Bitcoin, ¿la moneda del futuro o un fracaso rotundo? | El Comercio Perú
Bitcoin, ¿la moneda del futuro o un fracaso rotundo?
Para algunos, esta divisa electrónica es la base de una economía libre. Para otros, una amenaza global y una herramienta para el narcotráfico
Quién hubiera pensado uno de los mentores de una moneda virtual que desafía a bancos y gobiernos de todo el mundo vive en una casa ocupada.
Amir Taaki es un desarrollador británico que trabaja con la moneda virtual Bitcoin. Vive y trabaja en un templo budista abandonado, pintado de colores brillantes y de aspecto decadente.
Sus compañeros okupas son miembros del movimiento Occupy, y la filosofía de Taaki está muy en sintonía con la de ellos.
“Bitcoin es la pura libertad de expresión financiera”, le dice a Romi Levine, de la BBC. “Realmente cambia la dinámica de cómo funciona el dinero”.
Su voz tras*mite pasión por esta moneda.
“Bitcoin es la economía perfecta y correcta”, dice. “La tecnología necesaria para participar es abierta, la entrada y la salida es básicamente muy barata o gratis, no hay barreras para la competencia en la red”.
La moneda existe exclusivamente en Internet y es independiente de cualquier gobierno o empresa.
Fue creada en 2009 por una persona o grupo de individuos que se hacen llamar Satoshi Nakamoto. Los primeros en adoptarla, incluido Taaki, eran en su mayoría expertos en tecnología que no confiaban en las instituciones bancarias reguladas.
Al igual que otras monedas, se utiliza para comprar bienes y servicios. Las empresas que venden cualquier cosa –ya sea software, pizza o citas en línea- la están adoptando y la aceptan como forma de pago.
ANONIMATO
Pero lo que hace a Bitcoin atractiva para muchos de sus usuarios es su relativo anonimato.
“Se pueden crear tantas direcciones de Bitcoin como desee”, dice Taaki.
“Así uno preserva su anonimato, ya que, al darle a cada persona una dirección tuya de Bitcoin diferente, nadie sabe qué Bitcoins están conectados a ti”.
Dado que las Bitcoins son difíciles de regular y las tras*acciones difíciles de rastrear, la moneda es un refugio seguro para el mercado neցro, especialmente para el sistema de venta de drojas ilegales y documentos de identidad falsos por Internet, llamado Ruta de la Seda.
La Ruta de la Seda acepta Bitcoins como pago. “Es algo muy poderoso”, dice Taaki.
El activista afirma que el uso Bitcoin en la Ruta de la Seda ha sido algo bueno por razones de libertad, pero añade que también hay potencial para usos menos controvertidos de la moneda que no son fácilmente compatibles con el sistema bancario actual.
“Se puede hacer servicios de financiación pública con Bitcoin, se puede hacer microfilantropía”, exclama.
“Mucha gente piensa que las dificultades financieras deben ser resueltos imponiendo una mayor regulación, pero el problema de la regulación es que impone un monopolio. Se les da más poder a los hombres que puedan cumplir con esas regulaciones”.
“Eso cierra la puerta a los idealistas de la parte inferior que realmente queremos cambiar las cosas”.
Los vínculos de la moneda con las actividades ilegales no han impedido que la gente se interese en ella.
DESCONFIANZA
La demanda cobró impulso hace poco por la desconfianza en las instituciones financieras tradicionales, azuzadas por la crisis bancaria de Chipre.
Esto, junto con la actividad de los inversores especulativos, hizo que el valor de una unidad de Bitcoin se duplicara en cuestión de semanas. Desde entonces se ha vuelto más volátil, y su valor cayó a más de la mitad en un solo día.
Según los datos de Bitcoin Charts, la última semana el valor de una unidad de Bitcoin cayó desde US$266 a US$50.
Bitcoin tuvo un auge similar en 2011, seguido de una caída estrepitosa. Su naturaleza impredecible ha generado miedo de que la historia se repita, pero Chris Cook, un investigador de Seguridad del University College de Londres, dice que la volatilidad de la moneda es sólo un síntoma de los cambios en la oferta y la demanda.
“En este momento está subiendo de valor rápidamente debido a que hay un enorme interés en ella”, dice. “Una vez que la demanda cese, se va a estabilizar. Por otro lado, la gente puede pensar “Oh, he hecho un montón de dinero con mis Bitcoins, podría vender parte de de ellas”, en cuyo caso el precio podría bajar”.
