Paletik "Paletov" Pasha
Dios, Empresa y Concejo
En julio de 1978 un camión de gas licuado que circulaba por la N-340 estalla en los Alfaques, un camping playero cerca de San Carlos de la Rápita, por una sobrepresión en la cisterna producida por ir pasado de carga. Al parecer esto era una práctica común en la empresa Enpetrol, que fue condenada como culpable de la catástrofe.
La bola de fuego originada por la explosión BLEVE carbonizó instantáneamente a 158 personas, que murieron en el acto, la mayoría turistas belgas, alemanes y franceses que disfrutaban de las playas de Tarragona. Otras 70 personas murieron después en el hospital por las gravísimas quemaduras. El camión cisterna se partió por la mitad, proyectando la cabina y la parte trasera unos 500 metros, en sentidos opuestos.
La escena después del accidente era dantesca, propia de un holocausto nuclear: coches calcinados, edificaciones destruidas, vegetación vaporizada,.... con cadáveres de hombres, mujeres y niños petrificados, intentando huir hacia el mar Mediterráneo, cuya agua llego al punto de ebullición, de los mas de 2000 grados que se alcanzaron en el camping. En total, 243 muertos, muchos ni se enteraron al estar sesteando. Para algunos otros, la fin llegó rápido, pero el rictus de dolor se quedó en sus rostros quemados. La tragedia podría haber sido peor si el camión hubiese estallado medio kilómetro antes, en el pueblo de san Carlos de la Rápita, de 20.000 habitantes.
A partir de entonces se prohibió a las mercancías peligrosas circular por cascos urbanos.
Recuerdo que Iker Jiménez siempre sacaba este tema a la palestra porque había muchos testimonios que hablaban de apariciones nocturnas de gente vestida con atuendos playeros.
La bola de fuego originada por la explosión BLEVE carbonizó instantáneamente a 158 personas, que murieron en el acto, la mayoría turistas belgas, alemanes y franceses que disfrutaban de las playas de Tarragona. Otras 70 personas murieron después en el hospital por las gravísimas quemaduras. El camión cisterna se partió por la mitad, proyectando la cabina y la parte trasera unos 500 metros, en sentidos opuestos.
La escena después del accidente era dantesca, propia de un holocausto nuclear: coches calcinados, edificaciones destruidas, vegetación vaporizada,.... con cadáveres de hombres, mujeres y niños petrificados, intentando huir hacia el mar Mediterráneo, cuya agua llego al punto de ebullición, de los mas de 2000 grados que se alcanzaron en el camping. En total, 243 muertos, muchos ni se enteraron al estar sesteando. Para algunos otros, la fin llegó rápido, pero el rictus de dolor se quedó en sus rostros quemados. La tragedia podría haber sido peor si el camión hubiese estallado medio kilómetro antes, en el pueblo de san Carlos de la Rápita, de 20.000 habitantes.
A partir de entonces se prohibió a las mercancías peligrosas circular por cascos urbanos.
Recuerdo que Iker Jiménez siempre sacaba este tema a la palestra porque había muchos testimonios que hablaban de apariciones nocturnas de gente vestida con atuendos playeros.
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