El truco para dormir bien, primero consiste en entender cómo el cuerpo regula el hábito del sueño. La clave aquí que podemos controlar es intentar mantener horarios, levantarse siempre a la misma hora, acostarse a la misma hora.
Si un día nos tenemos que pegar el madrugón como parece que es tu caso, no pasaría demasiado, simplemente ese día dormimos algo menos, luego intentaremos recuperar con alguna siesta o a la noche siguiente.
Una vez que el cuerpo tiene el hábito del sueño, el segundo truco es aprender a entrar en esa etapa pre-descanso sin que el stress o ansiedad nos impidan dormir.
Lo que se llama higiene del sueño: cuidar el ambiente previo a la hora de dormir, evitar actividades o luces estimulantes (ordenadores, móviles, tablets o tv), ejercicio físico fuerte, actividad mental fuerte.
Una vez en la cama, lo que suele descarrilar el tren del sueño, es actividad mental que nos mantiene alertas.
A mi me funcionó aprender RMP, relajación muscular progresiva.
Es una habilidad que se adquiere con práctica, se aprende a ser consciente del estado tónico de los músculos diferenciando entre tensión y relajación, y cómo relajarlos.
Se entiende que la tensión muscular condiciona la auto percepción, un cuerpo relajado relaja la mente.
Con la práctica, enfrentar estos momentos de ansiedad pre sueño se va volviendo sencillo, aprendemos a relajar el cuerpo y a desprendernos del discurso mental sobre quehaceres diarios y fijarnos en el bienestar físico, lo que lleva a dormir pronto y bien.