Pero el sistema Bitcoin no es hermético. Ha habido una serie de robos de Bitcoin por parte de hackers e incluso unos inversores del esquema Ponzi que robaron millones de dólares. Cook dice que eso es sólo el costo de hacer negocios.
“Bitcoin es rompedor, está cambiando el juego por completo, y es fundamentalmente defectuoso”, dice.
“Si uno consigue un código, un código de Bitcoin, entonces es suyo. El que lo tenía antes, lo pierde. Es como un objeto simple, es como una moneda de verdad”.
Cook añade que se trata de un mercado atractivo para la delincuencia virtual.
“Cuanta más cara se vuelva, uno verá que todos los criminales en internet del mundo se irán contra las personas que tengan acceso a Bitcoins”.
CAJEROS
Esto no ha impedido que los usuarios de Bitcoin crean e inviertan en la moneda.
Jeff Berwick es uno de esos empresarios. Ha desarrollado el primer cajero automático que convertirá Bitcoins de una persona en la moneda del país en que se retiren.
“Más de 200 personas han dicho que están interesados en comprar de una máquina o más de una en 30 países diferentes”, dice.
Berwick planea poner una de sus primeras máquinas en Chipre, donde la cantidad de dinero que la gente puede sacar de los cajeros automáticos está restringida por las estrictas regulaciones financieras.
“Esta es una manera de realizar tras*acciones fuera del sistema tradicional monetario regulado”, agrega.
Por más optimistas que sean los usuarios de Bitcoin, el futuro de la moneda es confuso e impredecible.
Pero Cook dice que cree en la importancia de Bitcoin no reside en la moneda en sí, sino más bien en el concepto de monedas alternativas y su lugar en la economía mundial.
“Es una señal de la forma en que las cosas van a ir”, afirma.
“Las tras*acciones de divisas por Internet serán muy diferentes al sistema bancario tal como lo conocemos”.
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«Bitcoin», entre la burbuja y la revolución financiera - ABC.es
«Bitcoin», entre la burbuja y la revolución financiera
Sin ningún supervisor que controle su emisión, la quita a los depósitos en Chipre ha disparado el interés por esta moneda virtual
caricie su bolsillo y palpe las monedas que hay en su interior. Ahora imagine una divisa que no se pueda tocar, que solo exista de manera virtual y que no esté regulada por ningún banco central. Como el prototipo de anuncio de cualquier banco pero llevado al extremo: sin comisiones, sin entidades financieras, sin control fiscal y, por ende, sin nadie a quien reclamar en caso de incidente. Esta divisa virtual se llama «bitcoin» y si bien su aparición data de 2009, en los últimos meses ha aumentando su repercusión y su uso: el valor en circulación de la divisa ha superado en las últimas semanas los 1.500 millones de dólares y su cambio ha pasado de los 30 dólares en los que cotizaba cada unidad en marzo a los 237 dólares que alcanzó esta semana, antes de que se desplomase por debajo de los cien dólares.
Mientras algunos alertan de que se trata de una burbuja, espoleada por la desconfianza generada a raíz de la quita en los depósitos de Chipre, otros la señalan como el futuro de los pagos. Divisa o inversión, el misterio parece ir implícito. La moneda nació hace cuatro años gracias a Satoshi Nakamoto, seudónimo bajo el que se esconde la persona o el grupo que diseñó el protocolo «bitcoin». En algunas tiendas y portales como Wordpress ya aceptan el pago con esta moneda.
«En lugar de un banco central o de entidades financieras, la confianza en la divisa la genera la tecnología que hay detrás del programa», resume Javier Díaz-Gimenez, profesor del IESE Business School. Sin embargo, ello no ha evitado algunos fallos que ponen en cuestión el sistema. En 2011, un internauta se dejó el ordenador encendido una noche mientras dormía y un pirata informático le sustrajo 500.000 dólares en «bitcoins». Y al no haber intermediarios, tampoco hay garantías detrás que protejan al usuario en caso de pérdida.
Su volatilidad hace que muchos cuestionen que sea un activo riesgo para especuladores más que una divisa al uso. Si en diciembre la moneda se cambiaba por 10 dólares, desde entonces inició un rally que concluyó el pasado miércoles en los 237 dólares. Desde entonces se ha desplomado hasta los 80 billetes verdes. «La caída indica que muchos de los que tenían la moneda la han vendido para recoger beneficios. Un activo tan volátil recuerda a la burbuja de los tulipanes en Holanda, en el siglo XVII. Es el timo de la estampita», reseña Jesús Andreu, profesor de Esade. Sin embargo, el director del instituto Juan de Mariana, Juan Ramón Rallo, contrapone que la volatilidad, por sí sola, es normal al ser una moneda que aún está en fase de desarrollo.
