Tomibollo
Madmaxista
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Cuando paseaba por Viena en la primera década del siglo pasado, Hitler iba más tieso que la mojama. La gente que le conocía decía que le fastidiaba la sola idea de trabajar. Su hermanastra Angela le consideraba "un holgazán". Pero tenía algo de dinero. Recibía una pensión de orfandad. Cuando murió su progenitora, Klara (acabando 1907, a pesar de los esfuerzos de su médico de familia judío), recibió por herencia una pequeña cantidad que ella había ahorrado. Aun así, recurrió a su tía Johanna, que también le prestó algo de dinero para ir tirando. En 1909 tocó fondo, teniendo que dormir en albergues (más o menos potables, y en parte financiados gracias a generosas donaciones de judíos vieneses).
Sin embargo, gracias a que iba vendiendo sus obritas (tenía ínfulas de gran artista), fue saliendo adelante. En 1913 se trasladó a Munich y recibió su herencia paterna al cumplir los 24 años. En 1914 presta servicio en un regimiento bávaro. Durante la I Guerra Mundial Hitler recibe su soldada, sin salir de pobre en ningún momento. Tras la guerra, es introducido por Karl Mayr -superior suyo en la Reichswehr- en el DAP (el antecedente del NSDAP). Allí Hitler causó sensación por su capacidad de oratoria. Uno de los ideólogos del nazismo naciente, Dietrich Eckart, se embelesa con él y le presenta a la alta sociedad muniquesa y luego a la berlinesa, que suspiraban por contar con un partido de choque contra el obrerismo. Hitler es presentado a gente como Ernst Borsig -que dona dinero para la causa- y a los Bechstein -forrados fabricantes de pianos, que también donan dinero al partido y a Hitler-. Helene Bechstein regala a Hitler joyas y obras artísticas dejándole plena libertad para que haga con ellas lo que quiera. Los Bechstein avalaron un préstamo que pidió Hitler, de 45000 marcos (Papiermark), y que no devolvió por lo que ellos pagaron la suma.
Eckart, poco antes de morir, consiguió una donación de Henry Ford, notorio antisemita, de 300000 dólares para el ya constituido NSDAP. Ford, desde 1933, donará una cantidad anual a Hitler, a título personal, con motivo de cada cumpleaños (en 1938 Hitler le concedió la Gran Cruz del Águila, máxima condecoración para un no-alemán). Los pagos fueron atestiguados por Winifred Wagner.
Siguiendo a Wulf Schwarzwäller (libro Hitlers Geld), Hitler renunció a cobrar del NSDAP para así evitar que Hacienda le siguiera la pista de sus ingresos. F. X. Schwarz atestiguó esto mismo, "el jefe no quiere figurar nunca en los libros". Incluso empleó a su hermanastra Angela como testaferro en el arrendamiento y posterior compra de Haus Wachenfeld (la que sería Berghof con el tiempo y las reformas).
Las principales fuentes de ingresos en esos años veinte para Hitler, aparte de donativos de simpatizantes, fueron los artículos que firmaba en Völkischer Beobachter, el control irrestricto de la tesorería del NSDAP (los donativos para el partido eran controlados por él, e ingresaba la cantidad que le daba la gana: el investigador Wolfgang Zdral en Der finanzierte Aufstieg des Adolf H. desentraña un sistema de cajas negras y fondos totalmente opacos con que el partido se financiaba y del que Hitler se lucraba), y sobre todo los royalties por la venta de Mi lucha. En principio cobraba un 15% del precio de venta al público (12 Reichsmark de la época, que no era poco). El primer año Hitler ingresó 18000 marcos (doce veces más que el sueldo medio bruto de un trabajador alemán). Conforme el libro fue haciéndose más superventas, sus ingresos se dispararon. También se disparó su gusto por el lujo ("obsesionado por el lujo desorbitado", dice Ian Kershaw), incluido un Mercedes último modelo, comer en los restaurantes más caros o alquilar Haus Wachenfeld (la compró en 1928 con su hermana-testaferro). Todo por alguien que no cobraba de su partido.
En 1931 declaró unos 56000 marcos. Al año siguiente fueron cerca de 65000. Pero lo mejor vino a partir de 1933, cuando fue investido Canciller del Reich. Éstas fueron sus fuentes de ingresos:
-El sueldo de canciller. Renunció a él en su primer año, como medida demagógica que fue insistentemente publicitada. A partir del año siguiente volvió a cobrarlo. Ascendía a 29200 marcos anuales, dietas aparte.
-El sueldo de presidente, cuando quedó vacante por la fin de Hindenburg: 37800 marcos, dietas aparte.
-Las regalías de Mi lucha, que se había convertido en algo así como lo que sería el Libro Rojo de Mao: todo el mundo adquiría un ejemplar.
