Cirujano de hierro
Será en Octubre
Los estudiantes de segundo de Bachillerato confiesan que hacen trampa, pero eso no es lo peor. Aseguran que hasta los libros de texto son online y han perdido el hábito de lectura. La pregunta es si lo recuperarán. Las cifras de lectores en este país son optimistas
"No tengo suficiente tiempo para lo que quiero leer". Rosa trabaja todos los días de la semana. Todos porque tiene un obrador y es autónoma. Pero lee, a pesar del casancio crónico, sus dos hijos y el insomnio. La estadística de las mujeres que sostienen los índices de lectura brilla más con Rosa: "A mí me parece un mundo maravilloso. De repente eres un ladrón en la época medieval o un vampiro o una progenitora de familia que tiene una aventura. Me apasiona la lectura. No hay nada más maravilloso que leer y poder inculcar a tus hijos esa pasión, pero es muy complicado hoy en día".
Ya nadie se lo lee
La culpa es de las pantallas. No hay más que entrar en un instituto. No hay más que escuchar a quienes hoy cursan por ejemplo segundo de Bachillerato y preguntar a un grupo de jóvenes que responden empezando frases y dejando que una compañera las termine por ellas o... hablando a la vez: "antes de pequeños leíamos libros todas las semanas, pero ahora nos mandan leer libros y ya nadie se los lee. Es algo que se pierde, como si no escribes en dos años, pues te pierdes". Solo por confirmar, pregunto: ¿Y los libros que os mandan leer en clase no os los leeis?. La respuesta es que no, porque todo está en internet "tú buscas resumen y lo pone en internet. Tú buscas estructura y lo encuentras" y concluyen su confesión con un "¡profe, nosotras no!!.
El profe es Juan y nos espera en una de esas aulas donde antes se leía poesía o se comentaba La Regenta pero ya no: "antes en COU que corresponde ahora a segundo de Bachillerato literatura era una asignatura aparte y yo recuerdo leer entonces por ejemplo a Pedro Páramo y ahora eso es inaudito. Tenemos de frente un monstruo que son las redes sociales, todo lo digital. Los más pequeños sí leen más, y luego parece que a medida que van siendo mayores leen menos"
Siento que estoy dentro del libro. 7 años.
Este de más a menos lo confirman desde el colegio. Hasta que llega la temida adolescencia leen con una ternura que embelesa "puedes estar leyendo y es muy parecido a la tele, solo que tú los vas leyendo y va al ritmo que tú quieras" explica una pequeña de 7 años. Su compañera de pupitre va más allá "Yo siento que estoy en el libro dentro. Es como si fuera todo realidad". Estamos en el interior de una clase de Animación a la Lectura se fomenta el amor por los libros con todo ese éxito. Además leer a esta edad, 7-8 años, favorece la expresión de emociones.
En primaria las pantallas son solo una competencia relativa que se acelera en la adolescencia y luego con suerte desaparece. A veces.
Más allá de los 65
Más allá de los 65 años, salvo algún descalabro reciente, el interés por la lectura viene aumentando. Carmen lo llevó al extremo. Ante la mayor urgencia de su vida, cogió sus libros digitales. Sufría un accidente cerebral: "en el hospital, nada más darme el ictus, no podía leer. Me saltaba renglones, pero yo me obligaba y cuando vi que podía leer... eso fue tremendo". Carmen insiste en que ella no busca los libros, sino que "los libros vienen a mí", y eso es porque pertenece a esa mitad larga de lectores digitales que se descarga libros de forma gratuita.
Los que menos leen
Curiosamente Carmen es de Extremadura, la comunidad donde menos se lee. Intentamos saber qué aceptación tiene en Badajoz el bibliobús, uno de los vectores de tras*misión de libros más importante: "lleva en el taller un par de meses por un tema mecánico" reconocen desde el ayuntamiento.
Canarias es la segunda comunidad que menos lee, casi cierra los hábitos lectores, con una particularidad: quién lee allí lo hace con tanta pasión que a Jorge, técnico responsable de la Biblioguagua de Santa Cruz de Tenerife, no le da tiempo a reponer: "los que somos de Canarias sabemos que fuera de las dos capitales provinciales y de alguna ciudad más, el tema de las bibliotecas siempre ha sido el patito feo de los ayuntamientos y eso se tiene que notar por algún lado".Por qué no leemos
El reto está en ese 35% de españoles que no lee, porque no quiere o porque no puede desde que llegó un bebé al que le da por por pasar la noche con los ojos abiertos"he pedido un par de libros por Reyes y están en el salón. No puedo. Me duermo. Necesito algo que no me haga pensar y la pena es que es la tele", reconoce Ana Belén.
Cuando en lugar de uno son dos las criaturas, el sueño parece secuestrar también la memoria: "ostras, el último libro no me acuerdo cuál fue. Estoy en blanco", y ese blanco no se fue de la cabeza de Elena mientras sus hijas las reclamaban una vez más.
En estos casos el problema tiene solución. Para subir la estadística de lectores en este país solo hay que esperar a que estos niños crezcan.
