rafabogado
Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy jueves y las lecturas:
“ Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre ”
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 17, 3-9
En aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».
Salmo de hoy
Sal 104, 4-5. 6-7. 8-9 R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la fin para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Juan Manuel Martínez Corral O.P., del Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife).
Reflexión del Evangelio de hoy
Te haré fecundo sobremanera
Las lecturas en el día de hoy nos proponen reflexionar desde la clave de: «Alianza», de este modo, buscando su sentido más profundo viviremos nuestro compromiso cristiano y el camino cuaresmal dando los frutos que Dios espera de nosotros en cada momento. El término «alianza» en la densidad del significado que quiere manifestar la Sagrada Escritura es necesario rescatar dos aspectos, dos conceptos con los que se llevan a término este pacto, esta relación entre Dios y su criatura:
El primer término con el que nos encontramos es la reconciliación. En un momento concreto este pueblo ha dado la espalda a su Señor, con una serie de actos que lo han llevado a la hostilidad y la división. Dios en ese acto de amor por su criatura vuelve a proponer un acto de alianza que conducen a la pacificación y a la reconciliación con Dios y con el prójimo.
El segundo aspecto importante que nos marca la clave de la alianza es el de la comunión y la unión. De esos interlocutores que son Dios y el pueblo (o un individuo). Así, aparece la tras*formación total de la vida. Abrán, sin un futuro cierto, ya que en su ancianidad no cuenta con un heredero, pasa a hacerse fecundo sobremanera en el Señor. El Dios de la alianza tras*forma la vida, donde no había esperanza hacia donde mirar al futuro con optimismo, Dios regala un horizonte nuevo y una fecundidad de vida.
El encuentro es lo característico de la «Alianza». Dios es el primero que sale al encuentro del ser humano. Él formula la promesa. Él es el protagonista de la historia «esponsal» y de intimidad con cada uno. Él propone: «Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo» (Jer 31,33). Es importante estar con todos los sentidos abiertos para poder captar la propuesta que Dios te ofrece y que te dejes fecundizar por su Palabra de vida.
El amor de Dios hacia la persona llamada es: «Gratuito, personal y único». Este amor inicial marca la vida, la existencia de toda la persona. Es el amor que caracteriza la relación de alianza. Se trata de la alianza con la persona (Abrahán), y se vierte en términos de promesa que Dios no abandona tu vida y que tu existencia tiene garantizada la plenitud de vida. «El Señor Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada» (Sal 104,8).
Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre
Seguimos con el sentido de «alianza» con el que podremos comprender mejor el texto evangélico de hoy. Que nos introduce en una clave de relación de intimidad con Dios que fecunda nuestra vida. Jesús está lanzando un mensaje que el auditorio no acaba de comprender, los fariseos, se quedan en lo literal. Quedarse en la superficialidad de las palabras hace que no entre en ellos el sentido de vida que Jesús está exponiendo.
Si aplicamos ese término de pacto o alianza a la lectura quizás de un poco más de luz al sentido que quiere expresar. Dios está proponiendo una acción a aquellos que quieran ser del grupo de Jesús. Si quieres ser del grupo lo primero que deberás de hacer es el de «conocer» para amar. Ya lo dice el dicho popular que: «no se ama aquello que no se conoce». Conocer quien este Dios que te ha creado y que te llama a vivir una vida plena. No exenta de tribulaciones pero que está fecundada por su presencia viva y resucitada de un Dios que está pendiente de su criatura. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre; me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación» (Sal 90,14-16).
De este modo aparece otro verbo «guardar». El conocer a Dios y su ley en el amor te introduce en «guardar su Palabra». Así, vemos claramente como nos vamos introduciendo en el dinamismo que nos plantea el ser discípulos y el camino cuaresmal. Acércate a Dios, conócelo, vive en Él y en su Palabra. Una Palabra que realmente es vida, que da sentido en medio de los desiertos y arenales por los que vamos pasando. Jesucristo: «Camino, Verdad y Vida». Sentido para nuestra vida. Luz que ilumina la densidad de la tiniebla por la que algunas veces pasamos. Palabra que crea y recrea toda nuestra existencia: «El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo» (Jn 1,9). Así guardaremos y viviremos en la Luz de su Palabra.
El guardar su palabra desemboca en el sentido profundo que tiene el estar injertados en Cristo: «No verán la fin». Con la dinámica que nos presentan esos verbos vemos que el sentido está en la alianza que Dios nos propone como camino de vida. Porque has comprendido el sentido que tiene la vida de Jesús de Nazaret la pondrás tú mismo en práctica. Una vida de entrega y de servicio a los demás por amor. Y esa vida tiene como germen la vida eterna. Por la vida entregada del Hijo al amor hacia la humanidad doliente el Padre resucita al Hijo. La fin no tiene dominio sobre la vida. La Vida tiene la última palabra: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» (Jn11,25-26).
