Vlad_Empalador
Será en Octubre
Los hosteleros gallegos coinciden: encontrar personal cualificado para cubrir el pico de trabajo en temporada alta es misión casi imposible. «No es que falten candidatos, el problema es que es difícil encontrar profesionales», asegura Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña. Su sentir resume el de otros empresarios de distintas zonas de Galicia, desde A Mariña hasta las Rías Baixas, que en los últimos días han advertido de las dificultades que encuentran para reforzar sus plantillas.
«En verano es casi imposible conseguir cocineros», dice Cañete, que explica que el año pasado ya sufrieron la carestía de personal. Lo vincula a un cambio de mentalidad de los hosteleros, que quieren personal ya formado, especialmente para las cocinas. Eso explica, asegura, que el 100 % de los alumnos de la escuela profesional que regenta la asociación hayan conseguido trabajo. Pese a este dato, lamenta que «la gente aún no tiene conciencia de ir a estudiar hostelería; pero lo de ir al bar y aprender allí ya no funciona», añade.
En A Mariña, los hosteleros locales creen que el problema no es económico, sino la obligación de trabajar en festivos y fines de semanas y los prejuicios que aún pesan sobre el sector. Contra estos últimos argumentan que las jornadas maratonianas y los sueldos por debajo del convenio son, salvo casos muy aislados, cosas del pasado.
Rubén Pinín, presidente de la asociación de comerciantes de Burela y hostelero de profesión, tiene próxima la apertura de un nuevo local y su mayor problema ahora es la falta de personal. Desde el Hotel O Val do Naseiro, en Viveiro, dicen que recibirán de buen grado a todo aquel que quiera trabajar en el hotel, siempre que tenga experiencia, sea profesional y domine idiomas. «Siendo así, el sueldo no será obstáculo», aseguran.
Pero el problema no se da solo en la costa. También lo hay en Ourense, como explica Sebastián Martín, propietario de la cafetería Montgre. «Cuando ponemos un anuncio se ofrece mucha gente, pero luego resulta que no tienen experiencia y, en muchos casos, tampoco ganas». Y es que, según él, muchos empleados abandonan a los pocos días de empezar: «En cuanto ven que hay mucho trabajo, se marchan».
No se ofrece continuidad
Las impresiones que, por su experiencia profesional, ofrecen los empresarios del sector, son confirmadas desde las agencias de colocación. «Desde hace un año es más complicado encontrar personal cualificado», reconoce Eduardo Adán, director territorial de Nortempo en Galicia, para quien la clave de la carestía está en la marcada estacionalidad del sector hostelero en la comunidad, «que no es capaz de dar continuidad a los profesionales fuera de temporada». Una inestabilidad que «provoca una tras*ferencia de profesionales hacia otras actividades que pueden garantizar ocupación todo el año». A eso, dice, hay que añadir el factor de la conciliación, cada vez más prioritario para los trabajadores.
En la misma línea apunta José Oreiro, director de zona de Adecco en Galicia, que cree que ahora los profesionales «se pueden permitir elegir trabajo, de ahí que cueste atraerlos y fidelizarlos». Por eso, dice, «son importantes las condiciones que se ofrecen y otros aspectos, como la formación, que el trabajador se puede llevar en la mochila».
«Non hai profesionais, sobre todo para cociña»
Fran Insua es el responsable del restaurante O Fragón de Fisterra. Allí apuestan por el producto de la Costa da Morte y, tal y como explica, les gustaría hacerlo también «pola nosa xente». Sin embargo, expone una situación que, dice, ya viene de hace tiempo: la dificultad de encontrar en la zona trabajadores para la restauración: «Buscas profesionais e non hai, sobre todo para cociña». Ya no es que no haya gente formada que responda a un determinado perfil -de hecho, cree que en la comarca hay un déficit en ese sentido-, sino que tampoco encuentran «xente que queira iniciarse neste sector, con gran futuro na comarca, aínda que non teña experiencia».
En su día, Fran dejó la carrera de Informática para emigrar a Canarias. Allí se internó en la hostelería y aprendió el oficio de cero: «A min déronme esa oportunidade, por iso eu agora tamén estou disposto a dala». No obstante, y pese al paro existente, le es difícil hallar a quién: «Entendo que durante moitos anos se fixeron moitas cousas mal no sector, pero nós queremos que a xente estea contenta. Se un día se pasa de nove horas, ao día seguinte compénsase. De feito, facemos moito fincapé nos horarios de cociña para os clientes».
Ahora mismo son siete personas y necesitarían dos más, una a media jornada para cocina. Explica que han tenido personal de prácticas, y que se quedaron muy contentos, pero no dejó de ser algo temporal.
«Hay problemas para encontrar mano de obra»
Imagen:XOÁN A. SOLER
Antonio Riveiro regenta el restaurante Casa da Viña en el barrio santiagués de San Lázaro y además preside la asociación local de hosteleros. «Es cierto que tenemos problemas para encontrar mano de obra», explica este empresario, «en un mercado que está en precario».
