Viaje a lo desconocido

Por supuesto que el vaso se mueve.

Yo la hice con dos amigos hace años, eramos los más racionales y abiertos de mente del grupo (el resto eran unos sosomoñas) e invocamos al espíritu de un familiar mío que sabíamos no iba a ser "dañino" o molesto, y se manifestó en el tablero aunque con otro nombre.

Le hicimos preguntas concretas, preguntas que posteriormente pudimos comprobar que eran ciertas, yo por ejemplo pregunté la nota de un exámen que acababa de hacer de una asignatura que no se me daba nada bien, me la indicó aunque no lo creí de ninguna manera, semanas después cuando me dieron las notas el número era el correcto: un 6.

Otro tenía pendiente una conversación con otra persona y quería saber si lo que esa persona le había dicho era cierto o no, efectivamente pudimos constatar que no era cierto, el espíritu acerto, y así varias cosas más, además de distintas pruebas entre ellas la clásica de la luz, subir y bajar la llama de una vela etc...

A mi personalmente me pareció una experiencia apasionante que no me importaría volver a repetir, creo que es algo a lo que hay que acercarse sin prejuicios, sin debilidad mental y por supuesto con seriedad y racionalidad, estando abierto a una experiencia que para nada creo que pueda ser negativa, si no todo lo contrario, muy enriquecedora.
 
A nosotros normalmente se nos aparecian extraterrestres:pienso:

Yo no se lo que habra detras del fenomeno, pero las conversaciones eran completamente coherentes, con preguntas y respuestas.

Tambien tiene sus peligros y no es apto para gente credula ni impresionable.

El tio de un hamijo nuestro desaparecio ( luego resulto que se habia fugado con pa$ta de la empresa y volvio:D ) y pensamos en hacer una ouija para que nos dijera donde estaba.

Nos conto que es habia ahogado, que se habia caido a un lago con el coche etc con un grado de detalle impresionante. Menos mal que nuestro hamijo no estaba, si no imaginad:8:

Es muy curioso lo de la ouija.
 
Así me gusta.
Si es que rebuscando entre nuestros recuerdos siempre aparecen cositas de ese estilo...
 
A nosotros normalmente se nos aparecian extraterrestres:pienso:

Yo no se lo que habra detras del fenomeno, pero las conversaciones eran completamente coherentes, con preguntas y respuestas.

Tambien tiene sus peligros y no es apto para gente credula ni impresionable.

El tio de un hamijo nuestro desaparecio ( luego resulto que se habia fugado con pa$ta de la empresa y volvio:D ) y pensamos en hacer una ouija para que nos dijera donde estaba.

Nos conto que es habia ahogado, que se habia caido a un lago con el coche etc con un grado de detalle impresionante. Menos mal que nuestro hamijo no estaba, si no imaginad:8:

Es muy curioso lo de la ouija.

Pero cuando practicaban la ouija ¿a quíen invocaban? ¿al primero que pasase o a alguien concreto?.

Con lo de la tía abuela muerta en la bañera yo hubiese ido con el tablero y ver si andaba por aún por ahí, sería toda una experiencia comprobarlo.
 
Pero cuando practicaban la ouija ¿a quíen invocaban? ¿al primero que pasase o a alguien concreto?.

Con lo de la tía abuela muerta en la bañera yo hubiese ido con el tablero y ver si andaba por aún por ahí, sería toda una experiencia comprobarlo.

A nadie en especial, aparecia quien le daba la gana.

Unicamente una vez se nos aparecio el supuesto abuelo de un hamijo, curiosamente el mas credulo de todos.:pienso:

Es un fenomeno muy raro pero no diria que sean muertos, aunque no tengo explicacion:no:
 
Reconozco que este hilo lo he tenido un poco abandonado, pero no tengo más tiempo. Ya sé que muchos de vosotros sois adictos y hago lo que puedo:

Capitulo 3: La dama azul

Es un título un tanto extraño; sale de una novela escrita por Javier Sierra 'La dama azul' que habla de esta señora. Su parte paranormal es lo más interesante y es lo que os quiero contar:

La dama azul NO es ésta... aunque molaría:

321403349_501.jpg


Es ésta...

SOR_MA%257E1.JPG


Ya sé que no es lo mismo, pero...

Pues esta señora monja se llamaba Sor Mª Jesús de Ágreda. Aquí va su historia:

María de Jesús de Ágreda - Wikipedia, la enciclopedia libre

María de Jesús de Ágreda, es, indiscutiblemente, la figura espiritual más interesante de la España del siglo XVII. Es el gran exponente de la espiritualidad del Barroco, entonces en todo su furor. Sus valores humanos fueron extraordinarios. De ascendencia judía por vía paterna:D, fue de voluntad generosa, inteligente, imaginación creadora, gran capacidad de asimilación y facilidad para escribir. Su virtud ha sido reconocida por todos: oración intensa, penitencias, pobreza, caridad y celo apasionado por los demás, etc. Los fenómenos externos (por ejemplo, éxtasis) la hicieron pronto célebre. Sobre todo sus «apariciones» en Nuevo México y Texas, en donde evangelizaba y enviaba a los indios a pedir el bautismo a los misioneros franciscanos («La dama azul de los llanos»). La Inquisición tomó cartas en el asunto (1635), e hizo un proceso formal sobre el mismo (1649-50) con resultado favorable para la monja. La explicación no deja de ser complicada, pero los datos son serios e impresionantes.

María Coronel y Arana nació en la calle de las Agustinas. Sus padres se llamaban Francisco Coronel y Catalina de Arana. Concibieron 11 hijos, pero sólo cuatro sobrevivieron: Francisco, José, María y Jerónima.

Los padres de Sor María fueron Francisco Coronel y Catalina de Arana. Esta, nacida también en Ágreda, era oriunda de Vizcaya, como nos lo recuerda la misma Venerable. Efectivamente, en el convento de Ágreda se conserva todavía el documento de hidalguía de los Arana, de 1540.

El matrimonio Francisco-Catalina tuvo once hijos:XX:, pero siete murieron en edad temprana. Sólo sobrevivieron dos hijos y dos hijas. He aquí los nombres de los cuatro: Francisco, José, María y Jerónima.

