Pasa mucho, te encuentras con muchísimas opiniones deseando cualquier tipo de colapso o implosión.
Es el espíritu revolucionario, tan equivocado. Pensando que la única solución de cambiarlo todo es quemarlo.
Pero...la revolución devora a sus hijos. Y no solo no se avanza, sino que se suele retroceder. Lo que surge de una revolución suele ser una situación peor a la anterior.
Además, hay cierto adanismo narcisista en pensar así. Por mala que sea la situación en un momento dado, las normas que nos rigen acumulan la experiencia de cientos, miles de años de sociedad. Cuando los más iluminados y megalómanos crean unas normas completamente desde cero, suelen ser desnortados a los que su ego no les suele dejar ver más allá, y termina casi siempre en distopía. Porque encima, en estos procesos, los que terminan liderando son precisamente los más orates y con menos escrúpulos.
Eso sin contar con que el punto en el que todo termina estallando suele estar muuuuucho más allá de lo que imaginamos. Porque, queramos o no, casi nadie quiere que las cosas exploten. De boquilla muchos pueden ensoñar acontecimientos de esos que cambian rumbos, pero cuando pones los pies en el suelo, como que tampoco queremos que nos compliquen la vida.
Y que esto es un foro. Esos Rambos de Mercadona deseando guerras, o invasiones, o situaciones caóticas madmaxistas, pues a nada que tuvieran que vivir eso unos días se harían caquita como todo hijo de vecino. Cuando ese punto se acerca, la tendencia es intentar poner el freno de mano. Tampoco era algo que se desease tanto...