Los liberales españoles del siglo XIX no fueron unos santos como dice la historia oficial

Saturnin

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Los liberales españoles del siglo XIX por ser precursores del sistema político-económico actual están mitificados, como si fueran una especie de santos.

La realidad es muy diferente, estos señores practicaron una política que perjudicó en gran medida a las clases populares y beneficio a los privilegiados, burgueses y nobles.

Por ejemplo, con la desamortización de Mendizabal(1836-1837) se incautaron de las tierras de la Iglesia malvendiéndolas a la burguesía y a parte de la nobleza en detrimento de los campesinos. La Iglesia, aunque parezca mentira, alquilaba sus tierras en muy buenas condiciones a los aparceros, con los liberales estos pasaran a convertirse en jornaleros pobres.

Luego, terminaron con las tierras comunales vendiéndolas también a los burgueses en perjuicio del campesinado humilde que las cultivaba, con la desamortización de Madoz (1855).

Todo lo dicho favoreció el latifundismo, una lacra que no ha desaparecido en buena parte de España.

Abolieron los gremios acabando con la protección social que daban a sus miembros artesanos y trabajadores dejándolos en una situación de desamparo.

En las escasas zonas industriales los obreros vivían lamentablemente.

Esta política antisocial conllevó revueltas campesinas y la propagación de las ideas revolucionarias entre los sectores más desfavorecidos.
 
Última edición:
¿Que relacion tuvo la forma en la que se acordo el pago de las fincas con el tipo de compradores que finalmente las adquirieron?

¿Que opina de la redencion de foros y censos?
 
Los liberales españoles del siglo XIX por ser precursores del sistema político-económico actual están mitificados, como si fueran una especie de santos.

La realidad es muy diferente, estos señores practicaron una política que perjudicó en gran medida a las clases populares y beneficio a los privilegiados, burgueses y nobles.

Por ejemplo, con la desamortización de Mendizabal(1836-1837) se incautaron de las tierras de la Iglesia malvendiendo estas a la burguesía y a parte de la nobleza en detrimento de los campesinos. La Iglesia, aunque parezca mentira, alquilaba sus tierras en muy buenas condiciones a los aparceros, con los liberales estos pasaran a convertirse en jornaleros pobres.

Luego, terminaron con las tierras comunales vendiéndolas también a los burgueses en perjuicio del campesinado humilde que las cultivaba, con la desamortización de Madoz (1855).

Todo lo dicho favoreció el latifundismo, una lacra que no ha desaparecido en buena parte de España.

En las escasas zonas industriales los obreros vivían lamentablemente.

Esta política antisocial conllevó revueltas campesinas y la expansión de las ideas revolucionarias entre los sectores más desfavorecidos.


Las tierras comunales en el sur de España no existían. La desamortización sólo fue la tras*ferencia de la titularidad de las tierras de unos latifundistas (la Iglesia) a otros.
 
Las tierras comunales en el sur de España no existían. La desamortización sólo fue la tras*ferencia de la titularidad de las tierras de unos latifundistas (la Iglesia) a otros.

¿De donde salen estos tarados?

millones de hectáreas eran propiedad comunal. Las de la iglesia eran usadas para el servicio del pueblo entre hospitales y tierras prestadas.

En Andalucía no existía puesto que esa región se formó con la reconquista y repoblación del Norte.

---------- Post added 09-ago-2017 at 00:35 ----------

¿Que relacion tuvo la forma en la que se acordo el pago de las fincas con el tipo de compradores que finalmente las adquirieron?

¿Que opina de la redencion de foros y censos?