Sobre sus padres, modo de ser de ellos, costumbres, etc., la misma Venerable nos ha dejado una semblanza. De la progenitora dice que era más oficiosa y viva de natural que el padre (RA 41). Ambos, extremadamente religiosos (RA 37ss).

La familia Coronel-Arana se relacionaba mucho con los franciscanos de San Julián; así se llamaba el antiguo convento franciscano que estaba situado en las afueras de la villa. La progenitora tenía allí su confesor y acudía a diario a oír misa a la iglesia del convento. Casi no pasaba día sin que frailes franciscanos visitasen a la familia (RA 46-47).

La Venerable confiesa que ella, en su primera infancia, parecía un tanto apocada e inútil, y con el fin de que espabilara, su progenitora le trataba con dureza. «Con verdad puedo decir que en mi vida les vi [a los padres] el rostro sereno hasta después de religiosa» (RA 98). La explicación que Sor María nos da de este comportamiento suyo en su primera infancia es muy otra de la que sus buenos padres podían alcanzar. Nos dice, en efecto, que en edad que ella no puede precisar, pero que debió de coincidir con el despuntar del uso de razón, sin que precediera información exterior ni enseñanza de criaturas, porque aún no tenía edad para ello, recibió una noticia de Dios, del mundo, del estado pecador del hombre, etcétera, cuyos efectos le habían de durar toda la vida (RA 82ss).

Como efecto de aquella noticia concibió un temor que jamás le abandonó: temor de ofender a Dios y perder la gracia. Al cesar la enseñanza pasiva quedó como suspensa. Se veía rodeada de peligros, repleta de miserias, no osaba hablar con las criaturas, a todas reputaba superiores. El conocimiento propio le aterraba, iba a los lugares ocultos. Por todo ello los padres la juzgaban insensata e inútil, y le daban el trato áspero que hemos dicho. «¿Qué hemos de hacer de esta criatura que no ha de ser para el mundo ni para la religión?» (RA 99).

A todo ello se agregaron diversas enfermedades, que a los trece años de edad la pusieron a las puertas de la fin: «Se hizo la cera para mi entierro», dice ella (RA 99). Pero todos los padecimientos los sobrellevaba con gran entereza por el conocimiento que tenía de ser hija de una raza pecadora, obligada a satisfacer a Dios por sus pecados. «Maravillábanse los médicos de que pudiese llevar tan crueles males con tan débiles fuerzas y sin quejarme» (RA 100).

Aunque al principio la despreciaban y reñían por su desaseo y poco aliño, pero pronto empezaron a respetarla, pues aprendió a leer con presteza, era obediente, etc.

Cuando cumplió los doce años de edad empezó a tratar de ingresar religiosa. La primera idea fue que tomase el hábito en las carmelitas descalzas de Tarazona, y sus padres andaban ya dando los pasos para ello cuando sobrevino una circunstancia totalmente imprevista, que había de cambiar el rumbo de su vida.

La progenitora de la Venerable:confused:, Catalina de Arana, tuvo revelación, confirmada por su confesor, Fr. Juan de Torrecilla, según la cual debían tras*formar la casa en convento e ingresar en él como religiosas la propia progenitora con sus dos hijas, mientras el padre y los dos hijos entraban de religiosos en la Orden de San Francisco. En realidad los dos hijos varones eran ya religiosos en dicha Orden. Ante esto, María dio su conformidad al nuevo plan y desistió de ir a Tarazona. Pero la idea era tan disonante, que chocó con la resistencia del padre de familia, y más todavía con la de un hermano de éste, Medel. La oposición del vecindario en un principio fue también general. Decían que «era agravio del santo matrimonio» (RA 52).

Así tras*currieron tres años. No obstante, poco a poco se vencieron las oposiciones y dificultades; el padre cambió de parecer, y en 1618, hechas algunas reformas previas, la casa de Francisco Coronel se tras*formó en convento de monjas. Francisco, a quien siguió después su hermano Medel, ingresó franciscano en calidad de hermano lego en el convento de Nalda (Soria).

El tiempo que tras*currió hasta que el proyecto de la nueva fundación se plasmó en realidad, Sor María lo considera como su época de disipación. Los acaloramientos en torno al proyecto, las obras, etc., la distrajeron y disiparon un tanto en su vida espiritual y hasta cedió a la tentación de vanidad.

El nuevo convento había de ser de la Orden de la Inmaculada Concepción. Sin duda, el fervor inmaculista, que en España conocía entonces uno de sus mejores momentos, fue la causa de esta preferencia. Pero entre las Concepcionistas había dos ramas: una de calzadas y otra de descalzas. progenitora e hijas se decidieron por el instituto de descalzas. Mas como en el área de la Provincia franciscana de Burgos, a la que pertenecía la fundación de Ágreda, no había Concepcionistas descalzas, sino sólo calzadas, se cometió la anomalía de traer de Burgos tres monjas Concepcionistas de las calzadas en calidad de fundadoras de un convento que había de ser de la rama descalza. Por esta razón dirá Sor María que la fundación no tuvo buen principio, pues las fundadoras venidas de Burgos tenían que enseñar un modo de vida que ellas no habían profesado ni practicado.

Dieciséis años tenía Sor María cuando tomó el hábito, juntamente con su progenitora y hermana. Pronto hubo nuevas vocaciones. En esta primera época la abadesa era de las venidas de Burgos en calidad de fundadoras.

Una vez vestido el hábito, Sor María reacciona contra la disipación anterior y se entrega toda a la vida espiritual. Hecha la profesión en 1620, comienza en su vida un período de enfermedades, tentaciones y extraordinarios trabajos, que será seguido por otro de fenómenos espirituales resonantes.

Tuvo fama de santa por sus penitencias y mortificaciones corporales, llegando a ser procesada y absuelta por la Inquisición. Mantuvo una larga y nutrida correspondencia (1643, 1665) con Felipe IV de quien fue consejera en asuntos de Estado. En 1627 con tan sólo 25 años, sería nombrada abadesa del convento franciscano de Ágreda, fundado por sus padres.

