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Soltera y con un hijo. Mi amiga es un tanto "acrata" y por principios, con los cuales ha vivido hasta ahora bastante cómodamente, nunca ha querido que su vida privada y familiar sea regida administrativamente; no se casó, cuando se separó de su pareja llegó a un acuerdo con él en las condiciones que debían regir la tutela de su hijo y en cómo repartían los bienes y ningún juez ha determinado nunca quién tiene la custodia del hijo.
Durante años la situación supuso una custodia compartida de facto hasta que hace un tiempo el niño se puso malo y el padre, al no saber reconocer qué efectos tenía la enfermedad ni aceptar lo que sucedía simplemente se desentendió y desde entonces vive enfadado con su hijo y sin querer saber nada de él. Digamos que de acuerdo a sus propios principios mi amiga nunca ha reclamado, ni reclamará, que el estado o el organismo administrador competente, obligue al padre a ejercer de lo que por sí mismo no está dispuesto a ejercer.
El conflicto sobre el que os quiero pedir reflexiones viene ahora. Mi amiga, para poder hacerse cargo mejor de la salud de su hijo ha solicitado a su empresa reducir la jornada laboral. Parecía que todo iba bien hasta que ayer le pidieron que justificara oficialmente que tiene la guardia y custodia.
Me contaba mi amiga que tiene dudas respecto a si pedir que le reduzcan la jornada es querer aprovechar una situación administrativamente favorable y por tanto está usando consigo misma la ley del embudo a su favor. Es decir "si quiere evitar al máximo que la administración determine su estructura familiar ¿solicitar la reducción de jornada es aprovecharse de una posibilidad administrativa y por tanto soslayar sus propios principios?"
Esta es la duda inicial. Si la respuesta a esta cuestión fuera que sí seguramente renunciaría a ejercer ese supuesto derecho (me la conozco suficiente como para saber que su reacción sería esa). Si la respuesta a esta cuestión fuera que no se le plantea un segundo conflicto ¿Cómo demuestra oficialmente que tiene la guardia y custodia sin que un juez ratifique las condiciones o en el peor de los casos dicte una sentencia? ¿Valdría un documento firmado por los dos progenitores ante un notario? (y lo del notario ya le toca los ovarios a mi amiga, dar fe pública de un asunto privado es de aquellas cosas que no tolera demasiado bien)
Yo le hice reflexionar sobre la necesidad de tragarse sus principios ante necesidades más urgentes del momento pero no acabó de verlo claro
sí, sí - me decía - entiendo el argumento y de hecho he aceptado renunciar a otras ideas que creía puntales cuando ha sido cuestión de supervivencia, pero no tengo tan claro que esta lo sea, creo que puedo seguir haciéndome cargo de la salud de mi hijo sin necesidad de recurrir a la reducción de jornada, vale que voy algo más cansada y que hay días que parece que no llego a todo pero ¿no será que en realidad quiero reducir la jornada para estar yo más descansada puesto que a mi hijo lo tengo bien atendido y en una situación estupenda dadas las circunstancias?
En fin, que anda mi amiga un poco confusa con este asunto. Valga la pena decir que a veces parece salida de un libro de caballería y que sus ideas respecto a cómo debe uno vivir de acuerdo a sus principios son más propios del S. XIX que del XXI, pero es buena gente y si cree que tiene que ceder, cede, pero tiene que verlo muy claro.
Como veo que en nuestra reflexión sobre el asunto nos quedamos ayer atascadas creo que sería de utilidad que aportarais elementos que sirvieran para aclarar un poco el paisaje, yo os lo agradecería mucho y mi amiga también.
Durante años la situación supuso una custodia compartida de facto hasta que hace un tiempo el niño se puso malo y el padre, al no saber reconocer qué efectos tenía la enfermedad ni aceptar lo que sucedía simplemente se desentendió y desde entonces vive enfadado con su hijo y sin querer saber nada de él. Digamos que de acuerdo a sus propios principios mi amiga nunca ha reclamado, ni reclamará, que el estado o el organismo administrador competente, obligue al padre a ejercer de lo que por sí mismo no está dispuesto a ejercer.
El conflicto sobre el que os quiero pedir reflexiones viene ahora. Mi amiga, para poder hacerse cargo mejor de la salud de su hijo ha solicitado a su empresa reducir la jornada laboral. Parecía que todo iba bien hasta que ayer le pidieron que justificara oficialmente que tiene la guardia y custodia.
Me contaba mi amiga que tiene dudas respecto a si pedir que le reduzcan la jornada es querer aprovechar una situación administrativamente favorable y por tanto está usando consigo misma la ley del embudo a su favor. Es decir "si quiere evitar al máximo que la administración determine su estructura familiar ¿solicitar la reducción de jornada es aprovecharse de una posibilidad administrativa y por tanto soslayar sus propios principios?"
Esta es la duda inicial. Si la respuesta a esta cuestión fuera que sí seguramente renunciaría a ejercer ese supuesto derecho (me la conozco suficiente como para saber que su reacción sería esa). Si la respuesta a esta cuestión fuera que no se le plantea un segundo conflicto ¿Cómo demuestra oficialmente que tiene la guardia y custodia sin que un juez ratifique las condiciones o en el peor de los casos dicte una sentencia? ¿Valdría un documento firmado por los dos progenitores ante un notario? (y lo del notario ya le toca los ovarios a mi amiga, dar fe pública de un asunto privado es de aquellas cosas que no tolera demasiado bien)
Yo le hice reflexionar sobre la necesidad de tragarse sus principios ante necesidades más urgentes del momento pero no acabó de verlo claro
sí, sí - me decía - entiendo el argumento y de hecho he aceptado renunciar a otras ideas que creía puntales cuando ha sido cuestión de supervivencia, pero no tengo tan claro que esta lo sea, creo que puedo seguir haciéndome cargo de la salud de mi hijo sin necesidad de recurrir a la reducción de jornada, vale que voy algo más cansada y que hay días que parece que no llego a todo pero ¿no será que en realidad quiero reducir la jornada para estar yo más descansada puesto que a mi hijo lo tengo bien atendido y en una situación estupenda dadas las circunstancias?
En fin, que anda mi amiga un poco confusa con este asunto. Valga la pena decir que a veces parece salida de un libro de caballería y que sus ideas respecto a cómo debe uno vivir de acuerdo a sus principios son más propios del S. XIX que del XXI, pero es buena gente y si cree que tiene que ceder, cede, pero tiene que verlo muy claro.
Como veo que en nuestra reflexión sobre el asunto nos quedamos ayer atascadas creo que sería de utilidad que aportarais elementos que sirvieran para aclarar un poco el paisaje, yo os lo agradecería mucho y mi amiga también.