Radiopatio
Heaven or Las Vegas
El MP3 es psicoacústica, comprensión por imperfecciones del oído humano, como no distinguir tonos fuertes de débiles que suenan casi simultáneamente en piezas multiinstrumentales. Hay otras percepciones recopiladas, y es que no somos 'grabadoras'. La disposición neuronal y de nervios tiene su forma de simplificar las cosas.
De todos modos, MP3 ya es un formato que, a pesar de haber sido un estándar de la leche, se ha quedado obsoleto. Los resultados en psicoacústica de los años '80 y '90 (que dieron lugar al MP3) han mejorado y han ido avanzando las últimas décadas. Actualmente hay formatos más tirando a AAC y Vorbis (más sus tropecientas variaciones) que supongo que son los que usan en YT y Spotify y que permiten tras*mitir mejor sonido con un ratio de menos kbits por segundo. El sonido 'bemoles fritos' va siendo cosa del pasado (excepto en mi colección de MP3).
Para los más sibaritas, está el FLAC, que es lossless. Es decir, compresión sin pérdida de calidad.
El formato .WAV es muy flexible. No es solo calidad CD. Permite crear archivos con 'sonido telefónico', de unos pocos kHz. Cuando hacía grabaciones de radio, no usaba el .WAV estándar de sampleado 44.1 kHz (el de los CD) sino reduciéndolo, pues el sonido FM difícilmente llegaba a los 10 kHz y se puede samplear con 20 kHz ahorrando la mitad de espacio.
Las cintas y los vinilos tienen poco ancho de banda y distorsiones armónicas en el equipamiento (en el mismo cabezal magnético o aguja ya empiezan a surgir esas distorsiones y armónicos) que dan 'calidez' a las reproducciones. Son más agradables al oído porque está cerca de lo natural, de lo confortable. El sonido del viento, del agua, son ruidos 'rosas' de gran componente de graves. Sonido con memoria (o correlación); mientras que el ruido blanco que podríamos escuchar a la perfección con calidad CD suena sumamente artificial y frío. Esa calidez, junto con la nostalgia de escuchar cintas en determinados momentos de la infancia y la juventud, pues quieras o no, hacen su efecto.
De todos modos, MP3 ya es un formato que, a pesar de haber sido un estándar de la leche, se ha quedado obsoleto. Los resultados en psicoacústica de los años '80 y '90 (que dieron lugar al MP3) han mejorado y han ido avanzando las últimas décadas. Actualmente hay formatos más tirando a AAC y Vorbis (más sus tropecientas variaciones) que supongo que son los que usan en YT y Spotify y que permiten tras*mitir mejor sonido con un ratio de menos kbits por segundo. El sonido 'bemoles fritos' va siendo cosa del pasado (excepto en mi colección de MP3).
Para los más sibaritas, está el FLAC, que es lossless. Es decir, compresión sin pérdida de calidad.
El formato .WAV es muy flexible. No es solo calidad CD. Permite crear archivos con 'sonido telefónico', de unos pocos kHz. Cuando hacía grabaciones de radio, no usaba el .WAV estándar de sampleado 44.1 kHz (el de los CD) sino reduciéndolo, pues el sonido FM difícilmente llegaba a los 10 kHz y se puede samplear con 20 kHz ahorrando la mitad de espacio.
Las cintas y los vinilos tienen poco ancho de banda y distorsiones armónicas en el equipamiento (en el mismo cabezal magnético o aguja ya empiezan a surgir esas distorsiones y armónicos) que dan 'calidez' a las reproducciones. Son más agradables al oído porque está cerca de lo natural, de lo confortable. El sonido del viento, del agua, son ruidos 'rosas' de gran componente de graves. Sonido con memoria (o correlación); mientras que el ruido blanco que podríamos escuchar a la perfección con calidad CD suena sumamente artificial y frío. Esa calidez, junto con la nostalgia de escuchar cintas en determinados momentos de la infancia y la juventud, pues quieras o no, hacen su efecto.