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¿En que se basa vd para decir que estaba loco?.
¿No lo sabes? No sólo eso sino que también era lgtb, judío, y cenaba bebés de berza arrancados de brazos de sus madres por las SS.
Y no hay que ser una nancy para ello, cualquiera que defienda sus intereses étnicos (excepto si son los intereses étnicos no-blancos) y no quiera ser racialmente sustituido en su propio país, está loco y padece un desorden autoritario
Beria no era judío. Dudo mucho que una progenitora de misa diaria (y que de hecho murió en una iglesia) devota de la Iglesia Georgiana aceptara casarse con un "deicida".Leí en un libro (claro, donde sino en un libro), que los únicos judíos de la vieja guardia que quedaban eran Beria y Kaganovich, pertenecientes al Comité Central.
A Beria se lo acabaron cargando, y a Kaganovich no se sabe muy bien que le pasó.
en Google me sale esto:
Lavrenty Beria; judío, jefe de la NKVD (policía secreta) y de la Industria Pesada soviética, miembro de la Industria Atómica soviética; ejecutado por orden de Malenkov por el mismo motivo que Stalin liquidó a Yagoda.
Joseph Stalin - Metapedia
Claro, que si sigues leyendo, aquí salen muchos más judíos, y eso que la purga fue fina:
Después de las purgas "antisemitas" de Stalin, entre el 75 y el 85% del funcionariado soviético continuaba siendo judío.
En el XV Congreso del Partido comunista de la URSS, por ejemplo, formaron parte, como miembros del Comité Central, además de Stalin, Rykov (judío), Vorochilov (ruso), Kuibychev (judío), Kalinin (judío), Molotov (ruso), Tomski (judío), Bukharin (judío), Uglanov (?), Petrovsky (ruso), Kaganovich (judío), Andreiev (judío), Kirov (ruso), Mikoyan (judío), Kossior (judío), Tchubar (judío). Es decir que, además del zar rojo, de entre los quince jerarcas detentando el poder en Rusia, diez por lo menos eran judíos, cuatro rusos, y uno más, Uglanov, de procedencia desconocida.
Se ha dicho que Stalin colocó a "criaturas" suyas, en el Comité Central, aumentando los efectivos del mismo, que llegó a componerse de 59 personas en 1935. Al mismo tiempo fue liquidando, primero políticamente, después físicamente, a la "vieja guardia bolchevique", Kamenev, Zinoviev, Sokolnikoff, Rykov, Joffé, etc. Todas esas personas eran judías pero las que les sustituyeron lo eran también.
Esigual. Beria era judío. Gano yo!! :Baile::Baile::Baile::Baile:
En sus famosas frases y actitudes alejadas de la realidad y contrarias a los intereses de su nación, cada vez más abundantes a medida que la guerra empezó a tornarse en su contra, y que pueden resumirse en la frase que famosamente se le atribuye: "si Alemania no está a la altura de la misión histórica que le he encomendado, que sea destruida y no derramaré ni una sola lágrima por ella".
Hitler, ese gran patriota que se creía demasiado buen alemán para Alemania y demasiado buen estratega militar para los generales de la Wehrmacht. Un loco, y lo que es peor, un iluso.
Hitler continuó la guerra, en los años en que se adivinaba la derrota, porque Alemania no tenía otra salida. La rendición incondicional que exigían los aliados era una obstáculo. A él no le importaba su vida pero sabía lo que iba a pasar a Alemania después de la derrota y tuvo que luchar porque no tenía otro camino.
Por otra parte el que se realizaran bombardeos terroristas a la población o se asesinase salvajemente como hacían las tropas rusas no creo que fuera un crimen atribuible a Hitler. Creo que el responsable de esos crímenes son de quien los realiza.
En cuanto a su personalidad y sus facultades, después de la derrota en Nuremberg, los acusados dijeros cosas de él como:
Una personalidad poderosa, con una inteligencia y actividad extraordinarias, formación universal, aspecto vigoroso y una fuerza terriblemente sugestiva...
Una memoria prodigiosa...
Una personalidad extraordinaria...
Un ser genial...
A mi me llamaría mucho la atención saber que cientos de personas, o miles, o millones, hablan así de otro.
En cuanto a lo de si fué un buen estratega, creo que eso da para otro hilo.
Hitler continuó la guerra, en los años en que se adivinaba la derrota, porque Alemania no tenía otra salida. La rendición incondicional que exigían los aliados era una obstáculo. A él no le importaba su vida pero sabía lo que iba a pasar a Alemania después de la derrota y tuvo que luchar porque no tenía otro camino.
Beria no era judío. Dudo mucho que una progenitora de misa diaria (y que de hecho murió en una iglesia) devota de la Iglesia Georgiana aceptara casarse con un "deicida".
Pero bueno, si aceptamos Metapedia como fuente válida, ya puestos podemos afirmar que Churchill era judío también.
Sí es cierto que Kaganóvich lo era, de hecho era descendiente de Aarón. Pero Beria no lo era, de hecho fue la "punta de lanza" de los cachorros de Stalin, pocos de los cuales eran judíos, y que sustituyeron a la vieja guardia bolchevique que sí estaba compuesta en gran medida por hebreos.
