Avispa
Madmaxista
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En Alemania las generaciones de postguerra han sido educadas para sentirse culpables, y el tema es totalmente tabu, se bloquean y se tensan si se lo mencionas siquiera. En mi opinión, esto no es solamente un error, sino que es fuertemente contraproducente. La Historia es la que es, y no hay que negar ni ocultar lo que sucedió.
Llegan al extremo de que las maquetas de aviones y tanques que se venden en Alemania no llevan las pegatinas de la esvástica, cuando en España se venden sin problemas (y en Japón). shishi, los aviones de los 40 llevaban esos símbolos, eso de no vender las maquetas ajustadas a la fidelidad histórica apesta.
En Alemania saben lo que es el respeto a las víctimas del holocausto nancy. Aquí se sigue haciendo leña del árbol caído y los fascistas boicotean la Ley de Memoria Histórica.
Aquí se ha permitido hasta hace cuatro días (hasta la Ley de la Memoria Histórica) que los fascistas se manifiesten políticamente en el único monumento erigido por el fascismo que sigue en pie en Europa.
España sigue siendo un "país diferente" y no solo por el alto grado de miseria al que se está llevando a la población. Por debajo del problema económico está el problema político de falta de democracia. O como decían en el 15M: Lo llaman Democracia y no lo es.
Valle de los Caídos: Parque temático del Fascismo:
El Presidente del Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid, Miguel Muga, ha esgrimido que no se puede consentir, ni por un día más, que se emplee la religión para legitimar la existencia del Valle: “El Valle no es un monumento cristiano sino un símbolo deprimente de la bochornosa complicidad de la Iglesia con la dictadura franquista. Su pervivencia sigue perpetuando las consecuencias de esa nefasta complicidad político-religiosa del pasado.”
Otra de las demandas realizadas ha sido que los restos de Franco y de Primo de Rivera, fundador de Falange, sean exhumados y entregados a sus familias inmediatamente.
Muga, ha apelado a la responsabilidad que, en el marco del derecho internacional, tiene el Estado español de garantizar verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo: “El Valle no puede ser un “lugar de todos”, como ha dicho el Ministro Jáuregui. El Estado debe reconvertirlo en un Memorial donde recordar y homenajear a las víctimas del franquismo, y no a sus verdugos. Los restos de Franco y Primo de Rivera tienen que salir del Valle, independientemente de cuál sea la voluntad de sus familias o del Vaticano. Este no es un asunto privado, que corresponda al ámbito familiar, sino un asunto de gran trascendencia pública. Es insultante que se financie con nuestros impuestos la tumba de alguien que dio un golpe de Estado, planeó el exterminio de centeneras de miles de personas e instauró una dictadura que se prolongó durante 40 años.”
De todos los grandes monumentos construidos como símbolos por los regímenes fascistas del siglo XX, solamente el Valle de los Caídos sobrevive. La Cancillería del Reich en Berlín o la gran cruz gamada del estadio de Nuremberg fueron destruidas y luego reutilizados sus restos en monumentos erigidos para recordar a sus víctimas o celebrar su derrota.
Hace unos meses, el gobierno alemán de Ángela Merkel demolió la tumba del lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess, incineró sus restos y los arrojó al Báltico, para impedir que el enterramiento se convirtiera en un lugar de memoria y peregrinación neonazi. Al mismo tiempo, el Gobierno español anunciaba su pretensión de negociar el futuro del Valle de los Caídos con el Vaticano.
“El problema fundamental aquí es que la democracia emergente de la tras*ición no surgió como fruto de una condena expresa del fascismo y del nazismo, como sí lo hicieron el resto de democracias europeas en las que España, generalmente en lo económico y lo político, se mira como espejo. Las autoridades políticas y judiciales deberían tomar ejemplo de nuestros vecinos y acabar de una vez por todas con todos los símbolos fascistas que tanto sufrimiento han causado y siguen causando.”, ha remarcado José María Pedreño, Presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria.
Pedreño ha recalcado que “aunque se quiera enmascarar la historia, Franco fue un dictador fascista del tamaño de Adolf Hitler. Es inadmisible que todavía hoy se permitan concentraciones de exaltación de su persona a las puertas de un monumento que él mismo mandó construir y que se disfrace como una misa católica.”