M. Priede
Será en Octubre
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Y se va a titular Del 11-m a la Deuda Eterna. Pero no tengo ni idea de cómo se escribe, porque uno es escribir en Burbuja y otro hacerlo en un libro, donde el lector, aunque sea forero y conozca el tema, inconscientemente lee de diferente manera. Llevo una semana dándole vueltas y ya estoy casi decidido. Creo que el tema merece y necesita ('amerita', que dicen los suramericanos) otro "formato", que dicen ahora, o es otro "producto", que todavía suena peor.
Ésa sería la primera razón, la segunda -más importante que la primera-, es que tengo el futuro a la puerta de casa esperándome con una escopeta. El futuro es un acreedor encabronado al que también amenaza otro acreedor. He agotado los ahorros y no llego a finales de julio. No tengo derecho a ninguna prestación; poseo un patrimonio mayor de dieciséis mil euros y dejé el trabajo en octubre voluntariamente pensando que en marzo tendría otro, y que eso prácticamente estaba hecho, pero no conté con el "evento 201". Bueno, sírvame de consuelo que nadie lo hizo, nadie contaba con que Guillermito Puertas nos las iba a armar. Una pena, porque estoy más sano que cuanto tenía 35 años, pero me he hecho viejo y nadie me quiere. "Nadie me quiere ya", que cantaban Las Grecas.
No valgo para delinquir, ni siquiera con la garantía de una celda donde dormir y comer caliente tres veces al día. Una pena. Donde vivo hay una guandoca muy apañadita, y dos que han estado dentro me contaron que se está de querida progenitora, con televisión en la celda incluido. Pero, si el país toma el rumbo que me temo, a partir de octubre empezará el 'overbooking' y te dejarán fuera, no sé si acampado entre los matorrales con bola de hierro y cadena al tobillo o entregado a las turbas y linchado; y si todo acaba en madmaxismo, convertido en croquetas. No, no es plan de vida; además ahora en las galerías se oye rap y trap, y eso es cualquier cosa menos música. En mis tiempos estaban Los Chichos y Los Chunguitos, y no hay comparación, aquello sí que sonaba bien. No, no tengo edad para volver a la mili y además en arresto permanente. Otra opción es el suicidio, que es facilísimo, pero no está bien eso, parece como una venganza contra la vida, y eso es absurdo, la vida no es culpable de nada. Eso sí, te libras para siempre de cualquier incomodidad.
Días atrás estuve con un viejo conocido, cocinero en hoteles y restaurantes con más de treinta años de experiencia; ni siquiera le han llamado para julio y agosto. Y manteniendo una familia. Otro, camionero, igual. Otra, con una tienda de regalos, autónoma, ha tenido que cerrar y no le pagan nada porque vive sola y tiene piso en propiedad. Me dieron pena; y con toda seguridad yo también se la di. Nos dimos pena, pero guardamos silencio, claro; no es buena la autocompasión individual ni la compasión mutuamente asegurada. Sería la antítesis de aquello del señor Lobo en Pulp Fiction: "no empecemos a chuparnos las platanos".
"Nadie ha escrito sobre la autoría del 11-m ni de la deuda innecesaria contraída -pensaba-. Podría intentarlo". Pero eso no me aportará ingresos; no sé cómo se escribe y de conseguir ayuda nadie lo querrá editar; y si lo editan, no se promocionará. Imposible darle difusión; y tendría menos lectores que en Burbuja. Ya quisiera yo tener de lectores la veinteava parte de visitas que aquí he tenido.
¿Y hacer de esa escritura algo vivo en la que participen otros y luego lo editamos en libro digital, venda o no venda?
Bueno, podría intentarlo. Aportaría a los suscriptores lo escrito día a día y ellos me haría la crítica sobre la estructura, estilo, datos. Sería un diálogo diario. Y no, yo no sería como aquí, porque no soy como aquí, en Burbuja, que te obliga a actuar como en una jauría, o frente a ella. Además compartiríamos noticias de actualidad. Creo que se puede construir un blog, o al menos un boletín, y por supuesto comentarios. He estado mirando en Patreon, y los suscriptores y financiadores pueden colaborar con un mínimo de 2 euros al mes.
