Aparte de tener pensamientos propios y con cinco años, pensar que lo que decía el cura era una sartada de burradas, tuve la suerte de que unos pocos años más tarde me llevaran a vivir a la ciudad de Calvino. En la escuela, cuando en España, mis antiguos compañeros estaban citando el catecismo y escuchando las majaderías de los curas, hombres frustrados que no satisfacen la propia naturaleza humana, a mi me explicaban, en las clases de historia, qué era la Reforma, la contrareforma y como la gente se mataba por pertenecer a tal o cual corriente de pensamiento. Ah, y también me explicaron qué era el islam y sus principios, así como me explicaron la época romana, la egipcia, en qué creian y como vivían, la guerra de los 100 años, y muchas más cosas, dejando claro que lo que sabemos es como lo cuentan diferentes autores e investigadores, que nadie estaba allí para decir exactamente como fueron las cosas.
Volver a España fué volver a entrar en la cueva y regresar, los joputas me hicieron creer que eramos todos iguales y teníamos oportunidades, pues no, solo avanza quien quiere progresar, entender y vivir mejor, los demás, que sigan con sus cadenas.
Y esto es la cueva, será mejor dejar de perder el tiempo por aquí, dejar de ganar dinero, creo que ya entendí suficientemente al ser humano. Tengo la conciencia tranquila, puesto que hice esfuerzos por explicar y tratar de hacer ver la luz. He cumplido, ya me queda menos por hacer.