El Gran Lebowski
Himbersor
- Desde
- 27 Oct 2018
- Mensajes
- 181
- Reputación
- 833
¿Qué puede ir mal...?
El porcentaje de ahorro de los españoles en ladrillo debe caer por debajo del 50% - elEconomista.es
En el año 1995, la riqueza de los españoles en vivienda suponía el 75% del total -es el primer ejercicio que registra el Banco de España-. Hoy, 24 años después, la fotografía sigue siendo la misma: España es un país de propietarios.
Según los últimos datos del Banco de España, correspondientes a septiembre de 2018, el 79,1% del patrimonio de los españoles está en manos del ladrillo, el nivel más alto desde diciembre de 2013. De hecho, en los últimos tres años la exposición al inmueble ha crecido, de media un 1,5%, frente al 0,5% en los activos financieros, ¡tres veces más! Ante este panorama, algunos expertos creen que lo más recomendable es que, en la cesta de inversión, la vivienda no pese más de un 50%. Incluso algo menos.
En el gusto español por lo inmobiliario influyen varios factores. Por un lado, la cultura española, basada en la propiedad de una vivienda que se tras*mite de generación en generación. Según los resultados del I Observatorio de la Vivienda elaborado por Century 21 España y publicado el año pasado, casi el 90% de los españoles preferiría vivir en una casa en propiedad a la hora de buscar un cambio de vivienda. Asimismo, según los datos recogidos, casi el 65% de los encuestados vive en una casa en propiedad, ya sea suya o de su familia, aunque quizá es más llamativo que más del 70% de las personas que viven de alquiler querrían tener una casa en propiedad. Mientras que entre los jóvenes el principal motivo de elegir esta opción está en querer crear un hogar, los mayores de 50 años suelen buscar una inversión de cara al futuro.
Otro de los motivos que hacen de España un país de ladrillo es la escasa formación financiera que se recibe desde que somos niños. "Sin duda, la educación financiera constituye el mejor mecanismo de promoción de la inversión en activos financieros. Con una adecuada formación, las decisiones de inversión se realizan en base a criterios de máxima eficiencia, que determinarán la distribución de activos óptima para cada ahorrador, en función de sus circunstancias personales", indica José Luis Manrique, director de estudios y estadísticas de Inverco.
En este sentido, según la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV),un 46% de la población española considera que sus conocimientos financieros son bajos o muy bajos. Tan solo el 8% dice que son altos. Desde 2008, ambos organismos tienen puesto en marcha el Plan de Educación Financiera cuyo objetivo es mejorar la cultura financiera de la población. Para Belén Alarcón, socia y directora de Planificación patrimonial de Abante, la falta de cultura financiera "nos lleva, muchas veces, a tomar como ciertas creencias que no necesariamente tienen que cumplirse, como cuando se dice que la vivienda es una inversión segura o que nunca cae. Por esa misma falta de conocimientos, muchas veces percibimos los productos financieros como algo complejo y nos cuesta analizar bien la oferta a nuestro alcance -o no somos conscientes de toda esa oferta-".
Además de las dos anteriores circunstancias, en estos últimos años, los bajos tipos de interés y el auge del alquiler ha promovido que la vivienda sea un activo atractivo. "De media, la rentabilidad anual que se puede obtener en España por un inmueble alquilado es del 5,4%, mientras que en 2018 la rentabilidad era del 5,8%, en 2017 del 5,5% y en 2016 era de 5,2%", indican desde el portal inmobiliario Fotocasa. "¿Qué activo ofrece esa rentabilidad?", se pregunta, Beatriz Toribio, directora de Estudios de Fotocasa. El aumento de los alquileres se ha visto impulsado por la dificultad de los ciudadanos de acceder al mercado de la compra. "El fuerte empuje que ha vivido el alquiler ha motivado, tanto a grandes fondos de inversión como a inversores medios, a comprar vivienda. Antes de la crisis, las personas que optaban por vivir de alquiler eran el 6 o 7%. Ahora esta cifra es del 20-22%", explica Toribio. Este crecimiento también ha implicado que los precios del alquiler aumenten. "En 2017 el precio medio del alquiler se incrementó un nueve% y en 2018 lo hizo en un 1,2%".
