¿La Corona de Aragón más allá de los Pirineos? ¿Y por qué no?
El jueves 12 de septiembre de 1213, las tropas aragonesas y occitanas del rey de Aragón Pedro el Católico se encontraban frente al castillo de Muret, no lejos de Toulouse. Allí estaban los caballeros franceses del conde Simón de Monfort, lider de la cruzada predicada por el papa Inocencio III en 1208 contra los cátaros de l sur de la actual Francia. Las circustancias militares anunciaban una fácil victoria del rey Pedro y la consolidación de una gran monarquía feudal hispano-occitana a caballo de los Pirineos.
Sin embargo, la batalla de Muret se convirtió en una de esas derrotas que modificó el rumbo de la Edad Media. Dejó a la Corona de Aragón descabezada durante dos décadas y permitió la incorporación de los territorios occitanos a una Corona de Francia en plena expansión.
"Muret 1213, la batalla decisiva de la cruzada contra los cátaros", de Martín Alvira.
Leí este libro este verano pasado y la verdad que no tenía ni idea de esta cuestión. No trata únicamente de la batalla de la que aunque existen numerosas fuentes en la que se nombra, tienen una "fiabilidad" bastante limitada, sino también de las consecuencias de ella.
Hay que situar el escenario en su momento, por una parte el reino de Francia que desea controlar el sur: el Condado de Tolosa , junto a los territorios que le rinden vasallaje, aparte de otros territorios, bajo el vasallaje o la autoridad del rey de Aragón, por otra la Corona de Aragón que pretende seguir siendo el señor de todos esos territorios, los cuales le reconocen como propio (y hasta muchas décadas después de su fin y de esa batalla entre los occitanos se desea volver a estar bajo la protección de Aragón; que odiaban a los franceses más que nada, vamos).
La disculpa francesa es la cruzada promovida por el Papa en contra de los cátaros y de los territorios donde se asientan. Cruzada suspendida por petición del rey Pedro (héroe en las Navas de Tolosa el año anterior a esta batalla), bajo promesa al Papa de "normalizar" religiosamente los territorios bajo su protección y quitar hierro en la proporción de la herejía que se supone había.
Y cruzada reactivada por el Papa meses después y un mes antes de esta batalla, por petición de los cruzados.
La cuestión es que el rey Pedro no parece querer darse cuenta de esta nueva promulgación y corre a socorrer a sus vasallos de ayende los Pirineos para expulsar a los franceses de su suelo teniendo en mente la anulación de la cruzada (la anterior), que también quitaba la legitimidad a Simón de Monfort para seguir en los territorios ocupados.
El Papa está en un brete, por una parte es consciente de que el rey se la ha metido doblada con el tema de la herejía y que a los franceses no les va a gustar, por otro es el "Católico" el afectado en sus dominios, casi un santo por su protagonismo en la crucial batalla contra la oleada turística jovenlandesa y además con el título de vasallo del mismo Papa.
Pedro de Aragón lo tiene fácil, va con un gran ejército para expulsar a los cruzados, la batalla está ganada, van como en romería, y a su paso por los territorios vasallos, se le van uniendo más refuerzos. Lo tiene ganado y nadie se va a atrever a decir ni pío.
Parece ser cierto que la diferencia en tamaño entre los ejércitos de los cruzados y los del rey debía ser bastante grande. Según se extrae de las crónicas, los franceses dentro del castillo no debían estar demasiado tranquilos, no querían más que comulgar una y otra vez, sin embargo el rey Pedro se debió pasar la noche antes de la batalla fornicando.
También es curioso que el rey murió sin que nadie se diese cuenta en el momento (tal vez por llevar otros ropajes para no ser reconocido por el enemigo), cuando normalmente es que se quedaran en la retaguardia viendo o dirigiendo el combate, no se metían en fregados, porque además su fin podía hacer que su ejército se desmoronara, como posiblemente sucedió en este caso en cuanto su ejército fue consciente de ello. Los cruzados franceses debieron hacer una buena escabechina.
No hay una descripción fiable de la batalla, así que uniendo alusiones en diferentes escritos de la época el autor plantea varios escenarios de lo que pudo pasar en los alrededores del castillo. El más probable es que al salir de él para presentar batalla diesen la vuelta por detrás para pillar por sorpresa y desprevenido al ejército real. Debieron atacar al grueso del ejército del rey y provocar un gran destrozo, y al apiolar al rey y a algún otro principal, empezó a cundir el pánico entre los demás, y al contrario que dice el refrán, a enemigo que huye, perseguir a degüello.
Luego, la escabechina prosiguió con los peones y demás que fueron a atacar el castillo., que en cuanto vieron venir a lo lejos una horda de caballos pensando que serían de los suyos (que ya habrían acabado su parte y que vendrían para tomar el castillo cuanto antes), cayeron bajo el brutal ataca de la caballería cruzada que regresaba.
Los que pudieron escaparon, pero el ejército del rey huyó en desbandada y sufrió un grandísimo número de bajas en contraste con la de los franceses.