1836: Da comienzo el desastre de la desamortización de Mendizábal


Almanaque de la Historia de España
1836: Da comienzo el desastre de la desamortización de Mendizábal
PEDRO GARCÍA LUACES
El 19 de febrero de 1836 comenzaba el proceso desamortizador impulsado por el primer ministro Juan Álvarez Mendizábal. Cuando Mendizábal llegó al poder en 1835 tenía ante sí lo que consideraba dos problemas fundamentales, el precario estado de las arcas públicas y la guerra civil contra los carlistas. Para remediar ambos problemas en una sola jugada, ideó la desamortización, una medida injusta —y fracasada— que pretendía poner en el mercado bienes y tierras mediante la expropiación forzosa, para venderlas mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así financiar la recluta de 100.000 soldados y terminar con la guerra, al tiempo que renovaba el flujo de caudal público y ganaba para la causa liberal un buen puñado de compradores agradecidos.

Lo que se conoce por bienes de «manos muertas» eran aquellos patrimonios que procedían del Antiguo Régimen y que se encontraban «amortizados», esto es, que no podían ser vendidos ni divididos. Pertenecían a un título nobiliario o eclesiástico, a una villa, a un convento, a una orden militar o a un mayorazgo y en ocasiones tenían vinculado un determinado uso, a menudo comunal. Su titularidad podía tras*mitirse a quien correspondiese en herencia, pero debían permanecer íntegros. La desamortización parcial de estos bienes se venía produciendo desde el siglo xvi por necesidades concretas de los monarcas. Y gobernantes como Godoy y José I la habían puesto en práctica, el segundo como medida hostil ante el apoyo del clero a la resistencia.

Mendizábal no era un pionero pero sí fue el impulsor definitivo de esta medida, que con él se volvió irreversible. Con la finalidad de «disminuir la deuda pública», el primer ministro legisló a base de «decretazos» (sus medidas no pasaron por el Parlamento), la supresión de todas las órdenes religiosas que no tuvieran como fin la beneficencia, al tiempo que expropiaba sus bienes y los ponía en venta. Como medida social, el proceso no tuvo efecto igualitario alguno, pues el método de subasta dirigía los bienes hacia unas pocas manos, las que disponían de capital. No se formó en España ninguna burguesía agraria, pues sólo la nobleza terrateniente se interesó por las grandes pujas. La reforma acrecentó el latifundismo en el sur y atomizó los minifundios del norte. Tampoco logró el flujo de capital deseado, pues el proceso de venta fue lento y el dinero llegó con cuentagotas. Bien es cierto que se liberaron miles de hectáreas para su explotación, pero al no venir acompañada de una reforma agraria, sus consecuencias fueron limitadas.
 
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Con lo bien que estariamos ahora con la mitad del territorio hijpanistaní en manos del Vaticano.
 
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1836: Da comienzo el desastre de la desamortización de Mendizábal


Almanaque de la Historia de España
1836: Da comienzo el desastre de la desamortización de Mendizábal
PEDRO GARCÍA LUACES
El 19 de febrero de 1836 comenzaba el proceso desamortizador impulsado por el primer ministro Juan Álvarez Mendizábal. Cuando Mendizábal llegó al poder en 1835 tenía ante sí lo que consideraba dos problemas fundamentales, el precario estado de las arcas públicas y la guerra civil contra los carlistas. Para remediar ambos problemas en una sola jugada, ideó la desamortización, una medida injusta —y fracasada— que pretendía poner en el mercado bienes y tierras mediante la expropiación forzosa, para venderlas mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así financiar la recluta de 100.000 soldados y terminar con la guerra, al tiempo que renovaba el flujo de caudal público y ganaba para la causa liberal un buen puñado de compradores agradecidos.

Lo que se conoce por bienes de «manos muertas» eran aquellos patrimonios que procedían del Antiguo Régimen y que se encontraban «amortizados», esto es, que no podían ser vendidos ni divididos. Pertenecían a un título nobiliario o eclesiástico, a una villa, a un convento, a una orden militar o a un mayorazgo y en ocasiones tenían vinculado un determinado uso, a menudo comunal. Su titularidad podía tras*mitirse a quien correspondiese en herencia, pero debían permanecer íntegros. La desamortización parcial de estos bienes se venía produciendo desde el siglo xvi por necesidades concretas de los monarcas. Y gobernantes como Godoy y José I la habían puesto en práctica, el segundo como medida hostil ante el apoyo del clero a la resistencia.