-La donación personal de Henry Ford con cada cumpleaños, arreglada por sus agentes en Alemania: 50000 marcos anuales.
-Una colección de obras de arte, teóricamente para el "Museo de Linz", muchas de ellas expropiadas a judíos adinerados (como los Rothschild austríacos) a los que teóricamente se les pagaba un precio de mercado que nunca recibieron -una operación de papel- o bien se les descontaba del impuesto por marcharse del Reich de una pieza. Se catalogaron 4353 obras artísticas de la colección de Hitler, aunque en teoría eran para un museo que no llegó a hacerse.
Según el investigador Hanns-Christian Löhr, sólo el 37% de las obras se adquirió legalmente al menos sobre el papel, quedando en poder de la RFA. De parte del resto todavía hay polémica sobre quién es su dueño.
-La más importante, una donación personal para el canciller recaudada por la RDI. Los empresaurios alemanes, encantados con Hitler pues había laminado los sindicatos, espantado a la izquierda y desarticulado la lucha obrera, comenzaron a hacer un pago trimestral -primero voluntario, y después obligatorio-: las grandes empresas entregaban un 0,5% de sus costes salariales a un fondo privado de que Hitler disponía a su antojo. Los empresarios, a cambio, podían deducir esas donaciones. Cuando Hitler se quitó la vida, disponía para su disfrute de 700 millones de marcos en ese fondo opaco.
Además, Hitler dejó de pagar impuestos al poco de ser canciller. Seguía pagando la tasa por pertenecer nominalmente a la Iglesia católica, lo hizo hasta el final. Pero los demás impuestos no. Una de las manos derechas de Hitler, Julius Schaub, dio parte de que un inspector muniqués apellidado Vogt estaba haciendo pesquisas sobre los verdaderos ingresos de Hitler en 1934. Schaub pasó el recado al secretario del ministerio de Hacienda Fritz Reinhardt, quien decidió que del monto que Vogt había calculado que Hitler debería pagar (alrededor de 400000 marcos) la mitad eran gastos profesionales deducibles. Aun así, no fue suficiente esa rebaja porque Reinhardt (seguramente avisado "desde arriba") pidió a Ludwig Mirre, presidente de la agencia tributaria de Munich, que pusiese fin al expediente de la tributación de Hitler. Así lo hizo, archivando el dossier. Mirre fue premiado con un sobresueldo en B de 2000 marcos mensuales y el cargo de presidente del Reichsfinanzhof, que ocupó desde abril de 1935. Un año después de su nombramiento, Mirre declaró por circular interna que Hitler estaba "eximido de la obligación de tributar".
Una cosa fue el Hitler espartano y austero que vendió la propaganda, y muy otra la verdad.
Sin embargo, gracias a que iba vendiendo sus obritas (tenía ínfulas de gran artista), fue saliendo adelante. En 1913 se trasladó a Munich y recibió su herencia paterna al cumplir los 24 años. En 1914 presta servicio en un regimiento bávaro. Durante la I Guerra Mundial Hitler recibe su soldada, sin salir de pobre en ningún momento. Tras la guerra, es introducido por Karl Mayr -superior suyo en la Reichswehr- en el DAP (el antecedente del NSDAP). Allí Hitler causó sensación por su capacidad de oratoria. Uno de los ideólogos del nazismo naciente, Dietrich Eckart, se embelesa con él y le presenta a la alta sociedad muniquesa y luego a la berlinesa, que suspiraban por contar con un partido de choque contra el obrerismo. Hitler es presentado a gente como Ernst Borsig -que dona dinero para la causa- y a los Bechstein -forrados fabricantes de pianos, que también donan dinero al partido y a Hitler-. Helene Bechstein regala a Hitler joyas y obras artísticas dejándole plena libertad para que haga con ellas lo que quiera. Los Bechstein avalaron un préstamo que pidió Hitler, de 45000 marcos (Papiermark), y que no devolvió por lo que ellos pagaron la suma.
Eckart, poco antes de morir, consiguió una donación de Henry Ford, notorio antisemita, de 300000 dólares para el ya constituido NSDAP. Ford, desde 1933, donará una cantidad anual a Hitler, a título personal, con motivo de cada cumpleaños (en 1938 Hitler le concedió la Gran Cruz del Águila, máxima condecoración para un no-alemán). Los pagos fueron atestiguados por Winifred Wagner.
Siguiendo a Wulf Schwarzwäller (libro Hitlers Geld), Hitler renunció a cobrar del NSDAP para así evitar que Hacienda le siguiera la pista de sus ingresos. F. X. Schwarz atestiguó esto mismo, "el jefe no quiere figurar nunca en los libros". Incluso empleó a su hermanastra Angela como testaferro en el arrendamiento y posterior compra de Haus Wachenfeld (la que sería Berghof con el tiempo y las reformas).
