¿Sabes que es la esquizofrenia?

La esquizofrenia etimológicamente significa "escindir, dividir la mente" y el que es esquizofrénico está fuera de la realidad. Esa es su definición oficial que dan los psiquiatras y es el término evolucionado posterior de la locura, que está en desuso por ellos, aunque la gente, por lo general, la sigue usando, igualando el esquizofrénico a loco.

Pero ¿qué es estar "fuera de la realidad"? ¿Tu mente está fuera, pero tu cuerpo está dentro? Porque esquizofrénicos vemos fisicamente. Yo soy uno de ellos y he escrito esto.

Aunque lo más curioso es que los psiquiatras ponen ejemplos de igualar a la esquizofenia como una enfermedad física del cerebro.

Si es una enfermedad física del cerebro ¿cómo es posible que el cerebro físico (que está en la realidad) cree la mente y ésta pueda estar fuera (en lo irreal)? ¿la mente es física?
¿Cuál es el nexo en común que hace que hables y utilices pensamientos que no son reales en un cuerpo físico real?

La verdad es que lo irreal, no existe. Las películas, libros, cómics de ficción, etc, son juegos y sensaciones de la mente, pero todo lo que pasa en ellos es real:

Los actores son reales.
Los objetos son reales.
Los escenarios son reales.
Los efectos especiales están hechos con gráficos 3D gracias al código binario informático, creados en computadoras que tienen software y hardware que son reales.
Las ilustraciones son reales.
El texto es real.

Luego queda claro que la mente de un esquizofrénico no está fuera de la realidad en lo irreal, debe estar en otra realidad.

¿El esquizofénico está entonces en dos realidades diferentes a la vez? ¿cuerpo/cerebro en una realidad y la mente en otra?

¿Por qué cambia la mente de la realidad física a otra diferente? ¿Crea una propia? ¿Para qué?

¿Por qué la mente hace un autosabotaje al individuo para que éste no pueda interactuar bien con su entorno, a través de otra realidad?

Todas estas cosas me pregunto.

¿Sabes ahora qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia os da cuando tenéis 1 mes sin amar, lo digo por experiencia.
 
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Eso que digo no es gratuito, es la conclusión que recoge Erving Goffman, uno de los sociólogos más importantes del S.XX, padre de la microsociología, en su estudio Estigma, un librito pequeño y de lectura fácil pero clarificador sobre el efecto social de las etiquetas en la vida de las personas. Es a partir de ese libro que comenzamos a hablar de estigmas para referirnos a cosas que marcan en el simbólico social. Él es quien trae esa palabra religiosa al vocabulario popular. Pero trae también otras como victimario. También el propio concepto de simbólico social. Su obre más representativa es La presentación de la persona en la vida cotidiana.

Las etiquetas puede ayudar a las personas en determinados contextos no hostiles, pero en un contexto hostil un diagnostico psiquiátrico es su pasaporte a la indigencia y es una carta blanca de impunidad para sus abusadores que sin duda se presentarán como víctimas. Esto yo lo he vivido.

Entre los grandes logros recientes de la maravillosa ciencia de la Psiquiatría -ahora de forma eufemística Neurociencia- está por ejemplo el haber hecho de la infancia un trastorno a través del trastorno por déficit de atención. Hoy ya eso no se diagnostica. La etiqueta hizo estragos. En la década 2005/2015 nos encontramos a países como Holanda con un 30% de niños etiquetados y sometidos a fuertes tratamientos con anfetaminas. Barbarie.

Ese libro de Goffman y también Historia de la Locura en la Época Clásica de Foucault son dos textos que salvan vidas. Porque el contexto sociofamiliar de las personas puede conducir perfectamente a un desequilibrio afectivo, pero la solución no es poner una etiqueta estigmatizante o un tratamiento con terribles efectos secundarios a esa persona, sino tratar y enseñar a la persona a protegerse en ese contexto en la medida de lo posible o bien tratarlos a todos desde una terapia familiar, si es que se prestan a ello.

Conozco casos de desintegración familiar en los que una etiqueta ha conducido al suicidio de esa persona, también otros en los que ha conducido a la indigencia y yo mismo he estado cerca de pasar por ello. Hay lecturas que salvan vidas.
 
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