El otro punto controvertido apunta a su reminiscencias con el patrón oro. La divisa tiene un límite, si bien a diferencia del metal preciado aquí se conoce con exactitud cuánto queda y cuál es el montante máximo que se puede alcanzar: 21 millones de unidades. Una cantidad que, según Bitcoin, se agotará en el año 2140 a medida que se vayan complicando los algoritmos de los que depende la creación de la moneda. En la actualidad, se calcula que hay once millones de divisas.
El hecho de que ningún Gobierno ni supervisor controle la emisión de la moneda ha levantado el debate sobre la filosofía anarco-liberal de la divisa. «Las raíces teóricas de "bitcoin" se pueden encontrar en la escuela austríaca de Economía», señaló el pasado mes de octubre el Banco Central Europeo (BCE) en un informe que alertaba de los peligros de las monedas virtuales. «No tiene sentido dejar de confiar en un banco central para hacerlo en una empresa», arremete Palau.
Asimismo, las tras*acciones son anónimas, lo que impide cualquier control fiscal. Este último punto ha hecho que la tecnología sea perfecta para la evasión fiscal. «Es la excusa que utilizarán los gobiernos para atacarla. Es una mejor moneda para todos los agentes económicos, incluidos los evasores», critica Rallo. El Financial Crimes Enforcement Network, agencia gubernamental norteamericana, ya ha propuesto regular las tras*acciones de «bitcoins».
«Es una estructura piramidal: según la lógica de que cada vez habrá menos producción los principales ganadores de "bitcoin" son los que ya tienen esta moneda, ya que solo puede revalorizarse en el tiempo. Esto es muy sospechoso, sobre todo al venir de un producto tan opaco», señala Palau, que además recela de que no vaya a haber más de 21 millones de unidades.
Como señalan los expertos, el futuro de la moneda dependerá de su verdadera implantación en la economía, y de que su uso se extienda más allá de especuladores y evasores. A pesar de todos sus defectos el «bitcoin» puede haber creado un precedente. «Es el futuro. Cuando la globalización ha normalizado los pagos internacionales, con "bitcoin" no hay comisiones, es inmediato y no arrastra los problemas las entidades financieras. También Visa dio fallos en sus primeros días. Es una cuestión de desarrollo», afirma Díaz-Giménez. Como fuere, hasta que no se perfeccione la divisa, el riesgo parece estar asegurado.
A golpe de bit
¿Cómo se obtiene un «bitcoin»
Cada unidad de divisa «bitcoin» se genera a medida que una red de ordenadores privados conectados mediante un sistema peer-to-peer (como eMule) resuelven algoritmos matemáticos. A estos usuarios se les llama «mineros» y hay grupos enteros que buscan resolver estos algoritmos. En caso de éxito, después se reparten el dinero en función de la potencia cedida. Además de unirse a un grupo de “mineros” cediendo espacio del ordenador para trabajos algorítmicos, un usuario puede cambiar dinero real por bitcoins. También puede ofrecer servicios o productos a cambio. Una vez que se “mina” un bitcoin, la primera tras*acción que se realiza con esa moneda queda registrada en el bloque con un código identificador (hash). Estos datos criptográficos se almacenan cronológicamente, formando una cadena que contiene el historial de posesión, desde el minero creador hasta el actual dueño.
¿Por qué está teniendo éxito?
Para muchos, el atractivo del «bitcoin» reside en que la producción de la moneda no la controla un supervisor, sino la compleja tecnología en la que se basa y que verifica tras*acciones para que nadie pueda producir moneda de manera ilícita. Asimismo, cada tras*acción está cubierta por el anonimato, lo que hace que la herramienta sea susceptible de ser usada para encubrir el fraude fiscal.
¿Qué problemas conlleva?
El principal portal de cambio, MTGox ya ha avisado de ataques de hackers que están alterando su valor en los últimos días. Karspersky Lab alertó de campañas de bichito para utilizar ordenadores ajenos y fabricar «bitcoins» que van a parar a los bolsillos de los piratas informáticos. Además, al no estar respaldada por banco central ni Gobierno, alguno ofrece escasas garantías en caso de incidente.
¿Cuál es el límite?
A medida que pasa el tiempo, los algortimos en los que trabajan los “mineros” son cada vez más complejos y la cantidad de bitcoins que se generarán se irá reduciendo. La cifra final será de 21 millones de bitcoins y se prevé que se alcanzará en el año 2140.