Segismunda
Reina de los Trolls
- Desde
- 19 Nov 2010
- Mensajes
- 27.532
- Reputación
- 45.842
Un fenómeno inexplicable recorre USA. CHARUZU está desmantelando la familia tradicional americana, poseyendo a decenas de madres. Los tabloides recogen cada vez más casos protagonizados por mujeres modernas, de estas que dicen «yo no soy la progenitora de mi hija, soy su amiga», «en esta casa se habla de sesso con naturalidad» o «yo dejo que la nena se traiga al novio a dormir, porque lo que quieran hacer, lo van a hacer igual». Dos de los casos que hemos seleccionado preñarían el alma del mismísimo Ted Bundy. Esta es una historia de derroición sin redención.
CÓMO RACHEL LENHARDT (36) CAGÓ EL NÚCLEO DE SU HIJA ADISON (16)
CHARUZU poseyó a esta profesora de una escuela dominical del llamado Bible belt de Columbia,
ama de casa ejemplar y progenitora de otros cinco hijos.
La pequeña Adi convenció a su progenitora para organizar una fiesta con sus amiguitos. Todo se desarrollaba con normalidad, salvo por el alcohol y la marihuana que Rachel suministraba a los mañacos adolescentes. En un momento dado, pone a los chiquillos a jugar al Twister sexy, una variante en la que si pierdes te quitas una prenda. Las tetitas de Debbie (16) se rozaban con los boxers de Scotty (18); la pezuña de camello que se marcaba en las braguitas de Lucy (17) se apoyaba en las narices de Jeff (16); el ambiente comenzaba a caldearse, cuando la mamá del año se llevó a Scotty, capitán del equipo de waterpolo, al excusado. En esa habitación, contigua al salón, le realizó una felación y sorbió las lefotas del chortino. Mientras, el resto de chavales restregaban sus cuerpos semidesnudos y Adison sufría una crisis de ansiedad al ver que su mamá sería objeto de murmuraciones en su instituto. Su novio, Mickey (16), no se separaba de ella para darle su apoyo y tranquilizarla.
Tras recibir el CUMAZO MAÑAQUIL, la matriarca sale del retrete y grita: «¡AÚN NO ESTOY SATISFECHA!». Adison comienza a hiperventilar, teme lo que pasará, pero su novio la abraza. Rachel sale de su cuarto con un maletín lleno de juguetes sensuales que comienza a introducirse por todos sus orificios delante de los asistentes. La incredulidad inicial da paso a las risas y aplausos, cuando esta ama de casa se mete en el chumino un dildo más grande que Chiqui, la acondroplásica de Gran Hermano (es una unidad métrica tan válida como cualquier otra). Una vez se ha corrido como una cortesana frente a los chavales, parece satisfecha y se va a dormir, de modo que Adison se tranquiliza. Ha evitado que pasase lo peor, o eso cree.
Minutos después su novio desaparece. Pide a sus amigas que la ayuden a buscarlo, y así es como se encuentran a Mickey: con los pantalones por los tobillos, hincándosela a la mamá de la nena. Sus amigos Scotty y Jeff jalean la escena como hinchas deportivos. Mickey, virgen hasta ese entonces, intenta balbucear una excusa con los ojos en blanco pero se le está yendo el cerebro por la uretra. Como la mantis religiosa, cuando comienza la eyaculación no hay marcha atrás aunque a uno le coman la cabeza. Adison cae desmayada al ver esta escena dantesca y sus amigas corren a contarlo todo en redes. Rachel fue condenada a trabajos sociales y perdió la custodia de todos sus hijos por una noche sencilla. CHARUZU no tolera que una hembra vote republicano e imparta la Biblia.
CÓMO JAMIE AYER (40) FELÓ A TODOS LOS AMIGOS DE SU NENA
La siguiente historia tiene lugar en Bradenton, Florida, que es como Gandía pero con más neցros.
Esta enfermera volvía a casa tras una dura jornada laboral cuando se encontró a cinco zagales de entre 15 y 17 años, junto a un grupo de chicas y su propia hija. Como la ocasión la pintan puñetero-calva, comenzó a preparar cubatas y repartirlos entre la muchachada. Es entonces cuando se lleva a uno de los mañacos a la habitación y le practica sesso oral. Un amigo del afortunado se entera y se une con total naturalidad. Entre los dos, la ponen en la postura del pollo asado, ensartada entre dos barras de carne chortinesca. Como en la anterior historia, la nena los descubre y cae presa de la vergüenza y la ansiedad. Pero nadie se apiada de la criatura, pues otros tres amigos adolescentes se suman a la fiesta y se la aman a pelito allí mismo. Ningún chaval renuncia a un gang bang por un quítame allá esta hija llorando en una esquina. Cinco adolescentes bombeando, una vieja subida de peso gimiendo y una hija catalépsica, viéndolo todo y oyendo a sus amigas: «qué fuerte, tía», «lo estoy comentando en tiktok», «hashtag: #QuéPutónDeMamá». El alma de esta jovencita resultó más crimpayeada que el orto de su propia progenitora.
EL PROPÓSITO DE CHARUZU: SEMBRAR LA MISANDRIA
En las dos historias, que podéis leer aquí y aquí, hay un componente común. La hija de Rachel sabe que su progenitora estaba pasando un mal momento tras divorciarse de su padre, soldado que volvió de la guerra muy violento y machirulo. La ha perdonado y defendido en las redes sociales, pero seguramente lactará un repruebo misándrico durante toda su vida, pues la desfachatez de su novio es imposible de digerir o perdonar a tan tierna edad. La hija de Jamie sacará una conclusión idéntica: los hombres son unos cerdos. CHARUZU no da puntada sin hilo. Cuando posee y conduce a la locura a una hembra, para que cometa actos ignominiosos típicamente masculinos, lo hace para inflamar la guerra de sexos. Estas chiquillas, marcadas a hierro justo cuando el amor solo es una idealización, nunca perdonarán al macho.