Lecturas para el sábado
El último crimen del "padre" Stalin
Hace 50 años, el 12 de agosto de 1952, en el sótano de la "Lubianka" –la tristemente célebre sede de los servicios de seguridad bolcheviques– fueron fusilados 13 miembros del llamado Comité antifascista judío. Entre ellos figuraban destacados intelectuales como el poeta Isaak Fefer o el director de teatro, Veniamin Zuskin, el historiador Iosif Yuzefovich o el director del hospital "Botkin" de Moscú, Iosif Shimeliovich. Fueron acusados de "nacionalismo" y "espionaje" a favor de Estados Unidos. El proceso, por supuesto, se celebró a puerta cerrada y sus materiales nunca han sido publicados.
El Comité fue creado en 1942, en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, para recaudar fondos a favor del Ejército Rojo entre los judíos residentes en diferentes países del mundo, especialmente en Estados Unidos. Fue patrocinado por el propio Viacheslav Mólotov, ministro del Exterior y uno de los colaboradores más próximos del "padre". La esposa de Molotov, Polina Zhemchuzhina, mantenía contactos amistosos con Golda Meir, embajadora, a finales de los años 40, del joven estado de Israel en Moscú.
Es curioso, pero la organización judía fue apoyada también por el principal verdugo de Stalin, jefe de sus servicios secretos, Lavrenti Beria. Este último, también de origen judío, apoyó después de terminar la guerra la creación de una república judía en la península de Crimea. La idea pertenecía al Comité y su propósito fue crear una alternativa soviética al Estado de Israel. Luego todos los miembros de este organismo eran muy fieles al régimen y estaban muy lejos de cualquier "nacionalismo" o "espionaje" a favor del "enemigo americano".
No obstante, un día el "padre", en su eterna política de cambiar a los favoritos para que no obtuvieran más poderes de los que les correspondía, decidió distanciarse de Mólotov y de Beria. Stalin tenía un sistema muy sofisticado para hundir a sus colaboradores con el propósito de verificar su lealtad. Así, metió en la guandoca a la mujer de Mólotov. Al mismo tiempo, empezó a detener a quienes actuaban bajo el control de los ex-favoritos para mantener a estos últimos en miedo permanente. De este modo cayeron los miembros del Comité antifascista judío. Su principal perseguidor fue el nuevo ministro de Seguridad Estatal, Víktor Abakumov. A finales de los 40 detuvo a todos los miembros del Comité, y también a un gran número de intelectuales judíos que no tenían ninguna relación con este organismo. Todos fueron proclamados "enemigos del pueblo", "espías" y "nacionalistas".
Pero, esta vez, la máquina de la represión no funcionó con la celeridad acostumbrada en aquella época. Al parecer, Beria, el "genio" de la represión y de todo tipo de complot, que conservaba todavía bastante poderes, no veía bien la campaña puramente antisemita del "padre". Consiguió la detención y el fusilamiento de Abakumov. Mientras tanto, los judíos seguían en la guandoca sin juicio ni condena. No obstante, su destino fue decidido. Y es que el estado marxista-leninista tenía otra vez "hambre", necesitaba sangre fresca.
Por supuesto, esas 13 personas fueron muy pocas para saciar esta sed. Por eso, Stalin preparaba otra campaña de represión: ordenó detener a decenas de médicos de origen judío acusándoles de envenenar a los pacientes para acabar con la nación rusa. La fin del "padre", en marzo de 1953 le impidió acabar a los detenidos. Beria soltó a los médicos.
Algunos analistas dicen que Stalin fue un antisemita. No compartimos esta opinión. Y es que el líder más sangriento del comunismo mundial fue "anti-todos". Lo fue, simplemente, porque le obligaba a ello la misma ideología y la lógica del bolchevismo. Empezó por acabar a sus propios paisanos georgianos a principios de los años 30, luego aniquiló a millones de rusos y terminó asesinando también a los judíos.
Víctor A. Cheretski
© Libertad Digital, agosto 2002
Quedaban dos judíos (Kaganovich y Beria) entre los once miembros del Politburó en ese momento, así como cinco miembros rusos con parientes judíos (Molotov, Malenkov, Khrushchev, Andreyev, Voroshilov), según el historiador Abdurakhman Avtrokhanov.
Una cantidad importante de judíos rusos había participado en forma prominente en la revolución desde el mismo principio. Muchos de ellos, como por ejemplo Trotzky, Zinoviev, Kamenev, Yagoda y Bukharin, terminaron siendo eliminados por Stalin, ya sea en las purgas de los años '30 o en diferentes oportunidades antes y después de esa época. No obstante, incluso después de la guerra, Stalin convivió aparentemente sin mayores problemas con los judíos de su entorno y con personas que, sin pertenecer a esa comunidad, tenían estrechas relaciones con ella. En su círculo más íntimo las relaciones con personas judías no eran nada infrecuentes. Los Kaganovich eran judíos. La mujer de Voroshilov era judía al igual que la de Molotov. La progenitora de Beria era medio judía. La hija de Khrushchev estaba casada con un periodista judío.