Quedaría de esta manera, más o menos así. (Kevin Barrett fue profesor en la Universidad de Wisconsin, y al que acabaron expulsando por sus críticas a la versión oficial del 11-s. Ahí aparece un mínimo de cuatro dólares, pero ayer vi -ahora no doy con ello- que el mínimo para Europa son dos euros. No está disponible en español. Usad Chrome):
Dr. Kevin Barrett is creating radio shows, videos | Patreon
Rallo también tiene su membresía:
Juan Ramón Rallo is creating Laissez Faire | Patreon
¿Os apetece colaborar? Os citaría en el libro, bien con nombre y apellidos, alias o, si así lo deseáis, no apareceréis. Lo importante es hacerlo bien, luego, si se lee o no se lee, ya es otra cosa. Y ya veremos si gratis, en PDF, o en libro electrónico.
Será un proyecto audaz, patriótico, otra cosa es el resultado que obtengamos. Y no os pasará nada, nadie os visitará en casa y os vaporizará; aun no hemos llegado a eso.
Y es que vivimos en el país del huevonismo, que es una manera muy burda de camuflar la cobardía; quizá va siendo hora de salir de la burbuja de Burbuja. No digo abandonar el foro (¿por qué iban a ser incompatible?), además a Burbuja le debemos mucho, al menos yo, aunque no conociese los buenos tiempos; entré aquí en 2011, siete años después de que se organizara.
Basta ya de perezrevertismo, de inflarse de adjetivos y de mentar los huevones cada dos párrafos para luego ver que en el texto no hay más que humo, el habitual de todo mascaolivas en la barra del bar. Ni un renglón que se salga del discurso habitual; no pasa de ser "disruptivo", que dicen los cursis, es decir, menos que disidencia normalizada, bocachanclismo más bien. Tampoco se nos exige el sacrificio y heroísmo de aquellos vietnamitas que nacieron en guerra y murieron en guerra. Todo consiste en hablar de los hechos que voluntaria o involuntariamente se ignoran y ponerlos en orden para que el lector reflexione sobre ellos.
Os pongo un adelanto de lo que sería el prólogo. Se aceptan críticas, por supuesto, para eso lo expongo. (Los troleos aquí serán inevitables; de eso me libraré si esto que propongo sale adelante).
Nota: como el libro sólo será posible gracias a vuestra colaboración, elimino el 'yo' y utilizo el 'nosotros'. Es lo que toca, y además mucho más elegante y también justo, porque salvo los hermafroditas nadie concibe solo, y las tesis que defiendo las elaboré gracias a lo que de otros leí. Eso más las indicaciones que aportéis, y tanto si las incorporo como si no, explicaré por qué lo decido así.
Quizá os apetezca. En principio entretenido tiene que ser, ver cómo un novato, un novel, escribe un libro, 'en vivo y en directo'. Incluso puede ocurrir eso que tanto repruebo y tanto se estila decir desde hace treinta años: "puede ser divertido". Nos podemos reír, sin duda. Eso sí: el que se pase lo echo sin contemplaciones. Aquí no habrá eso de "el que paga, manda". Ca. A trolear a tu casa.
ESTO QUE SIGUE ES EL BORRADOR DE LO QUE SERÍA EL PRÓLOGO:
Ésa sería la primera razón, la segunda -más importante que la primera-, es que tengo el futuro a la puerta de casa esperándome con una escopeta. El futuro es un acreedor encabronado al que también amenaza otro acreedor. He agotado los ahorros y no llego a finales de julio. No tengo derecho a ninguna prestación; poseo un patrimonio mayor de dieciséis mil euros y dejé el trabajo en octubre voluntariamente pensando que en marzo tendría otro, y que eso prácticamente estaba hecho, pero no conté con el "evento 201". Bueno, sírvame de consuelo que nadie lo hizo, nadie contaba con que Guillermito Puertas nos las iba a armar. Una pena, porque estoy más sano que cuanto tenía 35 años, pero me he hecho viejo y nadie me quiere. "Nadie me quiere ya", que cantaban Las Grecas.
