hay que quitar el techo para poder entrar, etc. Poco a poco se llena aquello de instalaciones provisionales y cosas sin acabar. (incapacidad de planificar).

Comienzan a ponerse nerviosos, entonces quieren a todos los contratistas en obra, pero ya. Se pretende que todos hagan cola en la puerta a esperar a ser llamado para hacer su parte. Se considera que el buen servicio es que te llame a media mañana y en la tarde estés aquí con entre 100 y 200 tíos. ¿ Pero cuantos exactamente o cuantos metros de tal y cual hay que poner ?....nada nada, detalles.

Pobre del que diga que hasta que no le aclaren lo que hay que hacer y que por lo menos le den un plano no comienza. O que primero visitará la obra para asegurarse de que puede comenzar a trabajar. Inmediatamente es declarado "el enemigo" y comienza la cruzada: amenazas de futuras obras, que si cliente importante, que si los avales, etc,etc. (ego hipertrofiado - odios y amores intensos )

Los responsables del desaguisado interpretan la situación no como un caos desplanificado, sino como una epopeya mítica, donde ellos convertidos en cruzados se enfrentan a las fuerzas del mal. Y así, enfundados en sus armaduras y con sus espadas mágicas, vecen todas las dificultades no-importa-a-que-precio en una gesta heroica digna de los poemas de Homero. Concluyen que lo que hace falta es mas esfuerzo y mas ostras. Eso de la planificación es de mariquitas. Es más o menos como ver a Millan Astray construyendo. (alta perseverancia - ego hipertrofiado - baja racionalidad - ignoranca e ignorancia de que se ignora)

Al grito de "muera la inteligencia" y a golpe de teléfono móvil, "compromisos personales" y "te doy mi palabra"; todas las fuerzas del bien se movilizan, al coste que sea, como sea, y cuando sea para acabar la obra: como sea. (baja racionalidad - alta sociabilidad)

Entonces viene la etapa de "aguantar como un macho". Nadie acepta ninguna excusa de nada, se sigue insistiendo en fechas de entrega sin tener ni los cimientos hechos. Se supone que cualquier trabajo se hace en 10 minutos o con más precisión: en un momento. (Ego hipertrofiado - incapacidad de planificar)

Mientras tanto la diarrea de dinero y los sobrecostes se van acumulando. Nadie quiere saber del asunto. (irracionalidad)

Lo importante es no hacer mucho ruido respecto a semejante caos, simular que se colabora y asumir los extracostes para que seamos de la tribu y nos tengan en cuenta para la siguiente obra....que será mas de lo mismo. (sociabilidad)

Nadie parece entender que la siguiente obra se la darán al más barato y punto (baja racionalidad).

Al final la obra se acaba seis meses después de la fecha prometida, con un 30% de sobrecostes. Se despide a casi todo el personal.

Luego se están dos años haciendo reparaciones y remates. Y todos a ver cuando viene la siguiente obra (cortoplacismo).

Al final nadie gana lo suficiente. Algunos: "lo comido por lo servido", o "me ha servido para sacarme un sueldo", o "he perdido dinero" o "pliego...nunca más". Los más exitosos se han ganado un 20% de margen bruto que se traduce en un 2 % de beneficios después de impuestos y gastos financieros.

Todos concluyen en que lo que les hace falta es mano de obra mas barata para ser competitivos. (Ego hipertrofiado - no admite sus errores).

Luego, con el tiempo, el gobierno les tiene que dar obritas en ayuntamientos para que tengan algo de comer.

Ni les cuento como acaba la cosa el día de la jubilación.

Mi voto por hacer un hilo propio con este comentario please
 
Volver