"No tengo suficiente tiempo para lo que quiero leer". Rosa trabaja todos los días de la semana. Todos porque tiene un obrador y es autónoma. Pero lee, a pesar del casancio crónico, sus dos hijos y el insomnio. La estadística de las mujeres que sostienen los índices de lectura brilla más con Rosa: "A mí me parece un mundo maravilloso. De repente eres un ladrón en la época medieval o un vampiro o una progenitora de familia que tiene una aventura. Me apasiona la lectura. No hay nada más maravilloso que leer y poder inculcar a tus hijos esa pasión, pero es muy complicado hoy en día".
Ya nadie se lo lee
La culpa es de las pantallas. No hay más que entrar en un instituto. No hay más que escuchar a quienes hoy cursan por ejemplo segundo de Bachillerato y preguntar a un grupo de jóvenes que responden empezando frases y dejando que una compañera las termine por ellas o... hablando a la vez: "antes de pequeños leíamos libros todas las semanas, pero ahora nos mandan leer libros y ya nadie se los lee. Es algo que se pierde, como si no escribes en dos años, pues te pierdes". Solo por confirmar, pregunto: ¿Y los libros que os mandan leer en clase no os los leeis?. La respuesta es que no, porque todo está en internet "tú buscas resumen y lo pone en internet. Tú buscas estructura y lo encuentras" y concluyen su confesión con un "¡profe, nosotras no!!.
El profe es Juan y nos espera en una de esas aulas donde antes se leía poesía o se comentaba La Regenta pero ya no: "antes en COU que corresponde ahora a segundo de Bachillerato literatura era una asignatura aparte y yo recuerdo leer entonces por ejemplo a Pedro Páramo y ahora eso es inaudito. Tenemos de frente un monstruo que son las redes sociales, todo lo digital. Los más pequeños sí leen más, y luego parece que a medida que van siendo mayores leen menos"
Siento que estoy dentro del libro. 7 años.
Este de más a menos lo confirman desde el colegio. Hasta que llega la temida adolescencia leen con una ternura que embelesa "puedes estar leyendo y es muy parecido a la tele, solo que tú los vas leyendo y va al ritmo que tú quieras" explica una pequeña de 7 años. Su compañera de pupitre va más allá "Yo siento que estoy en el libro dentro. Es como si fuera todo realidad". Estamos en el interior de una clase de Animación a la Lectura se fomenta el amor por los libros con todo ese éxito. Además leer a esta edad, 7-8 años, favorece la expresión de emociones.
En primaria las pantallas son solo una competencia relativa que se acelera en la adolescencia y luego con suerte desaparece. A veces.
Más allá de los 65
Más allá de los 65 años, salvo algún descalabro reciente, el interés por la lectura viene aumentando. Carmen lo llevó al extremo. Ante la mayor urgencia de su vida, cogió sus libros digitales. Sufría un accidente cerebral: "en el hospital, nada más darme el ictus, no podía leer. Me saltaba renglones, pero yo me obligaba y cuando vi que podía leer... eso fue tremendo". Carmen insiste en que ella no busca los libros, sino que "los libros vienen a mí", y eso es porque pertenece a esa mitad larga de lectores digitales que se descarga libros de forma gratuita.
Los que menos leen
Curiosamente Carmen es de Extremadura, la comunidad donde menos se lee. Intentamos saber qué aceptación tiene en Badajoz el bibliobús, uno de los vectores de tras*misión de libros más importante: "lleva en el taller un par de meses por un tema mecánico" reconocen desde el ayuntamiento.
Canarias es la segunda comunidad que menos lee, casi cierra los hábitos lectores, con una particularidad: quién lee allí lo hace con tanta pasión que a Jorge, técnico responsable de la Biblioguagua de Santa Cruz de Tenerife, no le da tiempo a reponer: "los que somos de Canarias sabemos que fuera de las dos capitales provinciales y de alguna ciudad más, el tema de las bibliotecas siempre ha sido el patito feo de los ayuntamientos y eso se tiene que notar por algún lado".Por qué no leemos
El reto está en ese 35% de españoles que no lee, porque no quiere o porque no puede desde que llegó un bebé al que le da por por pasar la noche con los ojos abiertos"he pedido un par de libros por Reyes y están en el salón. No puedo. Me duermo. Necesito algo que no me haga pensar y la pena es que es la tele", reconoce Ana Belén.
Cuando en lugar de uno son dos las criaturas, el sueño parece secuestrar también la memoria: "ostras, el último libro no me acuerdo cuál fue. Estoy en blanco", y ese blanco no se fue de la cabeza de Elena mientras sus hijas las reclamaban una vez más.
En estos casos el problema tiene solución. Para subir la estadística de lectores en este país solo hay que esperar a que estos niños crezcan.
"Nadie lee los libros que nos manda el profesor de literatura": por qué los estudiantes ya no leen
Los estudiantes de segundo de Bachillerato confiesan que hacen trampa, pero eso no es lo peor. Aseguran que hasta los libros de texto son online y han perdido el hábito de lectura. La pregunta es si lo recuperarán. Las cifras de lectores en este país son optimistas | Cadena SER
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