Cuando ocurrio el motin de la Granja ya existia un documento el Estatuto Real que si bien no era una constitucion si era su embrion, los progresistas como siempre tenian mucha prisa, pero sin la revolucion de todos modos se hubiese llegado a una constuticion plena.
Concuerdo en que la influencia de Maria Cristina fue negativa, y los mejores años del reinado de Isabel II fueron cuando se alejo de su influencia, pero los que la acusaban de corrupta o lo eran ellos tambien, o lo hacian por despecho de no participar en los negocios, todos los politicos de la epoca de todos los partidos participaban del mismo modo en los negocios publicos, las peleas politicas eran por tener acceso a los negocios.
Que suerte tenia la reina de Inglaterra que amaba con su guardabosques borrachin y sus politicos vendian la moto de su pureza y castidad, la diferencia entre UK y España no era la virtud de sus reinas, era que en España no teniamos a ningun Palmeron o Peel o Gladstone, en España teniamos Olozagas, Castelares o Esparteros.
El Estatuto del 34 era un castillo de naipes paa intentar que nada cambiara, y ya sabemos que fue más bien cosa de Martínez de la Rosa, no de la Reina Regente, que se limitó a dar su aprobación,dentro de su política de hacer lo que hiciera falta para conservar la poltrona.
Precisamente fueron tres los principales responsables de manipular de forma sistemática a la Reina y minar el régimen constitucional en beneficio de sus oscuros intereses, con resultados letales para la estabilización de la monarquía parlamentaria:
- El matrimonio Muñoz, absolutistas tan acendrados como podían ser los carlistas, pero a la vez oportunistas, sin problemas para hacer causa común con los Rothschild, sólo interesados en su propio provecho.
- Los moderados, íntimamente aliados con los Muñoz, que querían eternizarse en el poder usando una reina con poderes a modo de comodín en los juegos de poder, clientelismo y pelotazos, cada vez más fragmentados, y dentro de los cuales Narváez y Bravo Murillo eran los que tenían más sentido de Estado.
- Los ambiciosos chaqueteros, como Serrano, Prim o Montpensier, que también buscaban trepar, pero al margen de los mecanismos habituales (***ándose a la Reina o derribando el régimen).
La Reina no podía convertirse en la autoridad irreprochable y por encima de todo que demanda una monarquía moderna cuando se la estaba dotando de poderes y se la azuzaba a meterse en el fango de las luchas partidistas.
Muy a la contra, Espartero (a pesar de su insistente apoyo a medidas catastróficas como las desamortizaciones) fue el único que se preocupó de crear una monarquía que reinara al margen de la política diaria y que quiso dar a la Reina una educación como monarca constitucional, y a tal efecto la puso bajo la tutela de la viuda de Espoz y Mina (precisamente para hacer de ella una reina Victoria, decían en la época). Luego vino la revolución del 43 y se acabó, María Cristina hizo presa sobre su hija, a la que no dejaría de manipular y tratar como a una niña, fijándola en la infancia para mejor controlarla.
Y esa es para mí la clave, y no, por supuesto, su vida personal. Ni las cualidades personales de sus ministros ylíderes políticos. Victoria disfrutaba de un régimen parlamenario más o menos asentado donde el Palacio no era la carta comodín para triunfar en corruptelas y luchas de poder, que por supuesto también había en la Inglaterra victoriana. Y donde la familia real (o una familia real paralela) no estaba metida hasta las cejas en el saqueo desvergonzado del país. Isabel II no tuvo esa suerte.
Fue justo en el bienio progresista cuando aprendió Cánovas cómo tenían que funcionar las cosas para estabilizar un régimen parlamentario estable: con equilibrio de partidos y sin emplear al Monarca para fulminar a los enemigos...