Es un tema muy interesante. Aunque hace ya un año del último mensaje de este hilo, me gustaría aclarar que el hecho de que la inscripción sea del siglo I d.C. no es una novedad. Esta datación se propone ya en 1988, cuando Isidoro Millán localiza la inscripción “Atanasio Mártir” en ese prisma de granito que había sido empleado como piedra-tapón de la fenestella martirial abierta en el muro Norte del edículo sepulcral.
Esta inscripción combina, en medio de los caracteres griegos, dos letras del alfabeto semítico arcaico. Está pensada y construida conforme al sistema de la criptografía mística paleocristiana, de la que se encuentran numerosos ejemplos inscritos en las paredes de urnas-osarios de la necrópolis cristiana «Dominus Flevit» de Jerusalén, excavada desde 1953 por el arqueólogo P. Bellarmino Bagatti.
El lenguaje de los primeros cristianos, páginas 59 a 76.
Por lo tanto, hay quien puede estar en desacuerdo con las interpretaciones que Enrique Alarcón hace de la inscripción, por ejemplo que “Jacob” aparece entrelazado con la palabra griega “mártyr”, y sin embargo estar de acuerdo con las que hizo Isidoro Millán hace 30 años. Pero ambos coinciden en datar la inscipción en el siglo I d.C. Por supuesto también hay quien está en desacuerdo con ambos, datándola en el siglo V, incluso quien sugiere que la inscripción es una falsificación posterior al descubrimiento del sepulcro en el siglo IX, realizada con la intención de darle veracidad a la teoría jacobea.
En este sentido cabe destacar que el muro norte del edículo donde Isidoro Millán localizó la piedra con la inscripción estuvo soterrado durante más de 800 años, desde el siglo XI en el que se procedió a inutilizar ambos ingresos y ánditos laterales del mausoleo rellenándolos con escombros y cegándolos, hasta el año 1879 en que se vaciaron estos pasillos durante las excavaciones arqueológicas de López Ferreiro.
Exploraciones arqueológicas en torno al sepulcro del Apóstol Santiago, José Guerra Campos, páginas 270 a 272.
Por último me gustaría sugerir la lectura de
Recuerdos de un viaje a Santiago de Galicia (páginas 115 a 117) a aquellos que afirman, con tan poca seriedad, que los restos conservados en la tumba compostelana son de perro o de vaca, descalificando el trabajo de los Catedráticos de Farmacia y Medicina que en 1879 clasificaron estos huesos y determinaron que pertenecían a tres esqueletos humanos.
La respuesta a la pregunta sobre el sarcófago que hace el forero Lawrence Jemison, se puede encontrar entre las páginas 78 y 80 de este mismo documento:
«El sarcófago ó arca marmórea, donde los piadosos discípulos de Santiago depositaron su cuerpo, no parece hoy desgraciadamente. Melado era el tonalidad del mármol, segun la miniatura del año 1129, en el tumbo A de esta iglesia; y carecía de los relieves y esculturas que enriquecieron despues tales urnas desde el siglo III. Otra miniatura sobre cien años posterior, en la Historia Compostelana, ofrece cubierto con tapa triangular el sarcófago, y en el vértice una cruz griega.»