castguer
Madmaxista
Sólo en las repúblicas bananeras o dictaduras solapadas y en toda monarquía cocotera, se suelen producir sometimientos queridos, deseados y complacido de los gobernantes a los poderes fácticos, ya religiosos, ya económicos. Pero sólo en las monarquías cocoteras como la española, ese sometimiento se produce con un especial tinte folkclórico adquirido desde que gobierna el partido bicéfalo, que no bifronte, llamado PPSOE, y que puede desembocar en espectáculos tan grotescos, antieuropeos, anticulturales y productores de vergüenza( por delegación de supuestas personas serias y honradas), como la ultima Fiesta del Planeta, con la presencia unas veces de un miembro del Gobierno de la nación, de la realeza, amén de más de un millar de esos escritores, artistas, cineastas, profesores, empresarios, etcétera, que forman parte de lo que los medios de comunicación consideran “lo mejorcito de nuestra sociedad”.
Todo el mundo sabe que el Premio Planeta –como el Alfaguara, el Primavera, el Nadal y todos los demás que convocan las fábricas del libros para galardonar uno que ellas van a publicar- es un chanchullo, el mayor chanchullo de los varios chanchullos que cada año se producen en este terreno, pues cada vez son más las editoriales que imitan el procedimiento, desde que la corrupción se enseñoreó de todos los estamentos del país y pasó a formar parte de nuestra forma de vida.
“¡orate el que no delinca!” parece ser ahora el saludo de los que van a saltar al ruedo ibérico. Pero a lo que iba: voy a contar lo que sucede y cómo sucede, a sabiendas de que no cuento nada nuevo para quienes están “en esto”, en su escueta desnudez y bajo un chorro de luz: Con meses de antelación, se sabe quién va a ser el ganador o la ganadora, y no por causa de una indiscreción o un chivatazo al más puro estilo juzgado de Instrucción,no. ¡Es el propio editor quien lo “filtra”!, sabiendo que los periodistas orates – más de un cincuenta por ciento del gremio- darán a la “noticia” el tratamiento que a él le conviene. La cosa tiene todas las trazas de una estafa a los demás concursantes, pero los chicos de la prensa lo toman como una gracia del muy pícaro de Don José.
Un bodrio de Planeta
Todo el mundo sabe que el Premio Planeta –como el Alfaguara, el Primavera, el Nadal y todos los demás que convocan las fábricas del libros para galardonar uno que ellas van a publicar- es un chanchullo, el mayor chanchullo de los varios chanchullos que cada año se producen en este terreno, pues cada vez son más las editoriales que imitan el procedimiento, desde que la corrupción se enseñoreó de todos los estamentos del país y pasó a formar parte de nuestra forma de vida.
“¡orate el que no delinca!” parece ser ahora el saludo de los que van a saltar al ruedo ibérico. Pero a lo que iba: voy a contar lo que sucede y cómo sucede, a sabiendas de que no cuento nada nuevo para quienes están “en esto”, en su escueta desnudez y bajo un chorro de luz: Con meses de antelación, se sabe quién va a ser el ganador o la ganadora, y no por causa de una indiscreción o un chivatazo al más puro estilo juzgado de Instrucción,no. ¡Es el propio editor quien lo “filtra”!, sabiendo que los periodistas orates – más de un cincuenta por ciento del gremio- darán a la “noticia” el tratamiento que a él le conviene. La cosa tiene todas las trazas de una estafa a los demás concursantes, pero los chicos de la prensa lo toman como una gracia del muy pícaro de Don José.
Un bodrio de Planeta