Las armas químicas se pueden emplear para bombardear ciudades o concentraciones de tropas.
El momento más conveniente para los alemanes hubiera sido en el frente del Este primero y luego en el norte de Africa.
Algunos casos que hubieran cambiado el curso de la guerra en el Este habrían sido, la batalla de Moscú, luego Leningrado, Sebastopol y Stalingrado.
Si los Aliados hubieran tomado represalias, en esos momentos, Alemania estaba en disposición de atacar con los mismos gases las ciudades inglesas.
En Africa, en el Alamein, hubiera sido un momento fácil de emplear ante las concentraciones de tropas inglesas.
En febrero de 1945, al enterarse del bombardeo de Dresde, Hitler comentó a los altos oficiales del OKW que se utilizaran las armas químicas, pero Keitel y Jodl le convencieron de que ya no era el momento porque no tenían la supremacía aérea. Y Hitler convencido, no lo propuso más.
De haberlas usado a finales del 41 con los rusos o en el 42 la Historia no sería igual.