No valgo para delinquir, ni siquiera con la garantía de una celda donde dormir y comer caliente tres veces al día. Una pena. Donde vivo hay una guandoca muy apañadita, y dos que han estado dentro me contaron que se está de querida progenitora, con televisión en la celda incluido. Pero, si el país toma el rumbo que me temo, a partir de octubre empezará el 'overbooking' y te dejarán fuera, no sé si acampado entre los matorrales con bola de hierro y cadena al tobillo o entregado a las turbas y linchado; y si todo acaba en madmaxismo, convertido en croquetas. No, no es plan de vida; además ahora en las galerías se oye rap y trap, y eso es cualquier cosa menos música. En mis tiempos estaban Los Chichos y Los Chunguitos, y no hay comparación, aquello sí que sonaba bien. No, no tengo edad para volver a la mili y además en arresto permanente. Otra opción es el suicidio, que es facilísimo, pero no está bien eso, parece como una venganza contra la vida, y eso es absurdo, la vida no es culpable de nada. Eso sí, te libras para siempre de cualquier incomodidad.
Días atrás estuve con un viejo conocido, cocinero en hoteles y restaurantes con más de treinta años de experiencia; ni siquiera le han llamado para julio y agosto. Y manteniendo una familia. Otro, camionero, igual. Otra, con una tienda de regalos, autónoma, ha tenido que cerrar y no le pagan nada porque vive sola y tiene piso en propiedad. Me dieron pena; y con toda seguridad yo también se la di. Nos dimos pena, pero guardamos silencio, claro; no es buena la autocompasión individual ni la compasión mutuamente asegurada. Sería la antítesis de aquello del señor Lobo en Pulp Fiction: "no empecemos a chuparnos las platanos".
"Nadie ha escrito sobre la autoría del 11-m ni de la deuda innecesaria contraída -pensaba-. Podría intentarlo". Pero eso no me aportará ingresos; no sé cómo se escribe y de conseguir ayuda nadie lo querrá editar; y si lo editan, no se promocionará. Imposible darle difusión; y tendría menos lectores que en Burbuja. Ya quisiera yo tener de lectores la veinteava parte de visitas que aquí he tenido.
¿Y hacer de esa escritura algo vivo en la que participen otros y luego lo editamos en libro digital, venda o no venda?
Bueno, podría intentarlo. Aportaría a los suscriptores lo escrito día a día y ellos me haría la crítica sobre la estructura, estilo, datos. Sería un diálogo diario. Y no, yo no sería como aquí, porque no soy como aquí, en Burbuja, que te obliga a actuar como en una jauría, o frente a ella. Además compartiríamos noticias de actualidad. Creo que se puede construir un blog, o al menos un boletín, y por supuesto comentarios. He estado mirando en Patreon, y los suscriptores y financiadores pueden colaborar con un mínimo de 2 euros al mes.
Quedaría de esta manera, más o menos así. (Kevin Barrett fue profesor en la Universidad de Wisconsin, y al que acabaron expulsando por sus críticas a la versión oficial del 11-s. Ahí aparece un mínimo de cuatro dólares, pero ayer vi -ahora no doy con ello- que el mínimo para Europa son dos euros. No está disponible en español. Usad Chrome):
Dr. Kevin Barrett is creating radio shows, videos | Patreon
Rallo también tiene su membresía:
Juan Ramón Rallo is creating Laissez Faire | Patreon
¿Os apetece colaborar? Os citaría en el libro, bien con nombre y apellidos, alias o, si así lo deseáis, no apareceréis. Lo importante es hacerlo bien, luego, si se lee o no se lee, ya es otra cosa. Y ya veremos si gratis, en PDF, o en libro electrónico.
Será un proyecto audaz, patriótico, otra cosa es el resultado que obtengamos. Y no os pasará nada, nadie os visitará en casa y os vaporizará; aun no hemos llegado a eso.
Y es que vivimos en el país del huevonismo, que es una manera muy burda de camuflar la cobardía; quizá va siendo hora de salir de la burbuja de Burbuja. No digo abandonar el foro (¿por qué iban a ser incompatible?), además a Burbuja le debemos mucho, al menos yo, aunque no conociese los buenos tiempos; entré aquí en 2011, siete años después de que se organizara.
Basta ya de perezrevertismo, de inflarse de adjetivos y de mentar los huevones cada dos párrafos para luego ver que en el texto no hay más que humo, el habitual de todo mascaolivas en la barra del bar. Ni un renglón que se salga del discurso habitual; no pasa de ser "disruptivo", que dicen los cursis, es decir, menos que disidencia normalizada, bocachanclismo más bien. Tampoco se nos exige el sacrificio y heroísmo de aquellos vietnamitas que nacieron en guerra y murieron en guerra. Todo consiste en hablar de los hechos que voluntaria o involuntariamente se ignoran y ponerlos en orden para que el lector reflexione sobre ellos.
