Tengo la estrategia perfecta para reimpulsar los bares PACO de cosa

Manolo the Boss

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Tal cual, chavales.

La cosa consiste en promocionarlos como restaurantes de época, ambientados en la dictadura, la tras*ición o los años 80, por ejemplo. Vender una experiencia inmersiva en un pasado reciente que, aún siendo reciente, está ya muy olvidado y muy denostado. Un viaje gastronómico a la España de nuestros padres y abuelos, con menús llenos de legumbres, casquería y cosas que a los IZANES de cosa les resultan repulsivas, como los caracoles. Imaginad un menú bien PACO, con cosas como potaje de vigilia, callos con garbanzos, caracoles en su propia baba, lechecillas, sangre frita, bígaros, riñones al jerez...

Muchos influencers irían por aquello de hacer la gracia y eso arrastraría a hordas de NPCs que irían sólo por imitar a sus ídolos, pagando gustosamente 50 eypos por un menú compuesto de cocido de primero, pies de lechón en salsa de segundo y pijama de postre, por ejemplo. Los camareros tendrían que vestir como en la época, al más puro estilo PACO de cosa, dejándose bigote y sin raparse el poco pelo que les quede a los que sean calvos, llevando la mata de pelo de los laterales, el peinado PACO por excelencia. Ah, y si llamas jefe o maestro al camarero, al aguardiente de después de comer invita la casa.

Yo creo que lo petaría bastante, sobre todo en ciudades modernitas y postureras, rollo Barcelona, Madrid o Palma de Mallorca.
 
Menú:

Primero: Sopa de ajo

Segundo: Albóndigas en salsa española

Postre: Contesta o pieza de naranja

Vinorro con gaseosa, pan, café y gotas incluidos


Un sueño
Postre: pijama

Es el postre Paco por excelencia, además, inventado por Paco:

Fue rebautizado en 1951 por Paco Parellada, responsable del restaurante 7 Portes, cuando oficiales de la Sexta Flota de los Estados Unidos solicitaron un Pêche Melba y Parellada elaboró su interpretación a partir de las instrucciones de los clientes.
 
Tal cual, chavales.

La cosa consiste en promocionarlos como restaurantes de época, ambientados en la dictadura, la tras*ición o los años 80, por ejemplo. Vender una experiencia inmersiva en un pasado reciente que, aún siendo reciente, está ya muy olvidado y muy denostado. Un viaje gastronómico a la España de nuestros padres y abuelos, con menús llenos de legumbres, casquería y cosas que a los IZANES de cosa les resultan repulsivas, como los caracoles. Imaginad un menú bien PACO, con cosas como potaje de vigilia, callos con garbanzos, caracoles en su propia baba, lechecillas, sangre frita, bígaros, riñones al jerez...

Muchos influencers irían por aquello de hacer la gracia y eso arrastraría a hordas de NPCs que irían sólo por imitar a sus ídolos, pagando gustosamente 50 eypos por un menú compuesto de cocido de primero, pies de lechón en salsa de segundo y pijama de postre, por ejemplo. Los camareros tendrían que vestir como en la época, al más puro estilo PACO de cosa, dejándose bigote y sin raparse el poco pelo que les quede a los que sean calvos, llevando la mata de pelo de los laterales, el peinado PACO por excelencia. Ah, y si llamas jefe o maestro al camarero, al aguardiente de después de comer invita la casa.

Yo creo que lo petaría bastante, sobre todo en ciudades modernitas y postureras, rollo Barcelona, Madrid o Palma de Mallorca.

Supongo que también deberían contratar a borrachos que poblaran parte de la barra con su correspondiente sol y sombra y olor a meado. El cartel de afuera el de Camy, pero la luz no funciona. El alicatado verde y descolorido, el toldo deshilachado y, por supuesto, Paco detrás de la barra con camisa de rayas que le dio su cuñado porque le quedó pequeña, con solo tres botones abrochados, sobresaliendo una cadena de oro y un matojo de pelo neցro.
 
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