A su modo de ver, la actividad hostelera, en contra de la creencia generalizada, es una ocupación bien remunerada, «con un salario de 1.410 euros brutos en convenio». Y Riveiro advierte que esto hace que mucha gente sin una mínima cualificación vea en este sector una forma de meter la cabeza en el mercado laboral. «Esto sucede muy a menudo y te encuentras con gente que quiere trabajar, pero sin una experiencia mínima. Esto es lo que explica, por ejemplo, que haya muchas zonas de España en las que se está cubriendo la mano de obra con personal extranjero», precisa José Antonio Riveiro. Este hostelero revela que en su negocio -tiene el restaurante Casa da Viña en Santiago, y también explota la concesión del Casino- «están constantemente buscando gente para contratar, y no es tarea fácil».
«A todo esto hay que agregar que la hostelería es una actividad en la que se trabaja los fines de semana, en la que los horarios son complicados y ahora vivimos en otros tiempos, y hay mucha gente que no busca este tipo de trabajos. Esto explica también en parte las dificultades para que podamos encontrar personal», concluye Riveiro.
«A xente preparada marcha a traballar a outras zonas»
Imagen:MARCOS CREO
Durante años el sector ha demandado la puesta en marcha de un ciclo de hostelería en la comarca de Barbanza, pero su reivindicación ha caído en saco roto una y otra vez, agravando los problemas para encontrar personal cualificado. Profesionales como Antonio Mirón, responsable de varios negocios en Noia, constatan que cada vez es más difícil encontrar a gente dispuesta a trabajar en el sector: «Nós temos problemas case sempre. Temos unha plantilla máis ou menos fixa, pero se por calquera motivo se vai alguén e hai cambios, é moi difícil atopar substitutos».
En cuanto a la contratación de personal eventual para la campaña estival, la cosa tampoco está fácil, y mucho menos si se busca a personas con formación: «A xente que está preparada marcha a traballar a outras zonas máis turísticas». Tanto Mirón como otros hosteleros consultados coinciden en que los horarios son uno de los grandes problemas a la hora de encontrar personal, igual que lo es el hecho de que muchos desempleados acaben trabajando en el sector porque no encuentran otra salida laboral: «Ao que de verdade lle gusta traballa e busca situarse dentro do sector, pero para moita xente isto é a última opción».
También la fama de los bajos sueldos juega en contra de los hosteleros, pero «hoxe non é coma antes, que se traballaba moito e se pagaba pouco. As horas extras páganse, pero moita xente prefire non gañar eses cartos e non ter que traballalas».
Se buscan cocineros y camareros
«En verano es casi imposible conseguir cocineros», dice Cañete, que explica que el año pasado ya sufrieron la carestía de personal. Lo vincula a un cambio de mentalidad de los hosteleros, que quieren personal ya formado, especialmente para las cocinas. Eso explica, asegura, que el 100 % de los alumnos de la escuela profesional que regenta la asociación hayan conseguido trabajo. Pese a este dato, lamenta que «la gente aún no tiene conciencia de ir a estudiar hostelería; pero lo de ir al bar y aprender allí ya no funciona», añade.
En A Mariña, los hosteleros locales creen que el problema no es económico, sino la obligación de trabajar en festivos y fines de semanas y los prejuicios que aún pesan sobre el sector. Contra estos últimos argumentan que las jornadas maratonianas y los sueldos por debajo del convenio son, salvo casos muy aislados, cosas del pasado.
Rubén Pinín, presidente de la asociación de comerciantes de Burela y hostelero de profesión, tiene próxima la apertura de un nuevo local y su mayor problema ahora es la falta de personal. Desde el Hotel O Val do Naseiro, en Viveiro, dicen que recibirán de buen grado a todo aquel que quiera trabajar en el hotel, siempre que tenga experiencia, sea profesional y domine idiomas. «Siendo así, el sueldo no será obstáculo», aseguran.
Pero el problema no se da solo en la costa. También lo hay en Ourense, como explica Sebastián Martín, propietario de la cafetería Montgre. «Cuando ponemos un anuncio se ofrece mucha gente, pero luego resulta que no tienen experiencia y, en muchos casos, tampoco ganas». Y es que, según él, muchos empleados abandonan a los pocos días de empezar: «En cuanto ven que hay mucho trabajo, se marchan».
No se ofrece continuidad
Las impresiones que, por su experiencia profesional, ofrecen los empresarios del sector, son confirmadas desde las agencias de colocación. «Desde hace un año es más complicado encontrar personal cualificado», reconoce Eduardo Adán, director territorial de Nortempo en Galicia, para quien la clave de la carestía está en la marcada estacionalidad del sector hostelero en la comunidad, «que no es capaz de dar continuidad a los profesionales fuera de temporada». Una inestabilidad que «provoca una tras*ferencia de profesionales hacia otras actividades que pueden garantizar ocupación todo el año». A eso, dice, hay que añadir el factor de la conciliación, cada vez más prioritario para los trabajadores.