Os pongo un adelanto de lo que sería el prólogo. Se aceptan críticas, por supuesto, para eso lo expongo. (Los troleos aquí serán inevitables; de eso me libraré si esto que propongo sale adelante).
Nota: como el libro sólo será posible gracias a vuestra colaboración, elimino el 'yo' y utilizo el 'nosotros'. Es lo que toca, y además mucho más elegante y también justo, porque salvo los hermafroditas nadie concibe solo, y las tesis que defiendo las elaboré gracias a lo que de otros leí. Eso más las indicaciones que aportéis, y tanto si las incorporo como si no, explicaré por qué lo decido así.
Quizá os apetezca. En principio entretenido tiene que ser, ver cómo un novato, un novel, escribe un libro, 'en vivo y en directo'. Incluso puede ocurrir eso que tanto repruebo y tanto se estila decir desde hace treinta años: "puede ser divertido". Nos podemos reír, sin duda. Eso sí: el que se pase lo echo sin contemplaciones. Aquí no habrá eso de "el que paga, manda". Ca. A trolear a tu casa.
ESTO QUE SIGUE ES EL BORRADOR DE LO QUE SERÍA EL PRÓLOGO:
Del 11-m a la Deuda Eterna
Empezaremos por el final, lo mismo que algunos hacen con los libros de ensayo, de ese modo siempre sabremos adonde nos conduce el autor. Y es frecuente descubrir que la intención inicial no consistía en proponer una solución, tan sólo someter a crítica las tesis elegidas, bien por partir de hechos falsos o bien porque las relaciones entre ellos son contradictorias, inconsistentes o mal ordenadas, pues todo conduce a conclusiones falsas.
En este libro no se aportan soluciones, tan sólo la demolición de las explicaciones habituales y que todos dan por consabidas, y a su vez la exposición si no de las verdaderas al menos de las hipótesis verosímiles; eso no lleva implícita una solución a los enormes problemas en los que se encuentra inmersa España, en ningún caso sobrevenidos, casuales; y de esto es de lo que nos ocuparemos. Y lo más importante: la mayoría de los hechos en los que se basan las explicaciones de nuestro endeudamiento y de la crisis política e institucional son completamente falsos; y no digo ‘erróneos’ sino ‘falsos’, inventados o falseados, bien por intereses ideológicos o bien por temor a la respuesta de ‘nuestros amigos y aliados’ si esos hechos se divulgaran. Súmese a nuestros amigos y aliados los tres cánceres de España: políticos, periodistas y pedagogos (PPP), por otra parte muy comunes en todas las sociedades mal llamadas occidentales, que mejor sería definirlas como sociedades que han alcanzado un capitalismo de alto desarrollo, hasta hace poco el más grande, todas ellas dentro de la civilización greco-latina.
Y es que eso que llamamos pueblo y que ahora se le dice ‘la gente’, podría forzar a nuestros gobernantes a obrar en consecuencia si se les informase de la verdad, aunque más bien, dada la sumisión y el engaño en los que ha sido educado nuestro pueblo en estas últimas cinco décadas, no se lo creerían, y por tanto esos gobernantes quedarán impunes por más que la evidencia mostrase su culpabilidad.
Dado que caminamos hacia el caos, un caos dirigido por la élite, sobre todo la oligarquía financiera, no nos queda más remedio que movernos en los rincones de la red digital para así poder expresarnos libremente, a los efectos una especie de catacumba similar a las que usaban los primeros cristianos en Roma, aunque en este caso un poco diferente, porque dado el océano de sobreinformación existente no es necesario que nos metamos bajo tierra, ya que esta aportación nuestra no pasará de ser una gota más en ese océano.
Sabemos de sobra que si llegásemos el extremo de que estas hipótesis que manejamos fuesen ciertas y además se divulgaran masivamente, la reacción de los lectores sería poco menos que meterse las manos en los bolsillos y ponerse a silbar. Es tal la espada que pende sobre nosotros que lo mejor que podemos hacer es no hacer nada. Ahora bien, si por casualidad algún día no tenemos otra solución que escapar de esta situación, bien está saber del laberinto que tenemos delante, y atravesarlo en ningún caso será fácil, todo lo contrario.
