Para nada es esa una buena medida de contratación. Antes se creaban a los trabajadores y se les daba incentivos a que se esforzasen más, y eso creas o no, generaba cierta lealtad y productividad. Ahora todo es al revés, no se forma al trabajador, no se le adapta a la empresa, se le aleja de la idea de querer implicarse en la misma bajo el punto de -pues como se me puede ir en cualquier momento, lo trato mal-. Eso hace que toda la plantilla de la empresa, incluido su alto capital humano sean mercenarios que en la menor oportunidad, te venderán por su salario + un céntimo.
Pretender que esos expertos en saltar de cama tengan tanta responsabilidad y valoración por la empresa es un suicidio, mientras que al que comienza de abajo lo explotan y mangonean. Ese al que valoran poco, es el que puede acoplarse a todas las necesidades de la empresa y generar cierta lealtad o compromiso por comodidad, familia y vivienda cercana al puesto de trabajo.
Ningún rey gana nada a base de mercenarios, solo con tropas propias puede conseguir algo. Los mercenarios tienen sus propios intereses y metas, que con mucha frecuencia, son distintos a los del rey.