En la misma línea apunta José Oreiro, director de zona de Adecco en Galicia, que cree que ahora los profesionales «se pueden permitir elegir trabajo, de ahí que cueste atraerlos y fidelizarlos». Por eso, dice, «son importantes las condiciones que se ofrecen y otros aspectos, como la formación, que el trabajador se puede llevar en la mochila».
«Non hai profesionais, sobre todo para cociña»
Fran Insua es el responsable del restaurante O Fragón de Fisterra. Allí apuestan por el producto de la Costa da Morte y, tal y como explica, les gustaría hacerlo también «pola nosa xente». Sin embargo, expone una situación que, dice, ya viene de hace tiempo: la dificultad de encontrar en la zona trabajadores para la restauración: «Buscas profesionais e non hai, sobre todo para cociña». Ya no es que no haya gente formada que responda a un determinado perfil -de hecho, cree que en la comarca hay un déficit en ese sentido-, sino que tampoco encuentran «xente que queira iniciarse neste sector, con gran futuro na comarca, aínda que non teña experiencia».
En su día, Fran dejó la carrera de Informática para emigrar a Canarias. Allí se internó en la hostelería y aprendió el oficio de cero: «A min déronme esa oportunidade, por iso eu agora tamén estou disposto a dala». No obstante, y pese al paro existente, le es difícil hallar a quién: «Entendo que durante moitos anos se fixeron moitas cousas mal no sector, pero nós queremos que a xente estea contenta. Se un día se pasa de nove horas, ao día seguinte compénsase. De feito, facemos moito fincapé nos horarios de cociña para os clientes».
Ahora mismo son siete personas y necesitarían dos más, una a media jornada para cocina. Explica que han tenido personal de prácticas, y que se quedaron muy contentos, pero no dejó de ser algo temporal.
«Hay problemas para encontrar mano de obra»
Imagen:XOÁN A. SOLER
Antonio Riveiro regenta el restaurante Casa da Viña en el barrio santiagués de San Lázaro y además preside la asociación local de hosteleros. «Es cierto que tenemos problemas para encontrar mano de obra», explica este empresario, «en un mercado que está en precario».
A su modo de ver, la actividad hostelera, en contra de la creencia generalizada, es una ocupación bien remunerada, «con un salario de 1.410 euros brutos en convenio». Y Riveiro advierte que esto hace que mucha gente sin una mínima cualificación vea en este sector una forma de meter la cabeza en el mercado laboral. «Esto sucede muy a menudo y te encuentras con gente que quiere trabajar, pero sin una experiencia mínima. Esto es lo que explica, por ejemplo, que haya muchas zonas de España en las que se está cubriendo la mano de obra con personal extranjero», precisa José Antonio Riveiro. Este hostelero revela que en su negocio -tiene el restaurante Casa da Viña en Santiago, y también explota la concesión del Casino- «están constantemente buscando gente para contratar, y no es tarea fácil».
«A todo esto hay que agregar que la hostelería es una actividad en la que se trabaja los fines de semana, en la que los horarios son complicados y ahora vivimos en otros tiempos, y hay mucha gente que no busca este tipo de trabajos. Esto explica también en parte las dificultades para que podamos encontrar personal», concluye Riveiro.
«A xente preparada marcha a traballar a outras zonas»
Imagen:MARCOS CREO
Durante años el sector ha demandado la puesta en marcha de un ciclo de hostelería en la comarca de Barbanza, pero su reivindicación ha caído en saco roto una y otra vez, agravando los problemas para encontrar personal cualificado. Profesionales como Antonio Mirón, responsable de varios negocios en Noia, constatan que cada vez es más difícil encontrar a gente dispuesta a trabajar en el sector: «Nós temos problemas case sempre. Temos unha plantilla máis ou menos fixa, pero se por calquera motivo se vai alguén e hai cambios, é moi difícil atopar substitutos».
En cuanto a la contratación de personal eventual para la campaña estival, la cosa tampoco está fácil, y mucho menos si se busca a personas con formación: «A xente que está preparada marcha a traballar a outras zonas máis turísticas». Tanto Mirón como otros hosteleros consultados coinciden en que los horarios son uno de los grandes problemas a la hora de encontrar personal, igual que lo es el hecho de que muchos desempleados acaben trabajando en el sector porque no encuentran otra salida laboral: «Ao que de verdade lle gusta traballa e busca situarse dentro do sector, pero para moita xente isto é a última opción».
También la fama de los bajos sueldos juega en contra de los hosteleros, pero «hoxe non é coma antes, que se traballaba moito e se pagaba pouco. As horas extras páganse, pero moita xente prefire non gañar eses cartos e non ter que traballalas».
Se buscan cocineros y camareros