Lo primero que advertirá el lector es que todos nuestros políticos y medios de comunicación se dividen en dos grandes grupos, sin menoscabo de los subconjuntos que se formen y de las diferentes relaciones entre ellos: traidores o vulgares oportunistas sin idea alguna de lo que se traen entre manos. Es posible ambos simultáneamente. En el caso de España -quizá con la excepción, y con matices, de la guerra del 36- es ésa una tradición que tiene ya más de dos siglos y que siempre acaba en una disputa por ver quién cumple con más entusiasmo las órdenes de los poderes fácticos extranjeros en manos de élites políticas, financieras y grandes corporaciones industriales. La pelea entre Carlos IV y su hijo Fernando VII por ver quién felicitaba a Napoleón por sus victorias contra el pueblo español, tuvo y tiene continuidad. Recuerden el resto del siglo XIX, con los ingleses armando a carlistas e isabelinos, y antes, en 1808, franceses e ingleses, que entre ambos produjeron la mayor destrucción sufrida por España.
Pues bien: nuestro propósito es mostrarles que seguimos en ese mismo espacio político,o geopolítico, ahora tutelados por el eje anglosajón y el eje franco-alemán. En ese espacio político, geopolítico, discurrieron el 11-m y la deuda innecesariamente contraída.
CON ESTO NO QUEREMOS DECIR QUE ESOS HECHOS ESTÉN OCULTOS, A LO SUMO CAMUFLADOS; porque lo habitual es que estén a la vista pero mezclados, enredados, y justamente nuestro empeño consiste en mostrarlos y, también muy importante, sin necesidad de información confidencial ni de tejer explicaciones extravagantes. Por supuesto que podemos equivocarnos; este libro tiene como fin, no el de “abrir un debate” sino mantener abierta la puerta por si alguien pudiera aportar más conocimiento a ese laberinto que tenemos ante nosotros y que tarde o temprano tendremos que atravesar.
Para ello utilizaremos un método que disgusta a muchos, y no sin razón, como es el de realizar las preguntas más elementales y dar respuestas sencillas, aunque esto último con frecuencia resulte más difícil. Este método se considera fraudulento, puesto que nada resulta más fácil que hacerse las preguntas que conduzcan a las respuestas concebidas a priori. Para evitar esto mostraremos, en la medida de lo posible, las preguntas más evidentes y explicaremos por qué tomamos por buenas unas respuestas y rechazamos las demás.
El lector comprobará lo fácil que resulta entender problemas que nos presentan como complejísimos y que en ningún caso lo son; esa dificultad es, por supuesto, aparente, intencionada, falsa; todo consiste en tener al lector o al oyente o espectador sumido en el engaño y a su vez haciéndole creer que participa de un descubrimiento; cuando en realidad se le está hundiendo en una sima donde sólo verá sombras, sombras que le presentan como hechos reales y que aun son más oscuras que los mismos hechos que tratan de explicar, la mayor parte de ellos inventados.
Existen dos maneras de engañar: una contando mentiras y otra, más efectiva, contando medias verdades, el destino final más o menos es el mismo: llevar al lector a una explicación final que sin embargo es pura apariencia, un mundo de confusión donde el lector queda aturdido y sin entender nada, o si lo ha entendido resulta que es totalmente falso, una pura apariencia.
Se parte de mentiras, de hechos falsos, y se lleva al lector (más bien oyente o espectador si hablamos de los medios dominantes) al engaño; o bien se parte de medias verdades, incluso de verdades pero ordenadas de manera inadecuada, con el único fin de que el lector crea que ha entendido algo complicadísimo, cuando en realidad la única complicación reside en la elaboración del engaño, no en la verdad que habría que mostrar. Prácticamente todas las teorías de la conspiración, al menos las más extendidas, las tejen quienes buscan ocultar la verdad, llevando al lector a explicaciones que se remontan incluso a épocas prehistóricas, o bien, más sutilmente, a un presente donde la verdad, a nada que se reexamine con atención, brilla por su ausencia.
Lo que más sorprenderá al lector de este libro es que para descubrir esas verdades determinantes no es necesario acceder a documentos confidenciales ni archivos secretos; consiste tan sólo en leer atentamente la información habitual para darse cuenta de las contradicciones que le iremos señalando y a su vez mostrando las vías alternativas por la cuales es posible hallar la verdad; más bien verdades, puesto que veremos casos heterogéneos, lo cual no quiere decir que muchos de ellos, no todos, carezcan de relación.
Esperamos serle útiles. Creo que sí.
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