Pues hace unas semanas me ocurrió la primera experiencia para la que no tengo explicación y, por tanto, imagino que puede considerarse paranormal y que conecta con otras dos que no he vivido yo, pero sí dos personas muy cercanas de total confianza. Os cuento.
La familia de mi novia tiene una casa antigua ubicada en un pueblo al lado del mar en la provincia de Alicante. La casa, que tiene más de 120 años, perteneció a un, vamos a decir, aristócrata de la época. Un tipo vinculado a las artes escénicas, de cierto renombre y consideración en la zona. Un personaje adinerado y socialmente bien posicionado. Bien, posteriormente la casa fue adquirida por su abuelo, y al morir éste (y su mujer, claro), pasó en herencia a su progenitora y su tía, quienes la dividieron por dentro para hacer las particiones correspondientes. La casa está pegada al mar, literalmente, al lado de una cala en una zona espectacular de la costa blanca. En su forma original era una casa enorme por dentro, lo sigue siendo ahora, pero era una suerte de palacete con capilla en su interior, para que os hagáis una idea.
Bien, como decía, hace unas semanas, a principios de febrero, fuimos a pasar el fin de semana después de que estuviese ingresada en el hospital a principios de la misma, ya que le estuvieron haciendo unas pruebas y queríamos desconectar y salir de la ciudad para relajarnos. Esa misma noche que llegamos, mientras estábamos preparando la cena, de repente, detecto un olor a perfume. En un principio es una de esas cosas a las que no le das importancia. Como que tu cerebro tarda en reaccionar, hasta que ves que no tiene nada que ver ni con tu colonia, ni con la de ella, ni con nada de lo que estás haciendo o hay a tu alrededor. Para que se entienda, es como si de repente hubiese empezado a oler a, no sé, formol o césped recién cortado. Algo totalmente fuera de ese contexto concreto. Cuando se lo fui a decir ya me estaba mirando y casi nos lo dijimos al mismo tiempo. Inmediatamente me dice: huele como olía mi abuela y su casa. Era una colonia o perfume muy concreto (me dijo el nombre pero no lo recuerdo, pero es de esos de señora más bien mayor). Yo, que no me lo podía creer, empecé a buscar un origen de ese olor. O sea, no podía ser. No había ningún frasco de ese perfume en ningún sitio, porque nadie lo usa (y la última vez que estuvo su abuela allí la casa ni había sido reformada, claro). Registré el armario donde se guardan las bebidas, por si alguna estuviese filtrando o se hubiese roto y diese la sensación de un olor como de colonia o perfume. Nada. El armario de los productos de limpieza, detergente y suavizante. Nada. El baño más próximo. Nada, absolutamente nada que se le pareciese. No había nada que estuviese emanando ningún olor, y menos ese.
Pero ahora viene lo más mosqueante. Atentos. El olor se 'desplazaba'. Imaginaos estar en un par de metros cuadrados de esa estancia, sin olerlo, que la otra persona te diga desde la otra punta de la estancia que lo está oliendo e inmediatamente olerte a tí y dejar de olerle a ella, para luego desaparecer. Esto es importante entenderlo y visualizarlo: el olor cuando nos daba era como cuando pasa una persona perfumada y deja rastro, que lo hueles apenas unos segundos y se desvanece. Ocurrió varias veces, como la vez que al salir del salón a la cocina, abriendo una puerta, me olió de golpe al atravesar esa puerta, como si estuviese justo ahí, aguardando, desapareciendo apenas unos segundos después. Como si hubiese alguien que estaba ahí y se marchase de ese mismo espacio. Esto me mosqueó especialmente, porque cuando hay algo que filtra, o se rompe un bote con alguna sustancia que huele notablemente, el olor es como si se expandiese, inundando la zona en la que se está desparramando. Pero aquí no. El comportamiento era totalmente distinto. De hecho, dejó de oler (bueno, hasta la madrugada...). Aquí debo aclarar que no había ninguna corriente ni ventana que pueda dar a la calle por la que se hubiese colado el perfume de alguna persona. Pero es que, además, era tarde y en esas fechas, a esas horas, no había ni Dios. En cualquier caso, cuando dejamos de olerlo volví a inspeccionar todo lo que se me ocurrió, incluso en el salón, y nada.