La vida de la señora es bonita(?), pero vamos a lo interesante: ¿Por qué se aparece esta mujer en Estados Unidos, si nunca salió de España? Parece que los tiro van por aquí:

Sor Mara Jess de greda

Cuenta la leyenda que tenía, la Venerable, el don de la bilocación. Fue vista por los indios xumanas de la Baja California. Existe una crónica narrada por un franciscano que se encontraba allí, fray Alonso de Benavides, que cuenta, la vio predicando a los indios, con un vestido azul, es por ello que se la sigue llamando la Dama Azul. Ella misma explicó que quizá Dios puso en su lugar un ángel para hacer realidad su sueño de ser misionera:

"Exteriormente, tampoco puedo percibir cómo iba, o si era llevada, porque como estaba con las suspensiones o éxtasis, no era; aunque alguna vez me parece que veía el mundo, en unas partes ser de noche y en otras de día, en unas serenidad y en otras llover, y el mar y su hermosura; pero todo pudo ser mostrándomelo el Señor; y cómo su luz e inteligencia es tan fecunda, presta y clara, pudo mostrármelo, y conocerlo todo claro. En una ocasión me parece, di a aquellos indios unos rosarios; yo los tenía conmigo y se los repartí, y los rosarios no los vi más. El modo a que yo más me arrimo que más cierto me parece, fue aparecerse un ángel allí en mi figura, y predicarlos, y catequizarlos, y mostrarme acá a mí el Señor lo que pasaba para el efecto de la oración, porque el verme a mí allá los indios fue cierto".

Era el año 1622 y tenía 20 años.

Corpus incorruptus (foto chunga inside)

imagenes_Sor_Maria_de_Jesus_(Agreda)_c111446b.jpg


¿Y sus manos?

normal_IMG_5177%20(Small).JPG


Esta mujer tenía "Don de la Bilocación" Fuerte.

Bilocación - Wikipedia, la enciclopedia libre

es el término utilizado para describir un supuesto fenómeno paranormal o sobrenatural en el cual una persona u objeto estaría ubicado en dos lugares diferentes simultáneamente. En el caso de las personas que lo experimentan, aparentemente son capaces de interactuar con su entorno de forma normal, incluida la posibilidad de experimentar sensaciones y de manipular objetos físicos exactamente como si hubiera llegado a través de medios naturales.

Aún es más potente la interpretación matemática:

El término es igualmente un supuesto teórico que se emplea en el cálculo complejo de ecuaciones con varias incógnitas de indeterminaciones; por ejemplo, en física cuántica.

Pero de todas maneras, aquí está el punto real:

Las experiencias fuera del cuerpo se pueden explicar, según los escépticos, como alucinaciones hipnagógicas (visiones fugaces en la tras*ición vigilia-sueño) o hipnopómpicas (tras*ición sueño-vigilia) que perciben con mucha frecuencia individuos con Narcolepsia.

Si bien los escépticos tienden a explicar la experiencias extra-corporales como las alucinaciones de la tras*ición entre un estado de vigilia a otro de sueño y viceversa, estas experiencias no son exclusivas de esos momentos de tras*ición pudiendo darse en otros momentos del periodo de sueño. También han sido reproducidas en laboratorio mediante estimulación del cerebro de un sujeto consciente, con descargas eléctricas según un estudio que salió a la luz en el año 2002 y que demostraba una disociación entre el yo del sujeto y su cuerpo a causa de estas descargas. El resultado de este estudio no acaba con la polémica ya que aunque para los escépticos demuestra que la experiencia tiene un origen exclusivamente cerebral, para los no escépticos sólo muestra una forma alternativa de provocar la experiencia y que la pueden provocar aparatos externos aplicados de la forma adecuada.

Os digo, desde este modesto rincón, que yo he padecido personalmente experiencias extracorpóreas.
Y molan.
No sé la causa, pero es una sensación de paz infinita...¿alcohol? ¿drojas? No lo sé, pero la he tenido.

Y esta es la lista de bilocados, ¿Por qué son todos religiosos?:pienso:

En términos generales, la Iglesia Católica recomienda la desconfianza cuando se informa de estos casos. Aunque ha reconocido la existencia del fenómeno desde el siglo XIX en santos y místicos, los más notables son: San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santa Ludwina, San Francisco Javier, San Martín de Porres, San Pedro Regalado, San José de Cupertino, San Alfonso de Ligorio, San Juan Bosco, San Pío de Pietrelcina sor María de Jesús de Ágreda, sor María de León Bello y Delgado y sor Ursula Micaela jovenlandesata.

En cuanto a la posibilidad de que un organismo o en todo caso la materia pueda estar presente en más de un lugar a la vez, Santo Tomás de Aquino, Silvio Maurus, y muchos otros teólogos de diferentes épocas han negado tal posibilidad. Los casos de bilocación narrados en la vida de los santos se pueden explicar, por metáforas o materializaciones aéreas.

Pues nada, esta tercera entrega esperaba hacerla en Semana Santa, pero se me ha ido un poco lejos.
Mil perdones.
 
Las experiencias misticas y la levitacion son reales, al parecer las causa un tipo muy raro de epilepsia, por lo que he leido.
 
Grande Suso...:Aplauso::Aplauso::Aplauso:
Había escuchado esa historia pero ahora ya la sé mucho mejor.

Un día cuando tenga tiempo, haré un especial Canarias: colonización, pirámides, nombre de las islas, pasado normando, pasado catalán, relación de Canarias con el descubrimiento de América... hay mucha tela que cortar.
 
En no sé qué hilo estaban vacilando de pueblo tronao.
Pues aquí viene mi explicación. Perdonad porque está hecho sobre la marcha y no sé si habrá quedado bien.

Capítulo 4: el pueblo de los suicidas

Leyendo el hilo me ha venido a la cabeza una historia que escuché hace años. Os juro que no sé dónde pero ahí va.

En el pueblo de los suicidas

SALUD MENTAL | UN CASO INEXPLICABLE

En el pueblo de los suicidas

«¿Conoce la historia de los Arenas?». El silencio se hace espeso, cortante. Molesta. «No sé, pregunte a Vicente, él estuvo casado con una mujer de la familia». En La Rábita, uno de esos pueblos encerrados en la sierra jienense por capricho de la geografía, los parroquianos se sacuden con prisas la incómoda pregunta.«Sí, sí, se suicidaron todos, pero pregunte a Vicente».

