Tenían qeu dejar a sus mastines sin comer uan semana, untarlo de grasa de animal y echárselo a sus propios mastines.
Una vez muerto el responsable, a los mastines deberáin ejecutarlos, rompiendoles uno a uno los huesos del cuerpo con uan maza y dejándolso en agonía durante horas/días, que todo los perros del lugar los oigan aullar.
Asociaran el olor de sangre humana causada por gruñidos de ataque, con dolor, fin y agonía.
Les entrará un miedo atávico insuperable a atacar humanos.
Porque los animales solo entienden eso, el terror.