Lista completa de las más de 900 expulsiones judías a lo largo de la Historia

Papo de luz dijo:

Sí tienen:

Guatemala: expulsan de San Juan La Laguna a miembros de comunidad judía - BBC News Mundo

La decisión la tomaron los ancianos de la localidad por considerar que los miembros del grupo ortodoxo judío Lev Tahor causaban problemas de convivencia.

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El mundo estaba también bastante civilizado en los años 30, de hecho Alemania se consideraba la cima de la civilización humana.
Y en cuanto EEUU deje de ejercer del primo de Zumosol de Israel los expulsarán de Palestina. Otros muchos países seguramente seguirán el ejemplo. Porque he ahí la diferencia, no es el grado de civilización el que ha dado un respiro a los judíos, sino el hecho de que han encontrado un golem lo suficientemente poderoso para que les sirva de parapeto y poder cometer sus infamias con impunidad. Pero esa situación no durará siempre y tarde o temprano acabarán perdiendo el control, como lo perdieron de Rusia. Es el sino de este pueblo maldito, ir de expulsión en expulsión por toda la Eternidad.

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Los etnianos también han tenido expulsiones a lo largo de la historia:

La documentación histórica conservada recoge una larga serie de expulsiones en cadena prácticamente desde su misma llegada. El 8 de septiembre de 1427 son expulsados de Pontoise y finalmente de París en 1439, de toda Suiza en 1471, de toda Alemania en 1500 y de Inglaterra bajo pena de fin en 1514. En 1540 de Bélgica, también bajo pena de fin. Para entonces, tanto en España como en Francia ya se les envía a galeras. En el siglo xvii, Portugal los deporta a América. En Hungría y Rumanía fueron sencillamente esclavizados.



Cual es tu explicación?

Marcial, Epigramas.

En Roma no se puede pensar ni dormir

¿Que por qué, preguntas, voy con frecuencia a mis pequeños campos del
árido Nomento y al hogar rústico de mi cortijo? Ni para pensar, Esparso, ni para
descansar tiene lugar en Roma el pobre. Le quitan a uno la vida los maestros de
escuela por la mañana, por la noche los panaderos, los martillos de los caldereros
todo el día. De este lado, un cambista golpea su mesa asquerosa, sin otra cosa que
hacer, con un montón de monedas neronianas; del otro lado, un batidor de pepitas
de oro de Hispania azota con su brillante bastón el yunque desgastado; y no se calma
la turba posesa de Belona, ni el náufrago charlatán con su torso fajado, ni el
judío enseñado por su progenitora a pedir, ni el legañoso vendedor de mercancías
azufradas. ¿Quién puede contar los perjuicios de un sueño perezoso? Dirá
cuántos bronces son azotados por las manos de la ciudad, cuando la luna eclipsada es
vapuleada con el rombo de la Cólquide. Tú, Esparso, ignoras esas cosas y no
puedes saberlas, viviendo delicadamente en los dominios de Petilio, cuya mansión
a pie llano mira despectivamente las cimas de los montes, y posees un campo en la
ciudad y un viticultor romano —y no hay mejor otoño en los collados falernos— y
un amplio recorrido para tu carro de puertas adentro y, en todo lo hondo, un sueño y
un descanso no estorbados por ninguna cháchara y sin más luz del día que la que
dejas entrar. A mí me despiertan las risas de la multitud de tras*eúntes y Roma está a
mi cabecera. Agotado por el tedio, siempre que quiero dormir, me voy a mi villa.