Cuesta sudores sacar palabras en una tierra perdida en los mapas pero muy conocida en las estadísticas psiquiátricas. Más si se pregunta por el suicidio. Dicen los números que la gente de estas montañas, la Sierra Sur, posee una de las tasas de suicidios más altas del mundo. Y en ella han tenido mucho que ver el trágico final de apellidos, como el de los Arenas, abocados durante generaciones a quitarse la vida.

El susodicho Vicente, Cano de apellido, anciano precoz a sus 60 años, da un brinco del sofá ante la llamada en la puerta.Camino al vecino cementerio de San José, donde los de La Rábita lloran a sus muertos, busca en una memoria aleccionada para olvidar.Cuatro de los cinco tíos de su mujer María, José, Leandra y Miguel , el abuelo José, todos Arenas, cayeron en depresión y se ahorcaron.

En 1967, Vicente Cano se casó con Paula, hija de Emérita Arenas, única superviviente de la familia. Tras varios años sin funerales, cuando la cadena que ligaba fatalmente el apellido familiar con el suicidio parecía haberse roto, su Paula apareció colgada una mañana de julio de 1987. Habla de ello desde la resignación de lo que juzga inevitable: «Se les metía eso en la cabeza y no se podía hacer nada». Era el sexto suicidio en casa.

Vicente hace de guía por el cementerio, en busca de la tumba familiar con la intención de reconstruir las fechas en las que los tíos y el abuelo de su esposa pusieron fin a su vida. Pero el panteón de mármol blanco donde reposan los restos de cinco de los Arenas es un sepulcro anónimo cubierto por el polvo del abandono. Ni fechas. Ni epitafio. Ni siquiera un nombre que los identifique. Vicente se encoge de hombros ante lo inesperado.«A mí no me gusta venir a visitar», se excusa.

La comarca, coronada por el castillo de La Mota y limítrofe con las vecinas Córdoba y Granada, agrupa cuatro grandes municipios Alcalá La Real, Frailes, Castillo de Locubín y Alcaudete y un sinfín de pequeñas aldeas aledañas (como La Rábita) donde vive la cuarta parte de la población. En los últimos 13 años, entre sus 38.000 habitantes, se han contabilizado 135 suicidios consumados. El promedio resultante ha despertado el interés de expertos de todo el mundo: 25 muertes al año por cada 100.000 habitantes. Casi cuatro veces la media para toda la población española, sin que nadie haya podido, hasta ahora, dar un por qué.

«Rareza sanitaria», dice el psiquiatra. Con esta premisa Francisco Díaz-Atienza desglosa el estudio que tiene sobre la mesa de su despacho. Cuando a principios de los años ochenta llegó a la zona, él y su colega, el también psiquiatra Antonio González Iglesias, coordinador de la Unidad de Salud Mental de Alcalá La Real, comenzaron a constatar lo que ya era voz popular («aquí se suicida mucha gente») y a recopilar datos.

Fruto de años de investigaciones es el informe que ha repasado una y otra vez, minuciosamente, en busca del detalle que aporte una explicación: «135 suicidios, una media de edad de 54,4 años, 97 hombres (71,9%) y 38 mujeres (28,1%)...». Ningún dato relevante respecto a las estadísticas de otros lugares, salvo dos detalles: el método usado (el 80% de los suicidas murió por ahorcamiento) y el elevado número.

«Una cosa que quede clara», remarca el experto, «hay que hacer hincapié en que el problema está centrado en un grupo de la población.Afecta a familias muy concretas». Apoya su sentencia en el ejemplo de uno de sus últimos pacientes: 45 años y un historial de 24 suicidios consumados en las tres últimas generaciones de su familia.«Si quitáramos estos casos del informe», insiste, «la estadística se normalizaría. El 99% de la población no tiene antecedentes de suicidio ni ideación suicida».

Los habitantes de Alcalá La Real tratan de rebelarse contra la pesada losa de que su pueblo, donde nació Jorge Manrique, el poeta que cantaba a la fin del padre, paradójicamente, sólo sea conocido como la cuna del suicidio. Aun más, que a la zona que comprende junto con dos pueblos vecinos Frailes y Castillo de Locubín se la denomine el triángulo de la fin, una especie de franja mortal en la que uno estaría predispuesto a quitarse la vida. Por eso, cuando hace cinco años, el trabajador de un circo portugués se suicidó mientras la carpa estaba montada aquí, el comentario corrió como la pólvora: «Ha sido culpa de la zona».

Mientras, los expertos hablan de un compendio de motivos que empujan a familias enteras a un final irreversible: Trastornos psiquiátricos, sobre todo depresivos, y la tras*misión de lo que Antonio González denomina lealtades invisibles, reglas irracionales que se tras*miten de padres a hijos. «Mi padre se ahorcó, mi abuelo se ahorcó y yo me voy a ahorcar». Es decir, han visto el suicidio en generaciones anteriores y lo han interiorizado como la única alternativa para resolver un conflicto.

La carretera que conduce hasta Frailes, uno de los puntos marcados como de alta tasa suicida, hace eses entre una maraña de barrigudas montañas. A duras penas, el asfalto se abre camino entre los desmayados olivares de arena blanca. Es martes, 2 de octubre, el termómetro marca 28 grados y los membrillos y las granadas maduran. Dicho sea que el entorno si a algo invita es a la vida.El pueblo de Frailes, 1.400 habitantes, gatea por la ladera de dos montañas. Una, coronada por la iglesia. La otra, por el cementerio.Los dos puntos más cercanos al cielo. Y, en la tradición popular, también a Dios.

«En seis años que llevo aquí he enterrado a 14 o 15 personas».El párroco de Frailes, Alberto Jaime, un joven de 34 años, eleva el tono para imponer su voz a las campanadas que llaman a misa.«Desde una chica de 15 años a un anciano de 92. Todos ahorcados, fíjese». Sorprende que prácticamente todos los suicidas recurran a este método cuando, en una zona de cazadores cómo ésta, la mayoría de las familias dispone en casa de escopeta en casa.Otro dato que trae de cabeza a los especialistas.

Se da media vuelta el párroco y señala a un punto intermedio entre el cementerio y iglesia. «¿Ve aquel olivo de allí, junto a la higuera? Un día, recién llegado, salí de la iglesia y me encontré a una persona colgada». Después, hace tres Navidades, ofició el entierro de un joven de un aldea vecina. Tenía 21 años, se había ahorcado y su padre abrazaba impotente el féretro. Antes que al del hijo, ya había asistido al suicidio de su esposa y su hermana.