La cuestión es que nos fuimos a dormir, no sin un poco de mosqueo, al menos por mi parte. La habitación está en un piso superior, junto a otras habitaciones y tres cuartos de baño. Allí no olimos nada. Pero a mitad de noche ella bajó al salón porque se despertó y no podía dormir. A la mañana siguiente me dijo que, mientras estaba leyendo en el sofá, le volvió a dar el olor del mismo modo, como de pasada. Esta vez en el salón, no en la cocina, insisto. Esa fue la última vez que el olor hizo acto de presencia. No vimos nada ni sentimos nada. No hubo ninguna sensación de amenaza ni hostilidad. Yo estuve mosqueado en algún momento de la noche, pero por lo inexplicable del asunto.
A la mañana siguiente mi novia me dijo "no quise decirte nada, pero ayer hacía 30 años exactos que murió mi abuela". Me quedé loco, porque no podía creérmelo. Pero así es. Su abuela había fallecido el día 10 de febrero de 1994 (y como anécdota os diré que dos meses después fallecía su tía, que tenía una discapacidad intelectual importante). Ella está convencida de que aquél olor era su abuela. Nunca antes nos había ocurrido esto, ni nos ha vuelto a ocurrir después, aunque como digo, apenas ha pasado un mes y poco (escribo esto a 26 de marzo del mismo año, 2024).
Bien, ahora lo conecto con los otros dos sucesos que os comentaba al inicio (aunque uno es doble), y que han tenido lugar en esa misma casa con bastantes años de diferencia:
- Principios de los 2000. Su padre vio en dos ocasiones distintas, y separadas en el tiempo, a una mujer joven paseando por el salón de la casa de un lado al otro haciendo un gesto de asenteimiento. Una figura femenina traslúcida a altas horas de la noche. Años distintos y periodos distintos del año, pero no identificada con la figura de su suegra, ya fallecida. La dama portaba un sombrero enorme y un vestido largo, hasta los tobillos. Se desplazaba como flotando y no había gesto de caminar.
- Un sobrino suyo, de 17 años, este mismo verano nos confesó haber visto una mujer una noche mientras veía una película, entre un espacio que hay entre la televisión y una chimenea. También la vió con un sombrero grande y un vestido largo. Éste no especificó si la vió flotando o no. Tampoco la identificó con su bisabuela (abuela de mi novia y suegra de su padre, claro).
Ninguno de los dos sabía nada de la experiencia del otro. Cuando nos lo contaron (unos tres meses antes de que nos sucediese a nosotros esta experiencia) fue la primera vez que uno supo de la historia del otro, y fliparon. En estos dos casos ambos especulan con parte de la historia de la casa. Y es que el primer dueño, que fue quien la construyó (el aristócrata bien posicionado vinculado a las artes escénicas) tenía mujer, pero también amante, más joven que su mujer.
De estos dos últimos casos no puedo responder, pero sí que confío plenamente en ambos testimonios. Lo que sí os digo es que lo que mi novia y yo experimentamos fue algo extraño de huevones por el modo en que se manifestó (como la estela de aroma que deja una persona), además de coincidir con dos elementos clave: el olor era del perfume de su abuela, y la efeméride del fallecimiento de esta hacía 30 años exactos. No tengo explicación lógica para el fenómeno, de modo que esos tres elementos puestos en paralelo me llevan a pensar en que, como ella me dijo, era su abuela.
Edito: Quiero recalcar que siempre me he mantenido un tanto cauto con estos temas, y un poco al margen de las conversaciones más airadas al respecto. Es algo absolutamente desconocido para mi, que, además, a veces se mezcla con charlatanería. Me causan respeto y, por tanto, respeto profundamente a quienes han tenido algún tipo de experiencia de este tipo. Trato de mantener los ojos bien abiertos cuando alguien te viene en modo Raticulín vendiéndote humo y contándote fantochadas, pero como digo, mantengo una postura muy respetuosa hacia quienes han vivido cosas inexplicables, sean inofensivas o terroríficas.
Ahora que me veo en la situación, entiendo lo complicado que es explicar algo así a alguien, principalmente porque explicarlo es imposible. Uno sólo puede describir del mejor modo que sepa lo que vivió, sin más.