Fuente: Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy jueves y las lecturas:
“ Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre ”
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 17, 3-9
En aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».
Salmo de hoy
Sal 104, 4-5. 6-7. 8-9 R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la fin para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Juan Manuel Martínez Corral O.P., del Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife).
Reflexión del Evangelio de hoy
Te haré fecundo sobremanera
Las lecturas en el día de hoy nos proponen reflexionar desde la clave de: «Alianza», de este modo, buscando su sentido más profundo viviremos nuestro compromiso cristiano y el camino cuaresmal dando los frutos que Dios espera de nosotros en cada momento. El término «alianza» en la densidad del significado que quiere manifestar la Sagrada Escritura es necesario rescatar dos aspectos, dos conceptos con los que se llevan a término este pacto, esta relación entre Dios y su criatura:
El primer término con el que nos encontramos es la reconciliación. En un momento concreto este pueblo ha dado la espalda a su Señor, con una serie de actos que lo han llevado a la hostilidad y la división. Dios en ese acto de amor por su criatura vuelve a proponer un acto de alianza que conducen a la pacificación y a la reconciliación con Dios y con el prójimo.
El segundo aspecto importante que nos marca la clave de la alianza es el de la comunión y la unión. De esos interlocutores que son Dios y el pueblo (o un individuo). Así, aparece la tras*formación total de la vida. Abrán, sin un futuro cierto, ya que en su ancianidad no cuenta con un heredero, pasa a hacerse fecundo sobremanera en el Señor. El Dios de la alianza tras*forma la vida, donde no había esperanza hacia donde mirar al futuro con optimismo, Dios regala un horizonte nuevo y una fecundidad de vida.
El encuentro es lo característico de la «Alianza». Dios es el primero que sale al encuentro del ser humano. Él formula la promesa. Él es el protagonista de la historia «esponsal» y de intimidad con cada uno. Él propone: «Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo» (Jer 31,33). Es importante estar con todos los sentidos abiertos para poder captar la propuesta que Dios te ofrece y que te dejes fecundizar por su Palabra de vida.
El amor de Dios hacia la persona llamada es: «Gratuito, personal y único». Este amor inicial marca la vida, la existencia de toda la persona. Es el amor que caracteriza la relación de alianza. Se trata de la alianza con la persona (Abrahán), y se vierte en términos de promesa que Dios no abandona tu vida y que tu existencia tiene garantizada la plenitud de vida. «El Señor Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada» (Sal 104,8).
Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre
Seguimos con el sentido de «alianza» con el que podremos comprender mejor el texto evangélico de hoy. Que nos introduce en una clave de relación de intimidad con Dios que fecunda nuestra vida. Jesús está lanzando un mensaje que el auditorio no acaba de comprender, los fariseos, se quedan en lo literal. Quedarse en la superficialidad de las palabras hace que no entre en ellos el sentido de vida que Jesús está exponiendo.
Si aplicamos ese término de pacto o alianza a la lectura quizás de un poco más de luz al sentido que quiere expresar. Dios está proponiendo una acción a aquellos que quieran ser del grupo de Jesús. Si quieres ser del grupo lo primero que deberás de hacer es el de «conocer» para amar. Ya lo dice el dicho popular que: «no se ama aquello que no se conoce». Conocer quien este Dios que te ha creado y que te llama a vivir una vida plena. No exenta de tribulaciones pero que está fecundada por su presencia viva y resucitada de un Dios que está pendiente de su criatura. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre; me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación» (Sal 90,14-16).
De este modo aparece otro verbo «guardar». El conocer a Dios y su ley en el amor te introduce en «guardar su Palabra». Así, vemos claramente como nos vamos introduciendo en el dinamismo que nos plantea el ser discípulos y el camino cuaresmal. Acércate a Dios, conócelo, vive en Él y en su Palabra. Una Palabra que realmente es vida, que da sentido en medio de los desiertos y arenales por los que vamos pasando. Jesucristo: «Camino, Verdad y Vida». Sentido para nuestra vida. Luz que ilumina la densidad de la tiniebla por la que algunas veces pasamos. Palabra que crea y recrea toda nuestra existencia: «El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo» (Jn 1,9). Así guardaremos y viviremos en la Luz de su Palabra.
El guardar su palabra desemboca en el sentido profundo que tiene el estar injertados en Cristo: «No verán la fin». Con la dinámica que nos presentan esos verbos vemos que el sentido está en la alianza que Dios nos propone como camino de vida. Porque has comprendido el sentido que tiene la vida de Jesús de Nazaret la pondrás tú mismo en práctica. Una vida de entrega y de servicio a los demás por amor. Y esa vida tiene como germen la vida eterna. Por la vida entregada del Hijo al amor hacia la humanidad doliente el Padre resucita al Hijo. La fin no tiene dominio sobre la vida. La Vida tiene la última palabra: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» (Jn11,25-26).
Fuente: Quien guarda mi palabra no verá la fin para siempre
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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