Sólo el joven cura se presta a hablar abiertamente de ello. El resto del pueblo susurra si se le pregunta por el suicidio, guarda silencio o directamente niega su existencia («pues yo no he oído que eso suceda aquí»). «Es normal el mutismo», explica el cura, «las familias quedan marcadas y enseguida se comienza a comentar: "Pues su abuelo también se suicidó"».

Huyendo de su pasado el padre que lloraba la familia muerta se marchó a Barcelona. Otra vecina, María, hizo lo mismo después de que su marido y su progenitora, de 82 años, se colgaran en menos de una año. El último en morir, Simeón, tenía 92 años y no supo cómo afrontar la vida sin su esposa.

Pero el caso que más le ha impactado a Alberto Jaime, quizás por la sinrazón, fue el de la chica de 15 años: «Era guapa, atractiva, vitalista, deportista... Lo tenía todo en la vida: amigos, una familia unida. Fue la Semana Santa de mi vida».


«SON LOS NOGALES»
Después de un paseo por las empinadas cuestas de Fraile, entre casas excavadas en la roca, las teorías que la gente del pueblo ha acuñado para explicar por qué tiene un índice tan alto de suicidios son de lo más variopintas. «Los nogales, dicen que atrae enfermedades de los nervios y esas cosas», explica la mujer de neցro en el cementerio de Frailes, sin bajar la vista de la lápida del mármol del marido muerto. Hace 26 años que su hermano cogió una cuerda para poner fin a su vida, cuando tenía sólo 29, pero rehúye hablar de ello. «Cuando es de fin natural se sobrelleva, pero así... Eso es un trauma que no se supera en la vida».

Otros miran con desconfianza al aire que respiran y aseguran que el oxígeno tiene en la zona un «componente» que afecta el equilibrio mental de determinadas personas predispuestas a ello.Las más fantasiosas teorías hablan de una importación del suicidio, que habrían traído en la maleta unos supuestos búlgaros y húngaros que repoblaron la zona. Los más ambiguos esgrimen: «Es el terreno».

«Absolutamente descartado», dice tajante Julio Vallejo, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, quien estos días asiste al Congreso Internacional de Psiquiatría. «Científicamente está demostrado que no influyen ni la climatología, ni los nogales ni el oxígeno». La única explicación que se atreve a aventurar alude a la «depresión melancólica», una enfermedad de tras*misión genética, que conduce al suicidio a entre el 10 y el 15 % de quienes la padecen.

Un estudio genético de las familias con más casos de suicidio desvelaría algunas dudas pero sería muy costoso. Por eso mientras éste llega, se examinan con lupa todos los posibles agravantes, como la diseminación de la población de la zona en pequeños núcleos.Alcalá La Real, sin ir más lejos, tiene 14 aldeas. «En este marco es más fácil encontrar personas con relaciones sociales muy restringidas, donde es más frecuente la soledad y la depresión».

Durante siglos, esta comarca jienense ha vivido de espaldas al resto del mundo condicionada por unas montañas que hacían insalvables incluso las pequeñas distancias que separaban unos municipios de otros. Fruto de esta incomunicación es la existencia, aun hoy, de una idiosincrasia propia, en muchos aspectos anclada en el pasado y que se deja ver en la visión que los aldeanos tienen del suicidio. Se dejó atrás la obligación de enterrar a los suicidas, junto a los no bautizados, en un lugar separado en el cementerio pero no la idea de que sólo Dios da y quita la vida.

«¿Cree usted que mi familiar habrá ido al cielo? ¿Se habrá condenado?».Con este ruego, acuden a las puertas del párroco de Frailes.«Están convencidos de que al interrumpir su vida de forma violenta el espíritu de esa persona no ha quedado en paz con la fin», explica Alberto. Por eso, después de un ahorcamiento le piden que se les bendiga la casa o que les oficie una misa para salvar su alma.

No es la única peculiaridad de un pueblo donde abundan curanderos y santos de carne y hueso. El que no se atribuye el poder de sanar con la saliva de otro está especializado en resolver un determinado mal. Y es costumbre, después de visitar al doctor, pedir la opinión del curandero de confianza.

Es un martes cualquiera y la Iglesia de Frailes está llena. Muchos parroquianos, engalanados con el traje de domingo, no han podido entrar y escuchan la misa, de pie, desde la puerta. «Es que hoy es San Custodio», dice José Vega, 83 años, quien apura un cigarrillo neցro, frente al templo. Están allí para rendir culto a Custodio (el santo Custodio), un señor de una aldea vecina que murió hace tres décadas y al que se le atribuía la facultad de sanar. «Yo lo vi», se enorgullece José Vega. «Fue antes de la Guerra. Yo trabajaba de carpintero en su casa cuando entró un hombre cojo y el Santo Custodio le dijo: "Suelta la muleta". Y comenzó a andar».

Según cuentan, recibió el don de sanar de otro santo, Luisico el Aceituna, se lo pasó al Santo Manuel, y éste, a su fin, al conocido como el Santo de Baza, aún vivo, cuyo último milagro fue cegar momentáneamente a sus devotos mientras miraban el sol.Hoy, la tumba del Santo Custodio, en la vecina Noalejos (donde quiso enterrarse, según dicen, porque allí no creían en él), la fuente donde él bebía, la cueva donde rezaba y su casa son centro de peregrinación de sus fieles.

Terminada la misa, los vecinos intercambian cortesía:

Antonio, ¿cómo va la vida?, ¿cómo está tu hija?

Mejor. Y tu padre, ¿se recuperó de aquello?

Uno de ellos («José Cano, 58 años», se presenta), se acerca a preguntar qué hace una extraña en Frailes. «A mí se me ha presentado la Virgen y el Santo Custodio y Jesucristo. Y curo muchas enfermedades.Graves, todavía no, porque Dios no me ha dado el poder, pero espero que me lo dé. ¿El suicidio? Mi abuelo se suicidó, seis de julio de 1953. Tenía yo 10 años, se quitó la vida en un pedazo y yo buscándolo... Y luego dos primos más, primos míos hermanos.Era su sino. Les entra ese frenesí...».

