La edad de Aisha cuando se casó con Mahoma es contradictoria según varios hacices, ahora está de moda repetir como loros que Mahora era un *******asta, bla, bla, bla, lo cierto es que la mayoría de estudiosos islámicos coinciden en que lo más probable, es que tuviera unos 12 ó 13 años, es decir una mujer en edad normal de matrimonio para la época.
La inmensa mayoría de estudiosos islámicos aceptan una edad de entre seis y nueve años, y pocos llegan hasta el extremo superior. Muy pocas interpretaciones adjudicando a Aixa una edad superior son anteriores a nuestra época.
Obviamente, no se puede llamar *******asta a un hombre que vivió en una época bárbara entre códigos y costumbres bárbaras. Sólo se le puede llamar bárbaro.
El Islam tiene una larga historia de respeto hacia otras religiones, quizás la que más, decir que es imposible la libertad religiosa en el Islam, es sencillamente falso,
Ni el Islam ni el Cristianismo tienen un historial de respeto hacia todas las demás religiones. Hasta hace apenas doscientos años, en los pocos países cristianos en los que existía una cierta libertad religiosa, ésta se debía a la iniciativa de los monarcas más que a la de las iglesias, y por lo general sólo abarcaba a ciertas sectas cristianas, como por ejemplo, el Edicto de Nantes. De doscientos años a esta parte, la situación ha mejorado muy lentamente: por ejemplo, en las primeras décadas de los Estados Unidos, que incluye la libertad religiosa entre sus preceptos fundacionales, había una decidida política interior anticatólica, y hasta hace poco más de cien años, en un país tan moderno como Gran Bretaña, los católicos no podían acceder a determinados cargos públicos. Y de España, mejor no hablar. Eso en cuanto al cristianismo.
En cuanto al Islam, su precepto de cierta tolerancia hacia otras religiones se limita exclusivamente, y de forma expresa, a judíos y cristianos (y a alguna secta rara que existía en Arabia en tiempos de Mahoma, emparentada con el zoroastrismo). El Corán niega expresamente el derecho de los idólatras a conservar su religión, e incluso les niega el derecho a ser protegidos de cualquier tipo de violencia si se niegan a abandonarla. Y en idólatras incluye a todo el mundo: budistas, hinduístas, animistas, helenistas, Jedis y esquimales.
En lo referente a judíos y cristianos, se recogen numerosas regulaciones que los convierten de facto en ciudadanos de segunda: por ejemplo, un judío o un cristiano no pueden desposar legalmente a una mujer fiel a la religión del amora, ni siquiera hoy, en ninguno de estos países, ni siquiera los más laicos. Supongo que eso no lo considerará usted un ataque a la familia tan terrible como los que sufre esta institución en España, donde un hombre y una mujer se pueden casar, si se quieren, en cualquier caso, y ninguna ley obliga a que los hijos que tengan pertenezcan desde su nacimiento a una secta determinada.