Si tienes en cuenta la cantidad de componentes que lleva un portátil y que no están en una CPU de sobremesa, resulta que el portátil sale más barato que el sobremesa.
A saber: Pantalla, altavoces, micrófono, teclado, puntero, bluetooth, webcam, batería... y en algunos también el sensor de huellas, ranura para tarjeta de telefonía, lector de tarjetas electrónicas e incluso mando a distancia.