LOS 135 CASOS ESTUDIADOS

A la zona que comprende los municipios jienenses de Alcalá La Real, Frailes y Castillo de Locubín se la conoce popularmente como el Triángulo de la fin por poseer una de las tasas de suicidios más alta de Europa. Los psiquiatras Francisco Díaz-Atienza, del Hospital Princesa de España (Jaén), y Antonio González Iglesias, coordinador de la Unidad de Salud Mental de Alcalá La Real, han recopilado todos los casos de suicidios acontecidos en su distrito sanitario (que además de las localidades mencionadas comprende a Alcaudete) desde 1985 a 1998. El resultado es un total de 135 suicidios para una población de 38.000 habitantes y una tasa de suicidios de 25 por cada 100.000 habitantes y año, frente a la media nacional, que ronda el 7,54 (en 1999 se suicidaron en nuestro país 2.456 personas).

El objetivo de los psiquiatras no era otro que arrojar un poco de luz a un fenómeno que afecta sólo a determinadas familias.Con los resultados sobre la mesa, tampoco lograron una explicación científica.

El perfil del suicida de la zona se pude resumir en un varón que ronda los cincuenta años, soltero, y que recurre al ahorcamiento para poner fin a su vida. «Los factores de riesgo», explica Díaz-Atienza, «son aquellos que inducen a sufrir depresiones y, por tanto al suicidio: el desempleo, vivir solo, tener problemas con el alcohol y las drojas, apatía y desesperanza, insomnio y falta de concentración».

La mayoría de los suicidas, 97, eran varones, frente a 39 mujeres (28,1%). Un 17% puso fin a su vida cuando aún no tenía 31 años.El método más utilizado fue el ahorcamiento (80%) frente a la intoxicación (8%), la utilización de un arma de fuego (5%), la precipitación (5%) o la sumersión (2%). Un gran porcentaje (40,7%) se suicidó en núcleos menores de 1.500 habitantes, pese a que en éstos sólo vive la cuarta parte de la población estudiada.Y el 40% había consultado, en algún momento de su vida, a la Unidad de Salud Mental. Ninguno manifestó que tuviera intención de suicidarse.

Un hecho que no se explican los psiquiatras es la concentración de los suicidios en meses atípicos, junio-julio y enero-febrero, cuando la mayor incidencia de depresiones es en primavera-verano.Y mientras siguen indagando, desmienten algunos tópicos: «Que aquellos que hablan del suicidio no lo hacen, que se produce sin avisar o que hablar de ello con una persona perturbada le dará la idea de pasar a la acción».

¿Conocéis algún pueblo así?:8::8::8:

Más cosas:

Luis Miguel Sanchez Tostado

En todos los países existen determinadas zonas geográficas donde se contabiliza un mayor número de conductas autodestructivas. En la provincia de Jaén, la Sierra Sur destaca por presentar unos niveles significativamente elevados de suicidios consumados. Esta comarca está constituida por los términos municipales de Alcaudete, Castillo de Locubín, Frailes y Alcalá la Real.

Para el desarrollo del presente trabajo hemos consultado los Registros Civiles, los expedientes judiciales y los datos obrantes en el Instituto Nacional de Estadística (INE) así como diversas entrevistas realizadas a expertos. Con la intención de comprobar si se trata de un problema de reciente aparición o si, por el contrario, se detecta continuidad en el tiempo, optamos por recoger información de un intervalo cronológico lo suficientemente amplio. En este caso han sido cincuenta años, esto es, desde 1950 hasta 1999. Se ha preferido no incluir los años treinta y cuarenta pues los condicionantes socio-económicos y políticos de aquella etapa podrían contaminar la muestra al incluirse en ella casos de suicidios más relacionados con la desectructuración familiar propia de la guerra civil, la depresión de los vencidos, la represión de los vencedores y la miseria económica de los “años del hambre”.

Tras recopilar los suicidios consumados referidos al periodo 1950-1999, se ha calculado el promedio anual de esta conducta en cada población o aldea. Al mismo tiempo se ha obtenido un promedio demográfico calculando la media entre la población de derecho recogida en el nomenclator de población del INE y el padrón municipal de los años 1960, 1970, 1981, 1986 y 1996. Todo ello con el fin de obtener en cada municipio la tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes (variable frecuentemente utilizada) y para comparar estos coeficientes con los del resto de las provincias españolas.

Por último es importante aclarar que los datos obtenidos se refieren a suicidios consumados. No se incluyen, pues, las tentativas de suicidio.

Y seguimos mirando

Entre 1950 y 1999 se produjeron un total de 273 suicidios en Alcalá la Real y su término, lo que supone una media de 5´5 actos suicidas consumados al año. Ello representa una increíble tasa de 26´5 por 100.000 habitantes en dicho municipio. Esta cifra, de por sí elevada, queda ridícula si la comparamos con aldeas como Las Grajeras (47´5), Charilla (42´8), Rivera Baja (37´4), La Rábita (36´8), Santa Ana (32´3) o La Pedriza (21´6) donde el coeficiente provincial (8´8) queda quintuplicado y sextuplicado. Si a estas cifras tuviéramos que sumarle los casos de suicidio en grado de “tentativa” (como lo hace el INE) los índices serían aún más espectaculares.

El resto de los municipios de la comarca de la Sierra Sur también presentan unas elevadas tasas de suicidio aunque significativamente menores que el término alcalaíno. En los últimos quince años Castillo de Locubín presenta un índice de 22´3, Frailes 19´4 y Alcaudete 18´7.

Analizados un total 334 suicidios en la comarca de la Sierra Sur[2] obtuvimos los siguientes datos:

Por sexos el varón alcanza el 70% de los suicidios frente a un 30% de presencia femenina. La modalidad utilizada en el 82% de los casos es el ahorcamiento y en menor medida la inmersión (5´9%), el arma de fuego (4´4%), la ingesta tóxica (4´4%) y la precipitación (2´6%).

En cuanto al estado civil el mayor porcentaje se da entre los casados (56´8%) seguido de los viudos (12´5%), solteros (7´7%) y separados (1´7%).

