Los animalistas estamos en contra de los zoológicos, así que no mientas.
Por muy buena vida que tenga el toro, nada justifica darle una fin tan humillante y tortuosa como la que reciben.
Es dar un mensaje público de aceptación y normalización de la violencia, y de que los animales (y la naturaleza) no valen nada, de que podemos maltratarlos y acabar con ellos cuando nos venga en gana.
El hombre maltratando y arrasando la creación de Dios, casi se podría decir que es como una especie de ritual satánico. Una plaza de toros está impregnada de malas energías, por todo el dolor, sufrimiento y muertes que se han dado en dicho lugar.