Kadashman-Enlil I
Madmaxista
Ya. Redujeron a una guarnición que mayormente se ocupaba de pegarle sanamente al güisqui mirando ovejas por la ventana.Ver archivo adjunto 1849650
Este hombre en vida se llamó PEDRO EDGARDO GIACHINO.
Era el Jefe de la patrulla de Comandos Anfibios y Buzos Tácticos que desembarcó el 1 de abril de 1982 durante la noche, en una playa al Sur de Puerto Argentino, Islas Malvinas.
Su misión era lograr la rendición del Gobernador británico antes de que el grueso de las tropas argentinas irrumpiera en la localidad y así evitar un sangriento e inútil combate en plena planta urbana.
La patrulla desembarcó desde el Destructor A.R.A. "Santísima Trinidad", logrando llegar a las playas en botes de goma; las fuerzas enemigas de la zona no advirtieron el desembarco nocturno de los hombres de Giachino.
A las seis de la mañana del 2 de abril de 1982, Giachino rodeó con sus hombres la casa del Gobernador británico y le intimó rendición; los británicos, sorprendidos, abrieron fuego sobre la patrulla.
Tal como prescribían las órdenes recibidas, Giachino procedió de manera de no provocar bajas ni daños al oponente, actitud probablemente única en todas las batallas de la Historia, sin duda órdenes casi imposibles de cumplir por un militar en acción, pero Giachino estuvo a la altura de las circunstancias.
Repitió varias veces su intimación de rendición y los británicos redoblaron sus disparos sin dar indicación de tregua alguna, tal como correspondía.
Treinta minutos después, la primera ola de asalto de la Fuerza de Desembarco Argentina toca tierra en las playas distantes unos siete kilómetros de donde Giachino estaba tratando de lograr la rendición del Gobernador.
La recuperación de las Islas se estaba consumando.
Pocos minutos después, los vehículos anfibios blindados de la Infantería de Marina Argentina rodaban hacia Puerto Argentino, mientras naves de la Flota de Alta Mar hacían ver sus siluetas en la bahía.
Si las tropas argentinas entraban a la localidad, se iniciaría el combate con los británicos en el mismo pueblo, circunstancia que debía evitarse a toda costa.
Giachino supo que debía actuar para impedirlo, de acuerdo con sus órdenes y en su condición de Jefe, tomó la decisión más importante de su vida, si no la hubiera tomado, nadie se lo hubiera reprochado, y hoy seguramente estaba vivo.
Pero este era un Hombre de Honor.
En la evidencia de la inutilidad de lograr la rendición británica, avanzó solo hacia el interior de la casa del Gobernador, derribó una puerta y gritó:
“Stop…Enough…! all over”…!”.
Una ametralladora enemiga le hizo fuego a quemarropa hiriéndolo de fin, cayó hacia atrás gritando a sus hombres que se cubrieran.
El Segundo al mando, Teniente de Fragata Diego García Quiroga quiso sacarlo de la línea de fuego, recibiendo a su vez una descarga que lo hirió gravemente.
El cabo enfermero Urbina intentó rescatar a sus dos jefes, siendo también herido; aun así, logró dar los primeros auxilios a los oficiales y a sí mismo.
La presión de la situación general, sumado al rugido de furia de los comandos argentinos al ver la alevosía de los británicos, que hacía presagiar una masacre inminente, motivó al Gobernador británico a ordenar la suspensión del fuego y pedir una tregua, que se le concedió.
La misión del Capitán Giachino se había cumplido: el Gobernador se rindió antes de que las tropas argentinas hicieran su entrada a Puerto Argentino y ni una gota de sangre inglesa se derramó en la operación.
El precio, fue la vida de Pedro Edgardo Giachino, quien muere minutos después a causa de las gravísimas heridas recibidas.
Ya. Redujeron a una guarnición que se ocupaba mayormente de
La Nación Argentina le otorgó "Post Mortem", la máxima distinción que otorga a sus héroes, "LA CRUZ AL HEROICO VALOR EN COMBATE".
Sus restos descansan en la ciudad de Mar del Plata, su recuerdo, imborrable, en los corazones de todos los argentinos.
Ver archivo adjunto 1849653
Luego comenzó la guerra.