Seguro de decesos, en pocas palabras
Si se es menor de 40 años, normalmente no conviene contratar un seguro de decesos. Por económicas que sean las primas, se puede acabar pagando más de lo que representan los gastos funerarios.
Si se disfruta de una economía estable y saneada o se tiene suscrito un seguro de vida con amplia cobertura, no merece la pena contratar un seguro de decesos.
Antes de contratar un seguro de decesos, solicite presupuesto en varias compañías y compare calidad de servicios y precios.
Exija que todas las modificaciones o adiciones del contrato del seguro sean siempre por escrito. Después de la firma de la póliza, no acepte cambios del contrato que le sean desfavorables.
Cuando se paga un seguro para cubrir los gastos de los servicios funerarios, lo que se contrata es una prestación de servicios. La familia del difunto no tiene por qué aceptar la empresa propuesta por la aseguradora, pueden elegir la funeraria o empresas que prefieran.
Compruebe que en el contrato figura el compromiso de la compañía de revalorizar anualmente los capitales asegurados. Evitará sorpresas en momentos tan difíciles como los posteriores a un fallecimiento.
Si dispone de un seguro de decesos, informe a sus familiares del número de póliza, compañía y teléfono al que deben llamar si fallece.
Guarde una copia de la póliza y conserve el último recibo del pago.