pepeleches
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¿Y? ¿Es la vida igual que hace 60 años?
Piénsalo de otra forma; hace unos cuantos siglos, la educación religiosa era un enorme porcentaje del conocimiento de la poca gente que conseguía acceder a la educación. ¿De qué servía?
El mundo que van a conocer los niños de hoy es completamente distinto. Cualquier abuelo de 80 años te recita la lista de los reyes Godos o de los ríos del norte, porque fue el sistema que aprendieron.
La gran diferencia es que hoy llevamos en el bolsillo una biblioteca permanente que es millones de veces más grande que la mayor biblioteca que hubiera existido jamás, consultable en décimas de segundo.
El dato por sí mismo deja de tener relevancia, más allá de un mínimo de cultura general para poder ir por la vida.
Es mil veces más importante comprender estructuras, saber analizar grandes cantidades de información, saber adaptarse a grandes cambios, trabajo en equipo, comprender lógicas difíciles....
Nuestros abuelos o bisabuelos se educaron 'sobre raíles', para un mundo mil veces más estático. El trabajo que desarrollaban cuando se jubilaron podía ser perfectamente el mismo que cuando empezaron a trabajar.
Un abuelo cuando aprende a manejar un ordenador se aprende 'el recorrido'. Llega Google y le cambia los botones de sitio en Gmail y lo hunde, porque se lo había aprendido de memoria. Cuando un chaval ni se entera, porque comprende en todo momento lo que está haciendo.
Los abogados no necesitan tener las leyes en la cabeza, los médicos no tienen que aprenderse el vademecum, los arquitectos no tienen que aprender dibujo técnico, más allá de aprender a manejar las herramientas que tengan a su alcance. Tendrán que tener (por supuesto...) una base, pero su labor será mucho más compleja, mucho más intelectual porque su productividad aumenta, como la de cualquier puesto de trabajo.
Creo que fue Einstein quien dijo que la memoria era la inteligencia de los orates. Pues bien, no podemos aplicar los mismos métodos cuando los datos 'nos sobran' que cuando eran muy escasos y era el mayor conocimiento.
El hombre de la entrevista habla de internet como si fuera útil para consultar un dato o revisar una ortografía...y no, no podemos verlo así. Internet es el conocimiento del mundo, jamás el ser humano a tenido a su alcance tantas respuestas. Y no se trata solo de internet, se trata de que la tecnología ha revolucionado el mundo y ha cambiado al forma de relacionarnos, de trabajar y hasta de pensar.
Los profesores creo que deberían sobre todo aprender a abrir la cabeza de sus alumnos, a guiarles por ese enorme océano de un conocimiento infinito. ¿Acaso no habéis experimentado la sensación de haber multiplicado vuestros conocimientos de un montón de materias desde que existe internet, a pesar de haber dejado la escuela atrás hace mucho?
Pero es que incluso más importante, la sed de conocimiento. Hacer aprender de memoria datos que nunca utilizarán sirve para aburrir y poco más. Pero conseguir influnciar en los críos para que conciban el conocimiento como algo ilusionante podría ser maravilloso.
La era que van a vivir los niños de hoy será mil veces más cambiante. Gran parte de los trabajos (al menos el mío sí...) que hoy hacemos no tendrían cabida en un entorno menos tecnológico, o sería radicalmente distintos. Pero es que ya sabemos que dentro de 15 años habrá nuevos paradigmas que irán surgiendo, y la capacidad de adaptarse a ellos será mil veces más importante que llenar la cabeza de unos datos que nunca usen y que tengan al alcance de un click o de una orden dada a siri.
Quizás ellos deban ser los primeros en cambiar el chip y reciclarse. En vez de apiolar talentos llenando las cabezas de datos absurdos, que aprendan a potenciarlos.
Me temo que no sólo no están preparados para otra forma de ver la enseñanza, sino que lo ven como una amenaza. Cuanto profesor con folios amarillentos año tras año con los mismos apuntes...
