La petrolera española ha empezado a construir una planta en el Puerto de Bilbao cuyo objetivo es generar combustibles no contaminantes
Varios coches repostando en una gasolinera de Repsol|Europa Press
La compañía petrolera
Repsol y su filial Petronor han dado luz verde para la construcción de un
centro de descarbonización en el Puerto de Bilbao. El objetivo principal de esta iniciativa es la generación de
combustibles limpios y no contaminantes, que contribuirán a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
La iniciativa, que cuenta con otros socios como
Enagás, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y Aramco, se sitúa a la
vanguardia de los programas europeos para la lucha contra el cambio climático, y podría significar una auténtica revolución en el proceso de tras*ición energética abordado en Europa durante estas últimas décadas.
Este proyecto industrial, pionero en el sector, está compuesto por una
planta de combustibles sintéticos y un programa de valorización de recursos urbanos. La planta destinada a la producción de combustibles sintéticos, cuyos trabajos de construcción se prolongarán durante los próximos dos años, requerirá de
una inversión de 103 millones de euros y se convertirá en una de las mayores instalaciones de estas características en el mundo.
Fuentes de Repsol informan de que actualmente existen algunas plantas de combustibles sintéticos en el mundo, pero son a escala piloto y no utilizan la misma tecnología. «Esta tecnología que estamos desarrollando a gran escala en Repsol es pionera y única en el mundo», aseguran a
THE OBJECTIVE desde la empresa.
Por su parte, el proyecto de
valorización de residuos urbanos se encargará de la obtención de energía baja en carbono mediante la reutilización y el tratamiento de desperdicios compuestos de papel, cartón, plásticos o telas. El combustible extraído mediante este procedimiento
se empleará para sustituir parcialmente el consumo de carburantes tradicionales. De esta forma se le proporciona una segunda vida útil a residuos que de otro modo acabarían en vertederos.
Petronor se convierte así en la
única compañía petrolífera de la Península Ibérica y una de las pocas en Europa
que ha integrado los procesos de captura, almacenamiento y empleo de CO₂.
Combustibles sintéticos
Los combustibles sintéticos, que se pueden utilizar en cualquier vehículo actual como automóviles, camiones o aviones, se producen únicamente a partir de hidrógeno renovable y CO2 retirado de la atmósfera, como materias primas. Este tipo de combustible
produce cero emisiones netas, es decir, el CO2 que se emitirá en su uso es el mismo que se ha utilizado en su producción, dando como resultado el ansiado equilibrio de emisiones, que se torna imprescindible para la consecución del objetivo de
neutralidad climática planteado por la Unión Europea para el año 2050. «Las emisiones podrían llegar a ser incluso negativas si durante el proceso de fabricación del combustible sintético se incorporan sistemas de captura», adelantan desde la petrolera.
Repsol aclara que
este tipo de tecnología es complementaria a la de los vehículos eléctricos. «Esta clase de vehículos tiene un papel importante en el proceso de
descarbonización, y seguirán conservando su autonomía. No obstante, el vehículo eléctrico enchufable necesitará de un combustible cero emisiones, que puede ser un biocombustible o un combustible sintético. Nuestra propuesta es que todas las energías que puedan mover al mundo con cero emisiones sean válidas, y la electrificación no tiene la capacidad suficiente para cubrir todas las necesidades de los usuarios», manifiestan desde la compañía a este periódico.
Repsol vende un 25% de su negocio de renovables por 905 millones de euros
R.T.O.
Consecuencias medioambientales
Los efectos positivos de estos combustibles no contaminantes en el medio ambiente serán extraordinarios. «A corto plazo se iniciará una sustitución progresiva de los combustibles tradicionales de origen fósil», avanzan desde Repsol. Estos combustibles son emisores de gran cantidad del CO2 que se acumula en la atmósfera y que provoca preocupantes cambios en el clima. «No solo vamos a equilibrar a cero el balance neto de emisiones, sino que vamos a comenzar a retirar CO2 de la atmósfera para reducir de manera sobresaliente el volumen de gases contaminantes que actualmente dañan el medio ambiente», añaden.
Además,
Repsol garantiza que
el usuario no van a percibir ningún cambio, no necesitará sustituir su vehículo y podrá seguir utilizando las redes de carburantes que ya están instaladas. «Evidentemente, y dada la imposibilidad de competir con los grandes volúmenes de fabricación de combustibles fósiles,
el precio será más elevado, por eso el objetivo es comenzar a desarrollar estos carburantes para poder implementarlos luego a la escala industrial global», apuntan.
Plan de la UE para la tras*ición ecológica
En el marco del Pacto Verde Europeo,
la UE se ha fijado el objetivo de lograr neutralidad climática de aquí al año 2050. Entre las medidas propuestas se incluye la revisión de la Directiva sobre Fuentes Renovables, en la que se aumenta, para el año 2030, el mínimo del 32% al 40% del objetivo de
utilización de fuentes de energía renovables en la combinación energética global. Asimismo, el plan fija un aumento en el objetivo de
reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala de la UE del 29% al 40% respecto a los niveles correspondientes a 2005. Se estima que la puesta en marcha del centro de descarbonización se produzca en 2024.
Repsol avanza en un biocombustible que haría innecesario el desarrollo del coche eléctrico (theobjective.com)
Ahora invierten dinero. Antes no importaba. Saben que el coche eléctrico no tiene futuro y repsol hace lo que sea para sobrevivir.