¿Qué disco de música salvarías de un incendio o una riada?

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Típico comentario de crítico musical. Que no digo que lo seas, pero suelen hacer ese tipo de comentarios. Pasa también con la pintura, con el cine, con el arte en general. Los creadores trabajan, y ofrecen canciones, cuadros, que tocan el alma y la ponen en estado de gracia, y luego hay unos señores que nunca crean nada, pero que etiquetan y juzgan a los primeros, y elaboran extraños e incomprensibles juegos de palabras sobre lo que crean los primeros.

Cuando se ganan la vida con tales juegos de palabras, adquieren poder real, y así una vez deciden que una reimpresión de una viñeta de cómic es una genialidad (Roy Liechtenstein), y otra que los impresionistas no son dignos ni de ingresar en las academias de bellas artes en su época. Los que le tocó disfrutar al amigo Bach (sí, ya había críticos musicales) ni siquiera le consideraban como compositor, aunque sí como un gran intérprete. Y los pocos que se dignaron a comentar su obra, opinaban que era una música extraña y arcaizante. Al morir, cayó en el olvido. Curiosamente, tanto a Beethoven como a Mozart, Bach les parecía un genio. Mozart incluso, lo último que escribió en su vida fue la palabra Bach, codificada en los últimos compases que pudo escribir, agonizando, de su Réquiem. A pesar de no ser críticos, y a pesar de no ser Bach la mejor versión de sí mismo, dado que, si uno escucha cualquier disco de Bach, no todos los fragmentos de entre 3 y 5 minutos aproximadamente, son sublimes. El pobre Bach tampoco era el primero de la clase, y además se lo decían a la cara y le mantenían en puestos de tercera. El primero de la clase para los opinadores de la época está hoy totalmente olvidado.

En fin, es extraño que, cuando uno viaja por el mundo, puede ver estatuas y monumentos conmemorativos de diversos artistas, pero yo nunca he visto la estatua de un crítico. ¿Por qué será? No es justo.

Pues me da usted un repaso de antología.

Le aclaro que no, no soy crítico musical, pero tampoco es cierto que no haya creado nada. Eso sí, mis dibujos, relatos, poemas y canciones oscilan entre lo olvidable y lo bochornoso, y temo que, al contrario que la obra de mi admirado Bach, solo serían reivindicados en un mundo como el que describe el film "Idiocracy".

En mi descargo solo subrayo mi reconocimiento al doble "Alchemy", uno de los mejores álbumes en directo que he escuchado en mi vida. No solo practico la descalificación, también ensalzo lo que creo digno de ello.

Su última afirmación es matizable, pues memoriales de críticos haberlos haylos, pero no en tanto que críticos, sino que creadores. Verbigracia, la troupe que integra la "nouvelle vague" francesa, fogueada en la crítica que ejercían en la revista 'Cahiers du Cinéma' talentos como Francois Truffaut o los más discutibles Goddard y Chabrol, o los escritores del siglo pasado que también ejercieron la crítica literaria, como Borges, Auden, Thomas Mann o Paul Valéry.
 
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