El jueves 12 de septiembre de 1213, las tropas aragonesas y occitanas del rey de Aragón Pedro el Católico se encontraban frente al castillo de Muret, no lejos de Toulouse. Allí estaban los caballeros franceses del conde Simón de Monfort, lider de la cruzada predicada por el papa Inocencio III en 1208 contra los cátaros de l sur de la actual Francia. Las circustancias militares anunciaban una fácil victoria del rey Pedro y la consolidación de una gran monarquía feudal hispano-occitana a caballo de los Pirineos.
Sin embargo, la batalla de Muret se convirtió en una de esas derrotas que modificó el rumbo de la Edad Media. Dejó a la Corona de Aragón descabezada durante dos décadas y permitió la incorporación de los territorios occitanos a una Corona de Francia en plena expansión.
"Muret 1213, la batalla decisiva de la cruzada contra los cátaros", de Martín Alvira.
Leí este libro este verano pasado y la verdad que no tenía ni idea de esta cuestión. No trata únicamente de la batalla de la que aunque existen numerosas fuentes en la que se nombra, tienen una "fiabilidad" bastante limitada, sino también de las consecuencias de ella.
Hay que situar el escenario en su momento, por una parte el reino de Francia que desea controlar el sur: el Condado de Tolosa , junto a los territorios que le rinden vasallaje, aparte de otros territorios, bajo el vasallaje o la autoridad del rey de Aragón, por otra la Corona de Aragón que pretende seguir siendo el señor de todos esos territorios, los cuales le reconocen como propio (y hasta muchas décadas después de su fin y de esa batalla entre los occitanos se desea volver a estar bajo la protección de Aragón; que odiaban a los franceses más que nada, vamos).
La disculpa francesa es la cruzada promovida por el Papa en contra de los cátaros y de los territorios donde se asientan. Cruzada suspendida por petición del rey Pedro (héroe en las Navas de Tolosa el año anterior a esta batalla), bajo promesa al Papa de "normalizar" religiosamente los territorios bajo su protección y quitar hierro en la proporción de la herejía que se supone había.
Y cruzada reactivada por el Papa meses después y un mes antes de esta batalla, por petición de los cruzados.
La cuestión es que el rey Pedro no parece querer darse cuenta de esta nueva promulgación y corre a socorrer a sus vasallos de ayende los Pirineos para expulsar a los franceses de su suelo teniendo en mente la anulación de la cruzada (la anterior), que también quitaba la legitimidad a Simón de Monfort para seguir en los territorios ocupados.
El Papa está en un brete, por una parte es consciente de que el rey se la ha metido doblada con el tema de la herejía y que a los franceses no les va a gustar, por otro es el "Católico" el afectado en sus dominios, casi un santo por su protagonismo en la crucial batalla contra la oleada turística jovenlandesa y además con el título de vasallo del mismo Papa.
Pedro de Aragón lo tiene fácil, va con un gran ejército para expulsar a los cruzados, la batalla está ganada, van como en romería, y a su paso por los territorios vasallos, se le van uniendo más refuerzos. Lo tiene ganado y nadie se va a atrever a decir ni pío.
Parece ser cierto que la diferencia en tamaño entre los ejércitos de los cruzados y los del rey debía ser bastante grande. Según se extrae de las crónicas, los franceses dentro del castillo no debían estar demasiado tranquilos, no querían más que comulgar una y otra vez, sin embargo el rey Pedro se debió pasar la noche antes de la batalla fornicando.
También es curioso que el rey murió sin que nadie se diese cuenta en el momento (tal vez por llevar otros ropajes para no ser reconocido por el enemigo), cuando normalmente es que se quedaran en la retaguardia viendo o dirigiendo el combate, no se metían en fregados, porque además su fin podía hacer que su ejército se desmoronara, como posiblemente sucedió en este caso en cuanto su ejército fue consciente de ello. Los cruzados franceses debieron hacer una buena escabechina.
No hay una descripción fiable de la batalla, así que uniendo alusiones en diferentes escritos de la época el autor plantea varios escenarios de lo que pudo pasar en los alrededores del castillo. El más probable es que al salir de él para presentar batalla diesen la vuelta por detrás para pillar por sorpresa y desprevenido al ejército real. Debieron atacar al grueso del ejército del rey y provocar un gran destrozo, y al apiolar al rey y a algún otro principal, empezó a cundir el pánico entre los demás, y al contrario que dice el refrán, a enemigo que huye, perseguir a degüello.
Luego, la escabechina prosiguió con los peones y demás que fueron a atacar el castillo., que en cuanto vieron venir a lo lejos una horda de caballos pensando que serían de los suyos (que ya habrían acabado su parte y que vendrían para tomar el castillo cuanto antes), cayeron bajo el brutal ataca de la caballería cruzada que regresaba.
Los que pudieron escaparon, pero el ejército del rey huyó en desbandada y sufrió un grandísimo número de bajas en contraste con la de los franceses.
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