Cuantos más años tienes más "comodidades" necesitas. Con 20 duermes en un coche o directamente no duermes y al día siguiente recuperas con una siesta. Con 25 puedes sentir confortable cualquier camastro de cualquier pensión, sin dejar de dormir feliz y profundamente por muy deficiente que sea. Te duchas en cualquier parte y cualquier comida te sienta bien. Aceptas mejor ciertas impertinencias y compañías. Es interesante y conveniente resolver el futuro, pero no te angustias por ello, la idea de no ser siempre joven o incluso el pensar que la vida se puede torcer a nivel de salud o de familia, es inconcebible. Todo se disfrute por dos virtudes que con los años se desvanecen: novedad y vitalidad. El primer viaje con amigos, el primer viaje con la novia, el primer piso compartido, la primera noche sin dormir, el primer sueldo, la energía y la ilusión que todo esto provoca es casi como tener superpoderes.
A los 50 te conviene, necesitas en realidad, un buen hotel, una buena ducha, una buena cama. Sabes que es importante comer y dormir bien, y que una dieta de bocadillos no puede prolongarse una semana. Si has tenido suerte, has vivido, amado y viajado lo suficiente como para necesitar que algo sea realmente especial o novedoso, como para activarte al 100%. No te apetece aguantar según que que comentarios y según que personas, y esa libertad y esas posibilidades, de manera real y sin consecuencias, te las suele dar el tener dinero. Con una hipoteca pagada y ciertos ahorros, ya no vas al trabajo con la misma actitud, ya no tienes tanta dependencia y eso cambia tu forma de ver el mundo y de comportarse. No hablo de ser millonario, sólo de no estar a un par de nóminas de la pobreza.