Desde mi perspectiva, quisiera señalar una distinción crucial que algunos comentarios aquí parecen pasar por alto. Es fundamental separar el estado de la economía y los indicadores macroeconómicos de las dinámicas de la bolsa. Algunos tienden a evaluar exclusivamente la economía en función del comportamiento bursátil, lo cual, por múltiples razones no es correcto. Es importante entender que la bolsa no siempre es un reflejo exacto del estado actual de una economía, sino más bien de las expectativas y proyecciones a mediano y largo plazo. Aunque esta afirmación puede generar ciertas dudas, la valoración en los mercados financieros muchas veces se basa en las perspectivas futuras y se anticipa en función de diversos factores, incluyendo el análisis de tendencias, políticas económicas, expectativas de crecimiento, entre otros.
Recordemos la crisis financiera de 2008, un momento en el que se vislumbraba el colapso potencial de la economía estadounidense y posiblemente mundial. Se hablaba de escenarios apocalípticos, desde un análisis económico puro, las acciones podrían haber caído hasta un 90%, similar a la Gran Depresión, en lugar del aproximado 55% que experimentó el S&P500 en ese entonces. Las estadísticas demuestran que la Gran Depresión de 1929 fue significativamente más severa que la crisis financiera de 2008, tanto en términos de caídas bursátiles como en sus implicaciones económicas.
Pero, ¿esto por qué fue así?. La Gran Depresión se caracterizó por quiebras bancarias, una contracción masiva en la oferta monetaria y la inacción total de la Reserva Federal, desencadenando un colapso en la demanda agregada. En contraste, en 2008, la Reserva Federal intervino rescatando instituciones financieras y duplicando la oferta monetaria, manteniendo así la liquidez. Esta acción, combinada con un gasto público considerable, evitó una caída proporcional en el empleo y el PIB.
Sin embargo, la disparidad entre la Gran Depresión y la crisis financiera radica en su impacto a largo plazo. Mientras que la economía tardó, finalmente se recuperó de la Gran Depresión sin repetir la debacle, pero nosotros todavía estamos lidiando con las secuelas de la crisis financiera, 15 años después. Estudios sugieren que si se hubiera respondido de manera similar a la Gran Depresión, los resultados podrían haber sido equiparables, como detalla este exhaustivo paper:
From Great Depression to Great Credit Crisis: Similarities, Differences and Lessons
Incluso podríamos estimar un desenlace mucho más devastador, dado que la globalización en 2008 difiere significativamente de la de 1929.
Tomemos un ejemplo más reciente, durante la crisis periférica, se reveló que España estuvo al borde del impago y, aunque no se admitió abiertamente, sabemos a ciencia cierta que fue rescatada. En un contexto más actual, consideremos el impacto potencial del el bichito de no haber sido por las medidas fiscales y la intervención de los bancos centrales.
Ahora, en 2022 y 2023, algunos argumentan que "nada ha ocurrido" o "se ha estado anticipando una crisis que no llega". Sin embargo, es fundamental reconocer lo que ha sucedido y las acciones tomadas para evitar tales desenlaces.
Es importante destacar el programa "Bank Term Funding Program" iniciado durante la crisis bancaria de marzo de 2023, inyectando una suma significativa en un corto período, ¿qué hubiera pasado en caso de no haberse producido este rescate? ¿Acaso si alguien hubiera pronosticado la crisis bancaria tendría sentido decirle, pues vaya, te equivocaste...?
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Además, tras una inflación sin precedentes y para mantener relativamente estables los precios del petróleo, el gobierno de EE. UU. ha liberado una cantidad masiva de petróleo de sus reservas estratégicas, llegando a niveles de hace 40 años. ¿Qué pasará cuando se quede sin reservas que volcar o sino hubiera volcado esta cantidad?
Asimismo, el gobierno está comprometido con gastos fiscales considerablemente altos, una acción no vista ni siquiera durante la recuperación económica de 2008 (la línea de tendencia no tiene ninguna relevancia, sino es para poder tomar una referencia):
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El análisis de este hilo apunta hacia un escenario entre 2026 y 2028, donde muchas empresas estadounidenses deberán afrontar grandes refinanciaciones de deuda, y una proporción significativa de estas empresas carecen de solvencia. ¿Deberíamos dejar de considerar crítica la situación si la bolsa no cae un 60%? No, al contrario, en muchos hilos yo no hablo de bolsa, sino que hablo de temas macroeconómicos.
Igual que muchos, considero que siempre existen oportunidades, y hace tiempo que dejé de creer en el apocalipsis financiero, pero si que percibo como los excesos siempre traen sus consecuencias, y en algún momento será necesario detenernos y ver si lo que estamos "creando" realmente es lo que queremos para nuestro futuro.