No he pinchado en el enlace, porque tengo alergia al pelo de dueño de mascota (porque he tenido muchas, seguramente). Ir a un hotel al que vas para olvidar los ladridos del perro del vecino cada vez que se va, debe ser la maldición de un Dios salvaje... y estos inanes lo manifiestan como algo vendible. Tremendo. Imagino que solo irán allá imberbes humanos que necesitan de otras especies para sentirse humanos, aunque los griten, aunque los maltraten a cada momento... pero, no como si fuera un niño, al menos sus mascotas cagan bajo el árbol durante toda la vida...
Es tremendo y da idea de la mente o capacidad cognitiva de estas personas que son nuestros directores de proyectos, jefes, presidentes de comunidad o de gobierno. Los saludamos, los aguantamos como vecinos -aunque el perro ladre todas las noches o las mañanas-, siendo una falta de educación del propietario del perro... pero que para ellos es como tirarse pedos en mitad de un grupo y además gritarlo... He conocido tipas, tipos y viudas así. Que se compran, se compran, un perro para castrarlo y no sentirse solas (literalmente, lo castraron porque era revoltoso, aunque ladrase de manera continua cada vez que se queda solo, aunque sean dos o diez horas... puede ladrar - aullar cualquier tiempo que esté solo).
Esa dueña, dueño, es una mal educada, por mucho que tenga doctorado en Stanford y sea una jodida viuda, no me extraña, de un diplomático muerto en la flor de sus setenta años de vida. Se compra, compra, un perro, para hacerla feliz -que ya tiene- y está todo el fruto día ladrando si no hay alguien con el pobre animal, al que castró... "por que así es más dócil", dice la licenciada y mujer de diplomático... Vaya sarama de educación que se da en España, si, ni siquiera una licenciada y mujer de diplomático, entiende que un perro ladrando todo el rato es molesto... Vaya diplomáticos o enseñanza... en serio.
Nota: esto que puede parecer una tontería, creo que no lo es. Si esta tipa, esta diplomática no tiene un mínimo de entedimiento por sus vecinos más físicos, cómo lo va a tener por otros geográficos y, por tanto, lo que te pueda suceder a ti por su comportamiento, sea propio o por los animales a los que representa.
Parece una tontería, pero lo es... hasta que deja de serlo.
La anécdota, por cierto, no es inventada... La sigo sufriendo, pero no puedo decir mucho al respecto porque soy un pobre que vive entre ricos porque no tengo más posibilidad... pero eso es otra historia.