En este capítulo no voy a poner fotos, me parece una falta de respeto. Pero pongo un cuadro:

MaratSuicidio.jpg


La fin de Marat. Creo que está muy bien.

Mirad ésto que creo que es la clave.

Algunas hipótesis especulan con atribuir al aislamiento geográfico y social de las aldeas más pequeñas y a la ausencia de perspectivas laborales de sus lugareños el principal acicate depresivo que puede degenerar en tendencia suicida. Sobre todo a partir de los años sesenta y setenta cuando se verificó un desplazamiento masivo de habitantes hacia los núcleos urbanos más poblados tras el paulatino abandono de las cortijadas y caseríos.[4] Pero esta teoría se derrumba cuando reparamos en que, con anterioridad a ese movimiento, existían unas tasas de suicidios similares a la etapa posterior del citado desplazamiento demográfico. Debe tenerse en cuenta que otras comarcas serranas como las de la Sierra de Segura, por ejemplo, han sufrido y sufren un aislamiento geográfico mucho mayor que el de la Sierra Sur. La comarca alcalaína se encuentra tan sólo a 45 kilómetros de la ciudad de Granada y las de Segura o las Villas a más de cien de la capital más próxima y, en cambio, los niveles de suicidio son mucho más bajos. Más aún si tenemos en cuenta que, históricamente, los accesos a Alcalá la Real tuvieron una gran importancia. En su tiempo la ruta del califato que unía a Granada y Córdoba pasaba precisamente por la ciudad de la Mota.[5]

Hay quien defiende la existencia de algún condicionante genético hereditario. Ello podría explicar la existencia de tendencias suicidas localizadas en varios componentes de una misma familia. Así sucede, por ejemplo, en la aldea de La Rábita donde diez miembros de una conocida familia se quitaron la vida ahorcándose a lo largo de tres generaciones. Desconocemos si con anterioridad a 1950 existiría esta conducta suicida en esta familia, pero durante el periodo objeto de estudio se quitaron la vida el abuelo, cuatro de sus cinco hijos, un tío, tres sobrinos y una nieta. Los suicidios de esta unidad familiar constituyen el 66´6% del total contabilizado en esta aldea.

Estudiando el parentesco y las coincidencias de apellidos ciertamente se detecta alguna correlación en unas pocas familias pero no es, ni mucho menos, una tendencia generalizada. La cuestión que se suscita es si estos casos responden a una herencia biogenética o se trata de un “aprendizaje” asimilado inconscientemente bajo estímulos sociales y familiares. O tal vez una mezcla de ambos.

Precisamente esta teoría del aprendizaje en zonas de escasa densidad demográfica y bajo nivel cultural pudiera justificar la existencia de cierto componente psicológico que se encuentra larvado en algunos vecinos y que, a diferencia de otros jiennenses que no arrastran históricamente esta luctuosa “tradición”, no contemplen el suicidio como una desgarradora tragedia, sino como algo mucho más natural ligado a su vida e incluso a su propia historia. El suicidio podría ser para ellos una opción más para solucionar un problema que consideran grave en su vida. Lógicamente es la peor opción, pero tal vez no se tenga conciencia de ello. Esto podría justificar los típicos casos de mimetismo que hemos detectado en 45 posibles suicidios por “contagio”, los cuales ocurrieron en los días siguientes de conocerse el anterior y en la misma población o muy cercana.[6] Estos casos de “suicidio por contagio” o inmediatos suponen el 13% del total de suicidios contabilizados.

Esto me parece traído por los pelos, pero...

Algunos estudios postmorten recientes han detectado una besugo reducción de la serotonina (un neurotransmisor cerebral) en la mayoría de los suicidas examinados. También se contabilizan niveles muy bajos de ciertas encimas y hormonas así como del colesterol en sangre. Aunque no son definitivos, estos estudios dejan una puerta abierta a un futuro donde se pueda detectar con antelación suficiente los marcadores químicos que delaten con cierta fiabilidad al futuro suicida y pueda ser sometido a tratamiento. Pero todas estas teorías no explican por sí solas el fenómeno del suicidio. Los enfoques multifactoriales, esto es, la concurrencia simultánea de diversas causas de origen psicosocial, psiquiátricas, ambientales o biológicas parecen ser las menos erróneas.

El bajo colesterol te lleva al suicidio.
Quién lo diría...

Ya finalizo. Como bien sabéis todos el suicidio es un tema tabú en nuestra sociedad. No he encontrado en youtube ningún video ilustrante al respecto (de este tema) y me parece que hay pocas posibilidades de encontrarlo.

Yo creo que tuve conocimiento de ésto por el programa "Cuarto Milenio" del tío Friker, pero no he logrado encontrar nada aparte de enlaces a temas de psiquiatría y demás parafernalia:

Nuevos datos e investigaciones sobre el suicidio en Alcalá » llanillo.com :.: Noticias y Opinión en Alcalá la Real

Puntos de Fuga: El triángulo de la fin

Cortijo de los asombros

Algo interesante...

Los suicidios podrían estar relacionados con el agua, más concretamente con el yeso que hay la misma pues influye directamente en la sinapsis del cerebro y provocaría depresiones . Esta teoría de relacionar el agua u otras sustancias químicas con los suicidios en determinadas zonas no es nueva. Hace años, sobre finales de los 60, era habitual que en Cortegana (Huelva) la gente “hiciera la lámpara” (suicidio por ahorcamiento) y la teoría que me esgrimieron fue que la falta de yodo en el agua de consumo diario de entonces provocaba una carencia crónica del mismo que daba numerosos casos de hipotiroidismo y éstos, con los años, habían hecho que existiera en el pueblo un alto número de personas afectadas con cretinismo. Por tanto podría existir gente que portara rastros latentes de ese mal en sus genes y que fueran finalmente los que acabasen tomando la decisión de ahorcarse.
 
Pues nada, reflotando:

Capítulo 5: la bailaora y el rajá

El porqué de que yo escriba este post es bastante extraño. Estaba yo en mi casa un día de estos de fiesta y entre birra y birra se me ocurrió escuchar esta canción:

[YOUTUBE]Fw8lHeCswcY[/YOUTUBE]

Y me vino un flash a la cabeza, una de esas historias raras, pero raras y que suceden de verdad. La historia de Ana María Delgado Briones. Aquí os la cuento más o menos.