¡NUNCA!
CÓMO RACHEL LENHARDT (36) CAGÓ EL NÚCLEO DE SU HIJA ADISON (16)
CHARUZU poseyó a esta profesora de una escuela dominical del llamado Bible belt de Columbia,
ama de casa ejemplar y progenitora de otros cinco hijos.
La pequeña Adi convenció a su progenitora para organizar una fiesta con sus amiguitos. Todo se desarrollaba con normalidad, salvo por el alcohol y la marihuana que Rachel suministraba a los mañacos adolescentes. En un momento dado, pone a los chiquillos a jugar al Twister sexy, una variante en la que si pierdes te quitas una prenda. Las tetitas de Debbie (16) se rozaban con los boxers de Scotty (18); la pezuña de camello que se marcaba en las braguitas de Lucy (17) se apoyaba en las narices de Jeff (16); el ambiente comenzaba a caldearse, cuando la mamá del año se llevó a Scotty, capitán del equipo de waterpolo, al excusado. En esa habitación, contigua al salón, le realizó una felación y sorbió las lefotas del chortino. Mientras, el resto de chavales restregaban sus cuerpos semidesnudos y Adison sufría una crisis de ansiedad al ver que su mamá sería objeto de murmuraciones en su instituto. Su novio, Mickey (16), no se separaba de ella para darle su apoyo y tranquilizarla.
Tras recibir el CUMAZO MAÑAQUIL, la matriarca sale del retrete y grita: «¡AÚN NO ESTOY SATISFECHA!». Adison comienza a hiperventilar, teme lo que pasará, pero su novio la abraza. Rachel sale de su cuarto con un maletín lleno de juguetes sensuales que comienza a introducirse por todos sus orificios delante de los asistentes. La incredulidad inicial da paso a las risas y aplausos, cuando esta ama de casa se mete en el chumino un dildo más grande que Chiqui, la acondroplásica de Gran Hermano (es una unidad métrica tan válida como cualquier otra). Una vez se ha corrido como una cortesana frente a los chavales, parece satisfecha y se va a dormir, de modo que Adison se tranquiliza. Ha evitado que pasase lo peor, o eso cree.
Minutos después su novio desaparece. Pide a sus amigas que la ayuden a buscarlo, y así es como se encuentran a Mickey: con los pantalones por los tobillos, hincándosela a la mamá de la nena. Sus amigos Scotty y Jeff jalean la escena como hinchas deportivos. Mickey, virgen hasta ese entonces, intenta balbucear una excusa con los ojos en blanco pero se le está yendo el cerebro por la uretra. Como la mantis religiosa, cuando comienza la eyaculación no hay marcha atrás aunque a uno le coman la cabeza. Adison cae desmayada al ver esta escena dantesca y sus amigas corren a contarlo todo en redes. Rachel fue condenada a trabajos sociales y perdió la custodia de todos sus hijos por una noche sencilla. CHARUZU no tolera que una hembra vote republicano e imparta la Biblia.
CÓMO JAMIE AYER (40) FELÓ A TODOS LOS AMIGOS DE SU NENA
La siguiente historia tiene lugar en Bradenton, Florida, que es como Gandía pero con más neցros.
Esta enfermera volvía a casa tras una dura jornada laboral cuando se encontró a cinco zagales de entre 15 y 17 años, junto a un grupo de chicas y su propia hija. Como la ocasión la pintan puñetero-calva, comenzó a preparar cubatas y repartirlos entre la muchachada. Es entonces cuando se lleva a uno de los mañacos a la habitación y le practica sesso oral. Un amigo del afortunado se entera y se une con total naturalidad. Entre los dos, la ponen en la postura del pollo asado, ensartada entre dos barras de carne chortinesca. Como en la anterior historia, la nena los descubre y cae presa de la vergüenza y la ansiedad. Pero nadie se apiada de la criatura, pues otros tres amigos adolescentes se suman a la fiesta y se la aman a pelito allí mismo. Ningún chaval renuncia a un gang bang por un quítame allá esta hija llorando en una esquina. Cinco adolescentes bombeando, una vieja subida de peso gimiendo y una hija catalépsica, viéndolo todo y oyendo a sus amigas: «qué fuerte, tía», «lo estoy comentando en tiktok», «hashtag: #QuéPutónDeMamá». El alma de esta jovencita resultó más crimpayeada que el orto de su propia progenitora.
EL PROPÓSITO DE CHARUZU: SEMBRAR LA MISANDRIA
En las dos historias, que podéis leer aquí y aquí, hay un componente común. La hija de Rachel sabe que su progenitora estaba pasando un mal momento tras divorciarse de su padre, soldado que volvió de la guerra muy violento y machirulo. La ha perdonado y defendido en las redes sociales, pero seguramente lactará un repruebo misándrico durante toda su vida, pues la desfachatez de su novio es imposible de digerir o perdonar a tan tierna edad. La hija de Jamie sacará una conclusión idéntica: los hombres son unos cerdos. CHARUZU no da puntada sin hilo. Cuando posee y conduce a la locura a una hembra, para que cometa actos ignominiosos típicamente masculinos, lo hace para inflamar la guerra de sexos. Estas chiquillas, marcadas a hierro justo cuando el amor solo es una idealización, nunca perdonarán al macho.
¡NUNCA!