Mendizábal no era un pionero pero sí fue el impulsor definitivo de esta medida, que con él se volvió irreversible. Con la finalidad de «disminuir la deuda pública», el primer ministro legisló a base de «decretazos» (sus medidas no pasaron por el Parlamento), la supresión de todas las órdenes religiosas que no tuvieran como fin la beneficencia, al tiempo que expropiaba sus bienes y los ponía en venta. Como medida social, el proceso no tuvo efecto igualitario alguno, pues el método de subasta dirigía los bienes hacia unas pocas manos, las que disponían de capital. No se formó en España ninguna burguesía agraria, pues sólo la nobleza terrateniente se interesó por las grandes pujas. La reforma acrecentó el latifundismo en el sur y atomizó los minifundios del norte. Tampoco logró el flujo de capital deseado, pues el proceso de venta fue lento y el dinero llegó con cuentagotas. Bien es cierto que se liberaron miles de hectáreas para su explotación, pero al no venir acompañada de una reforma agraria, sus consecuencias fueron limitadas.



Gracias, pero eso no responde a mis preguntas.
 
¿Fueron los liberales del XIX realmente revolucionarios? Desde mi punto de vista nada en absoluto, quisieron darselas de revolucionarios para acabar con el Antiguo Régimen y así subir ellos al poder, pero en cuanto llegaron al poder, se quitaron las caretas y mostraron lo macho cabríoes que son.
 
Ni de coña la iglesia era una latifundista, permitía al campesino la propiedad útil y además por varias generaciones duraba y el diezmo era en teoría solo el 10% de lo producido y en especias lo que lo hacía más llevadero.
 
¿Fueron los liberales del XIX realmente revolucionarios? Desde mi punto de vista nada en absoluto, quisieron darselas de revolucionarios para acabar con el Antiguo Régimen y así subir ellos al poder, pero en cuanto llegaron al poder, se quitaron las caretas y mostraron lo macho cabríoes que son.

Totalmente de acuerdo. Es que las revoluciones liberales del siglo XIX no fueron revoluciones populares, sino burguesas. De unos burgueses que ya tenían el poder económico y querían acceder al poder político.
 
¿Fueron los liberales del XIX realmente revolucionarios? Desde mi punto de vista nada en absoluto, quisieron darselas de revolucionarios para acabar con el Antiguo Régimen y así subir ellos al poder, pero en cuanto llegaron al poder, se quitaron las caretas y mostraron lo macho cabríoes que son.

Buena respuesta
 
Totalmente de acuerdo. Es que las revoluciones liberales del siglo XIX no fueron revoluciones populares, sino burguesas. De unos burgueses que ya tenían el poder económico y querían acceder al poder político.

Todas las revoluciones han sido burguesas. La revolución bolchevique fue orquestada por la burguesía alemana para quitarse un competidor en alza.
 
Todas las revoluciones han sido burguesas. La revolución bolchevique fue orquestada por la burguesía alemana para quitarse un competidor en alza.

Eso no es así, es cierto que Alemania facilitó el regreso de Lenin a Rusia, pero la revolución bolchevique fue obra de estos muy bien dirigidos por Lenin.
 
Última edición:
Campesinos y obreros a los que no les han enseñado a leer y escribir van a organizar muchas revoluciones exitosas, si...:rolleye:
 
Totalmente de acuerdo. Es que las revoluciones liberales del siglo XIX no fueron revoluciones populares, sino burguesas. De unos burgueses que ya tenían el poder económico y querían acceder al poder político.

Por supuesto, sino el Carlismo no hubiera existido. Las masas populares, principalmente rurales, hubieran apoyado a Espinete en una reclamación al trono si este les hubiera prometido volver a la anterior cosmovisión, como hizo Carlos María Isidro.
 
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