Las principales fuentes de ingresos en esos años veinte para Hitler, aparte de donativos de simpatizantes, fueron los artículos que firmaba en Völkischer Beobachter, el control irrestricto de la tesorería del NSDAP (los donativos para el partido eran controlados por él, e ingresaba la cantidad que le daba la gana: el investigador Wolfgang Zdral en Der finanzierte Aufstieg des Adolf H. desentraña un sistema de cajas negras y fondos totalmente opacos con que el partido se financiaba y del que Hitler se lucraba), y sobre todo los royalties por la venta de Mi lucha. En principio cobraba un 15% del precio de venta al público (12 Reichsmark de la época, que no era poco). El primer año Hitler ingresó 18000 marcos (doce veces más que el sueldo medio bruto de un trabajador alemán). Conforme el libro fue haciéndose más superventas, sus ingresos se dispararon. También se disparó su gusto por el lujo ("obsesionado por el lujo desorbitado", dice Ian Kershaw), incluido un Mercedes último modelo, comer en los restaurantes más caros o alquilar Haus Wachenfeld (la compró en 1928 con su hermana-testaferro). Todo por alguien que no cobraba de su partido.
En 1931 declaró unos 56000 marcos. Al año siguiente fueron cerca de 65000. Pero lo mejor vino a partir de 1933, cuando fue investido Canciller del Reich. Éstas fueron sus fuentes de ingresos:
-El sueldo de canciller. Renunció a él en su primer año, como medida demagógica que fue insistentemente publicitada. A partir del año siguiente volvió a cobrarlo. Ascendía a 29200 marcos anuales, dietas aparte.
-El sueldo de presidente, cuando quedó vacante por la fin de Hindenburg: 37800 marcos, dietas aparte.
-Las regalías de Mi lucha, que se había convertido en algo así como lo que sería el Libro Rojo de Mao: todo el mundo adquiría un ejemplar.
-La donación personal de Henry Ford con cada cumpleaños, arreglada por sus agentes en Alemania: 50000 marcos anuales.
-Una colección de obras de arte, teóricamente para el "Museo de Linz", muchas de ellas expropiadas a judíos adinerados (como los Rothschild austríacos) a los que teóricamente se les pagaba un precio de mercado que nunca recibieron -una operación de papel- o bien se les descontaba del impuesto por marcharse del Reich de una pieza. Se catalogaron 4353 obras artísticas de la colección de Hitler, aunque en teoría eran para un museo que no llegó a hacerse.
Según el investigador Hanns-Christian Löhr, sólo el 37% de las obras se adquirió legalmente al menos sobre el papel, quedando en poder de la RFA. De parte del resto todavía hay polémica sobre quién es su dueño.
-La más importante, una donación personal para el canciller recaudada por la RDI. Los empresaurios alemanes, encantados con Hitler pues había laminado los sindicatos, espantado a la izquierda y desarticulado la lucha obrera, comenzaron a hacer un pago trimestral -primero voluntario, y después obligatorio-: las grandes empresas entregaban un 0,5% de sus costes salariales a un fondo privado de que Hitler disponía a su antojo. Los empresarios, a cambio, podían deducir esas donaciones. Cuando Hitler se quitó la vida, disponía para su disfrute de 700 millones de marcos en ese fondo opaco.
Además, Hitler dejó de pagar impuestos al poco de ser canciller. Seguía pagando la tasa por pertenecer nominalmente a la Iglesia católica, lo hizo hasta el final. Pero los demás impuestos no. Una de las manos derechas de Hitler, Julius Schaub, dio parte de que un inspector muniqués apellidado Vogt estaba haciendo pesquisas sobre los verdaderos ingresos de Hitler en 1934. Schaub pasó el recado al secretario del ministerio de Hacienda Fritz Reinhardt, quien decidió que del monto que Vogt había calculado que Hitler debería pagar (alrededor de 400000 marcos) la mitad eran gastos profesionales deducibles. Aun así, no fue suficiente esa rebaja porque Reinhardt (seguramente avisado "desde arriba") pidió a Ludwig Mirre, presidente de la agencia tributaria de Munich, que pusiese fin al expediente de la tributación de Hitler. Así lo hizo, archivando el dossier. Mirre fue premiado con un sobresueldo en B de 2000 marcos mensuales y el cargo de presidente del Reichsfinanzhof, que ocupó desde abril de 1935. Un año después de su nombramiento, Mirre declaró por circular interna que Hitler estaba "eximido de la obligación de tributar".
Una cosa fue el Hitler espartano y austero que vendió la propaganda, y muy otra la verdad.
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