El gran problema de la iliquidez
Uno de los principales problemas de esta exposición de la ciudadanía española al inmobiliario es la iliquidez del activo. Es decir, no poder venderlo en el momento que se quiere, como demostró la crisis que estalló en 2008. "Una de las preocupaciones que se debería tener es a qué velocidad eres capaz de hacer líquido tu patrimonio y hay una cosa que se llama inmobiliario que lo mismo se vende en una semana que lo mismo no tiene salida en dos años. Para mí, más allá de un 30-40% de patrimonio ilíquido no sería recomendable en general", indica Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis. A este respecto, para Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, "la visión clásica de mitad y mitad entre activos financieros y ladrillo es razonable en un país como España. El ladrillo es una inversión en la que de entrada pierdes un 10% y la gente no se da cuenta". Para patrimonios más elevados, Santiago Daniel, director de productos de inversión de Deutsche Bank España, aconseja no destinar más de un 10-15%. "Hay que tener en cuenta los gastos, no sólo de la compra, sino de mantenimiento, IBI, etc. Los principales fallos que ha habido en la inversión en inmobiliario son, por un lado, que el inversor particular no ha tenido en cuenta todos los costes asociados y, por otro, pensar que la inversión en vivienda no tiene riesgo y que el ladrillo nunca cae".
La situación de España es, realmente, una rara avis, ya que en otros estados la exposición al ladrillo no es tan elevada. Según los datos de Inverco, en Estados Unidos la proporción es inversa, ya que tres de cada diez euros están invertidos en inmuebles. "Mantener esta estructura de ahorro en España supone una elevada inversión -hipotecas- que resta recursos financieros a otro tipo de activos, y durante un número elevado de años. Quizás el porcentaje óptimo se encuentre entre ambos puntos. Por ejemplo, la inversión en activos financieros en Canadá y Reino Unido se encuentran en torno al 50% del total", recuerda José Luis Manrique. Por su parte, Alejandro Inurrieta, profesor del IEB, argumenta que "en gran parte de la Europa central la vivienda es un bien de uso y no de inversión. Frente a la idea arraigada en España de que la vivienda es un fondo de pensiones y una parte de la herencia a nuestros hijos, en dichos países, gran parte del ahorro se dedica al ahorro previsión o la educación de los hijos".
Además de la formación financiera desde edades tempranas, algunos expertos como Víctor Alvargonzález, creen que es necesario "crear ventajas fiscales para promover la diversificación y crear competencia para que las rentabilidades sean buenas y bajen las comisiones". De hecho, uno de los productos clásicos para el ahorro, el plan de pensiones, ofrece escasas rentabilidades y con costes elevados. A cinco años, la rentabilidad media anual de este producto es del 1,8%, porcentaje que aumenta al 3,3% si hablamos de diez años y al 3,7% a 25 años, según los datos de Inverco. En una entrevista concedida a elEconomista, Giorgio lechezato, CEO de Finizens, reconocía que "en el caso de los planes de pensiones, el 59% del patrimonio gestionado está en manos de cuatro bancos -CaixaBank, BBVA, Santander y Bankia-". Esta concentración perjudica a los clientes "con comisiones más elevadas que en otros países. El 44% tiene comisiones y gastos corrientes superiores al 1,5%. Cada euro gastado en comisiones es un euro menos de rentabilidad", añadía lechezato. Otro de los productos clásicos, el depósito, ofrece de media un 0,05%, según los datos del Banco de España.
"Hay que dejar de satanizar al sector desde las distintas administraciones. El mejor incentivo es el fiscal, pero aquí parece que vamos en dirección contraria penalizando los fondos de pensiones y estableciendo costes adicionales a la compraventa de acciones, algo que puede terminar con la actividad, ya de por sí reducida, en la bolsa española", concluye Juan José Fernández-Figares, de Link Securities. Por último, desde Banca March, David Espeja, director de Banca Privada, cree que es esencial explicar las ventajas de los activos financieros para incentivar la inversión, entre las que se encontrarían, "una correcta diversificación y por lo tanto reducción del riesgo, protección regulatoria, liquidez casi inmediata, enfoque internacional de nuestras inversiones, tras*parencia en costes, valoración diaria de nuestro patrimonio, posibilidad de diferimiento fiscal y, sobre todo, tener la oportunidad de acceder a un servicio de asesoramiento especializado".