Anita Delgado - Wikipedia, la enciclopedia libre
La biografía oficial de Anita Delgado por la escritora Elisa Vázquez de Gey | La Princesa de Kapurthala

Ana María Delgado Briones. Nació en Málaga (España) el 8 de febrero de 1890 y falleció en Madrid (España) el 7 de julio de 1962.

Nació en Málaga en la calle Peña, hija de Ángel Delgado de los Cobos y Candelaria Briones. Estos regentaban el pequeño café La Castaña, en el que Ana pronto reveló sus inquietudes artísticas. Junto a su hermana Victoria comenzó a asistir a clases de declamación. El interés de Anita por estas clases hizo que su padre le renovara la matrícula, a pesar de la mala situación financiera. Finalmente la situación se hizo insostenible y deciden emigrar a Madrid.

Todo empezó por unas clases de baile que la vecina del bajo nos daba por nada, pues no le podíamos pagar… Unos empresarios que buscaban caras nuevas nos vieron bailar y a las pocas semanas ya nos habían bautizado: Victoria y yo éramos Las Hermanas Camelias.
Aquellos señores nos contrataron a razón de treinta reales la noche para hacer de teloneras y bailar entre pase y pase de las artistas en el Central Kursaal.

La foto de las Hermanas Camelias. (una de ellas es bizca ¿no?)

las_hermanas_camelias.jpg


El Kursaal era uno de los lugares de reunión más famosos del Madrid de la época:

Anita, Princesa de Kapurthala | Revista Madrid Histórico

Por ese mismo tiempo, el rey Alfonso XIII viajaba por Europa para buscar novia. Fue en Londres donde conoció a un joven indio jugador de polo conocido como S. A. el rajá de Kapurthala. Se hicieron buenos amigos, tanto, que fue invitado a la boda del monarca al año siguiente.

Como turista amante de los placeres de la vida, el príncipe indio, de 34 años de edad, acudió al Central-Kursaal, donde no pudo evitar sentirse atraído por el encanto de los dieciséis años recién cumplidos de Anita Delgado, pero la joven rechazó las ofertas de sostener efímeros encuentros con él.

Alfonso XIII, el maharajá de Kapurthala y su hijo en El guanol
Alfonso-XIII.jpg


Anita no accede a sus peticiones y el maharajá abandona Madrid debido al atentado sufrido contra los reyes de España en la Calle Mayor. Desde Francia insiste y pide a Anita que se case con él.

Y aquí nace la leyenda. Extraño todo, pero cierto:

En un principio ella no acepta, pero en una de las cartas que le envía le comunica que se casará con él. Esta carta llega a manos de Romero de Torres y Valle-Inclán antes de ser enviada a Francia, que observando el lenguaje sencillo y las numerosas faltas de ortografía, redacta una nueva misiva que convierte la aceptación de matrimonio de Anita en una poética declaración de amor hacia el majarajá.

Finalmente viaja a París donde se casó por lo civil con el majarajá. Posteriormente, viaja a la India, donde contrae matrimonio el 28 de enero de 1908 a la edad de 18 años, por el rito sij. La ceremonia de Kapurthala será recordada por su majestuosidad; la novia acudió a lomos de un elefante lujosamente adornado.

Anita_Delgado.jpg


Vivió durante años en la India, donde tuvo un hijo, Maharajá Kumar Ajit Singh, al que enseñó el idioma español. En 1914 debido al comienzo de la Primera Guerra Mundial, su marido viajó a Europa para ponerse al servicio del ejército británico, Anita le acompañó, haciendo importantes donativos a los hospitales franco-británicos.
Su hijo Ajit (1908-1982) obtuvo el grado militar de teniente coronel.

Aquí comienzan los problemas:

Las relaciones en el matrimonio comenzaron a enfriarse. Anita mantuvo un breve idilio con su hijastro Maharajkumar Karamjit Singh (hijo del maharajá con su cuarta esposa, Rani Kanari Sahiba). Como consecuencia de esta relación, Anita se queda embarazada, siendo obligada a abortar por su marido. En cuanto ella se repone de la grave anemia causada por el aborto, el maharajá se divorcia de ella, prohibiéndole volver a la India pero dándole una pensión vitalicia a condición de que no vuelva a casarse.

A partir de ese momento, Ana vive a caballo entre París, Madrid y Málaga. Finalmente se instala en Madrid, donde falleció en 1962 debido a un ataque cardíaco.
La fin de su ex marido en 1949 la afectó profundamente.

El hijo de Anita tuvo una hija, Maha Akhtar, que es escritora y bailaora de flamenco. Ha recibido de parte de la casa real [española, se supone] el título de «Maharajkumari Sahiba de Kapurthala», y escribió en 2009 un libro titulado La nieta de la maharaní.

Pues ya está, ya conocéis la histora de la bailaora y el rajá.
 
Yo me leí la biografía de Anita Delgado, la que escribio Elisa Vázquez de Gey hace unos años y es una historia muy interesante y curiosa, recomiéndola.
 
Yo me leí la biografía de Anita Delgado, la que escribio Elisa Vázquez de Gey hace unos años y es una historia muy interesante y curiosa, recomiéndola.

He querido colocar esta historia en el hilo de lo desconocido no por ser leyenda o realidad -que es realidad- si no por la casualidad tan grande, el hecho de que una niña de Málaga, casi indigente, acabe siendo la esposa del rajá de Kapurthala.
Es increible. Si haces el cálculo de probabilidades seguro que tiende a cero.
Pero sucedió.
Nada es imposible, que dice esa publicidad.
 
He querido colocar esta historia en el hilo de lo desconocido no por ser leyenda o realidad -que es realidad- si no por la casualidad tan grande, el hecho de que una niña de Málaga, casi indigente, acabe siendo la esposa del rajá de Kapurthala.
Es increible. Si haces el cálculo de probabilidades seguro que tiende a cero.
Pero sucedió.
Nada es imposible, que dice esa publicidad.

Es cierto, la historia con sus probabilidades escasas sigue siendo fascinante, muy del imaginario de la época y de esos amores de copla con aquellos inicios, nudos y desenlaces tan dramáticos, parece más una de esas leyendas o cuentos de las abuelas, pero como dice fué real.
 
Volver