Tengo que confesar que tu enfoque me ha impactado, y eso justamente porque tengo un enfoque diametralmente opuesto.
Por las dudas voy a exponerlo muy sintéticamente para que sea más claro el impacto de repensarlo a partir de tu post.
Entiendo el devenir humano como un devenir de perfeccionamiento. Desde la Creación hasta el Retorno a Dios de las almas purificadas. El Espíritu dentro de la Materia, la enriquece y le da sentido.
En ese esquema, donde toca el Hombre ser el portador de ese Espíritu, la cercanía de ciertos animales los "arrastra" en ese viaje, y dentro de ese torbellino los más cercanos son los perros.
Bien es cierto que podemos mencionar a los caballos como grandes compañeros del hombre, aunque el modernismo al reemplazarlos con máquinas los ha dejado a un costado. Creo que los gatos en su astucia han conseguido "subirse" en este viaje (polizontes habilidosos que reciben sin dar en comunión del mismo modo).
Capítulo aparte (que no voy a tratar aquí) de otros que son parte de nuestra cultura y de los cuales nos alimentamos (vacas, cerdos, gallinas, corderos por citar los principales).
El caso del perro es MUY especial, porque como lobos, fueron nuestros primeros "custodios". Fueron centinelas, ayudaron a cazar, pusieron su olfato y garras allí donde los frágiles seres humanos eran meros monos sin pelos y físicamente de cuarta categoría en el marco de la evolución.
Y justamente por ese rol tan especial, ahora toca a los humanos (ya dueños de la Creación) llevarlos como compañeros privilegiados a su lado.
Pero, confieso que esta visión (más de tipo espiritual y sobrenatural) me la pones en duda y debate con tu enfoque, lo que me obligará a repensar mi percepción original para intentar desvelar si pudiera estar equivocada.