El porcentaje de ahorro de los españoles en ladrillo debe caer por debajo del 50% - elEconomista.es
- A día de hoy asciende al 80% del ahorro total...
- ... y los expertos alertan de la escasa liquidez de este activo
En el año 1995, la riqueza de los españoles en vivienda suponía el 75% del total -es el primer ejercicio que registra el Banco de España-. Hoy, 24 años después, la fotografía sigue siendo la misma: España es un país de propietarios.
Según los últimos datos del Banco de España, correspondientes a septiembre de 2018, el 79,1% del patrimonio de los españoles está en manos del ladrillo, el nivel más alto desde diciembre de 2013. De hecho, en los últimos tres años la exposición al inmueble ha crecido, de media un 1,5%, frente al 0,5% en los activos financieros, ¡tres veces más! Ante este panorama, algunos expertos creen que lo más recomendable es que, en la cesta de inversión, la vivienda no pese más de un 50%. Incluso algo menos.
En el gusto español por lo inmobiliario influyen varios factores. Por un lado, la cultura española, basada en la propiedad de una vivienda que se tras*mite de generación en generación. Según los resultados del I Observatorio de la Vivienda elaborado por Century 21 España y publicado el año pasado, casi el 90% de los españoles preferiría vivir en una casa en propiedad a la hora de buscar un cambio de vivienda. Asimismo, según los datos recogidos, casi el 65% de los encuestados vive en una casa en propiedad, ya sea suya o de su familia, aunque quizá es más llamativo que más del 70% de las personas que viven de alquiler querrían tener una casa en propiedad. Mientras que entre los jóvenes el principal motivo de elegir esta opción está en querer crear un hogar, los mayores de 50 años suelen buscar una inversión de cara al futuro.
Otro de los motivos que hacen de España un país de ladrillo es la escasa formación financiera que se recibe desde que somos niños. "Sin duda, la educación financiera constituye el mejor mecanismo de promoción de la inversión en activos financieros. Con una adecuada formación, las decisiones de inversión se realizan en base a criterios de máxima eficiencia, que determinarán la distribución de activos óptima para cada ahorrador, en función de sus circunstancias personales", indica José Luis Manrique, director de estudios y estadísticas de Inverco.
En este sentido, según la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV),un 46% de la población española considera que sus conocimientos financieros son bajos o muy bajos. Tan solo el 8% dice que son altos. Desde 2008, ambos organismos tienen puesto en marcha el Plan de Educación Financiera cuyo objetivo es mejorar la cultura financiera de la población. Para Belén Alarcón, socia y directora de Planificación patrimonial de Abante, la falta de cultura financiera "nos lleva, muchas veces, a tomar como ciertas creencias que no necesariamente tienen que cumplirse, como cuando se dice que la vivienda es una inversión segura o que nunca cae. Por esa misma falta de conocimientos, muchas veces percibimos los productos financieros como algo complejo y nos cuesta analizar bien la oferta a nuestro alcance -o no somos conscientes de toda esa oferta-".
Además de las dos anteriores circunstancias, en estos últimos años, los bajos tipos de interés y el auge del alquiler ha promovido que la vivienda sea un activo atractivo. "De media, la rentabilidad anual que se puede obtener en España por un inmueble alquilado es del 5,4%, mientras que en 2018 la rentabilidad era del 5,8%, en 2017 del 5,5% y en 2016 era de 5,2%", indican desde el portal inmobiliario Fotocasa. "¿Qué activo ofrece esa rentabilidad?", se pregunta, Beatriz Toribio, directora de Estudios de Fotocasa. El aumento de los alquileres se ha visto impulsado por la dificultad de los ciudadanos de acceder al mercado de la compra. "El fuerte empuje que ha vivido el alquiler ha motivado, tanto a grandes fondos de inversión como a inversores medios, a comprar vivienda. Antes de la crisis, las personas que optaban por vivir de alquiler eran el 6 o 7%. Ahora esta cifra es del 20-22%", explica Toribio. Este crecimiento también ha implicado que los precios del alquiler aumenten. "En 2017 el precio medio del alquiler se incrementó un nueve% y en 2018 lo hizo en un 1,2%".
El gran problema de la iliquidez
Uno de los principales problemas de esta exposición de la ciudadanía española al inmobiliario es la iliquidez del activo. Es decir, no poder venderlo en el momento que se quiere, como demostró la crisis que estalló en 2008. "Una de las preocupaciones que se debería tener es a qué velocidad eres capaz de hacer líquido tu patrimonio y hay una cosa que se llama inmobiliario que lo mismo se vende en una semana que lo mismo no tiene salida en dos años. Para mí, más allá de un 30-40% de patrimonio ilíquido no sería recomendable en general", indica Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis. A este respecto, para Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, "la visión clásica de mitad y mitad entre activos financieros y ladrillo es razonable en un país como España. El ladrillo es una inversión en la que de entrada pierdes un 10% y la gente no se da cuenta". Para patrimonios más elevados, Santiago Daniel, director de productos de inversión de Deutsche Bank España, aconseja no destinar más de un 10-15%. "Hay que tener en cuenta los gastos, no sólo de la compra, sino de mantenimiento, IBI, etc. Los principales fallos que ha habido en la inversión en inmobiliario son, por un lado, que el inversor particular no ha tenido en cuenta todos los costes asociados y, por otro, pensar que la inversión en vivienda no tiene riesgo y que el ladrillo nunca cae".
La situación de España es, realmente, una rara avis, ya que en otros estados la exposición al ladrillo no es tan elevada. Según los datos de Inverco, en Estados Unidos la proporción es inversa, ya que tres de cada diez euros están invertidos en inmuebles. "Mantener esta estructura de ahorro en España supone una elevada inversión -hipotecas- que resta recursos financieros a otro tipo de activos, y durante un número elevado de años. Quizás el porcentaje óptimo se encuentre entre ambos puntos. Por ejemplo, la inversión en activos financieros en Canadá y Reino Unido se encuentran en torno al 50% del total", recuerda José Luis Manrique. Por su parte, Alejandro Inurrieta, profesor del IEB, argumenta que "en gran parte de la Europa central la vivienda es un bien de uso y no de inversión. Frente a la idea arraigada en España de que la vivienda es un fondo de pensiones y una parte de la herencia a nuestros hijos, en dichos países, gran parte del ahorro se dedica al ahorro previsión o la educación de los hijos".
Además de la formación financiera desde edades tempranas, algunos expertos como Víctor Alvargonzález, creen que es necesario "crear ventajas fiscales para promover la diversificación y crear competencia para que las rentabilidades sean buenas y bajen las comisiones". De hecho, uno de los productos clásicos para el ahorro, el plan de pensiones, ofrece escasas rentabilidades y con costes elevados. A cinco años, la rentabilidad media anual de este producto es del 1,8%, porcentaje que aumenta al 3,3% si hablamos de diez años y al 3,7% a 25 años, según los datos de Inverco. En una entrevista concedida a elEconomista, Giorgio lechezato, CEO de Finizens, reconocía que "en el caso de los planes de pensiones, el 59% del patrimonio gestionado está en manos de cuatro bancos -CaixaBank, BBVA, Santander y Bankia-". Esta concentración perjudica a los clientes "con comisiones más elevadas que en otros países. El 44% tiene comisiones y gastos corrientes superiores al 1,5%. Cada euro gastado en comisiones es un euro menos de rentabilidad", añadía lechezato. Otro de los productos clásicos, el depósito, ofrece de media un 0,05%, según los datos del Banco de España.
"Hay que dejar de satanizar al sector desde las distintas administraciones. El mejor incentivo es el fiscal, pero aquí parece que vamos en dirección contraria penalizando los fondos de pensiones y estableciendo costes adicionales a la compraventa de acciones, algo que puede terminar con la actividad, ya de por sí reducida, en la bolsa española", concluye Juan José Fernández-Figares, de Link Securities. Por último, desde Banca March, David Espeja, director de Banca Privada, cree que es esencial explicar las ventajas de los activos financieros para incentivar la inversión, entre las que se encontrarían, "una correcta diversificación y por lo tanto reducción del riesgo, protección regulatoria, liquidez casi inmediata, enfoque internacional de nuestras inversiones, tras*parencia en costes, valoración diaria de nuestro patrimonio, posibilidad de diferimiento fiscal y, sobre todo, tener la oportunidad de acceder a un servicio de asesoramiento especializado".