El Instituto de Salud Carlos III invita a la monja antivacunas a abrir un congreso de enfermería
2013 noviembre 8
por Luis Alfonso Gámez
Teresa Forcades, la monja antivacunas, dará el miércoles la conferencia inaugural del XVII Encuentro Internacional de Investigación en Cuidados, que, organizado por el Instituto de Salud Carlos III, se celebrará en el palacio de congresos de Lleida hasta el 15 de noviembre. La benedictina y doctora en medicina disertará sobre La banderilla del bichito del papiloma humano ante los 700 asistentes al encuentro; en su mayoría, enfermeros y fisioterapeutas. Forcades ha pedido públicamente que esa inmunización se retire “del calendario de banderillaciones infantiles en España y se depuren responsabilidades a las autoridades sanitarias, a las compañías farmacéuticas y a los médicos que corresponda”, basándose en la mezcla de mentiras y medias verdades a la que nos tiene acostumbrados. De ahí que resulte incomprensible que el ISCIII, “el principal organismo público de investigación (OPI) que financia, gestiona y ejecuta la investigación biomédica en España” -según se lee en su página web-, meta al astuta antivacunas en el gallinero de la salud pública.
“Va a hablar acerca de cómo se toman las decisiones políticas en el ámbito sanitario y, en concreto, sobre la banderilla del papiloma humano”, me ha adelantado Teresa Moreno, de la Unidad de Investigación en Cuidados de Salud del ISCIII y presidenta del comité organizador del encuentro. La invitación a la religiosa ha sido una iniciativa conjunta del ISCIII, la Universidad de Lleida y la organización colegial de enfermería de Lleida. “Es una experta en salud”, argumenta Moreno, quien añade que el congreso es “un foro de debate” y reconoce, al ser preguntada sobre si han pedido la opinión de expertos en banderillas, que varias sociedades científicas se han quejado ante el ISCIII por la participación de Forcades en el encuentro.
Según he podido confirmar, el Comité de banderillas de la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de Vacunología y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene han enviado una carta de queja conjunta tanto al ISCIII como a la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Las tres sociedades científicas muestran en la misiva su sorpresa y preocupación porque la intervención de Forcades tras*forme la tribuna de oradores del XVII Encuentro Internacional de Investigación en Cuidados en un púlpito antivacunas y critican que se le ofrezca a un altavoz preferencial sin que paralelamente pueda oírse las opinión de quienes se basan en la evidencia científica. Aún así, en la Unidad de Investigación en Cuidados de Salud del ISCIII, sostienen que la conferencia de la religiosa se mantiene en el programa. ¿Pero qué dice la monja sobre la banderilla del papiloma humano?
En su alegato contra la banderilla del VPH, Forcades esgrime como pruebas de su peligrosidad la fin de una niña de 13 años en Gijón em septiembre de 201 por una crisis asmática tras recibir la segunda dosis y que Merck, la compañía farmacéutica que fabrica Gardasil -una de las dos banderillas comercializadas contra el papilomavirus-, “fue condenada por un tribunal penal de Estados Unidos por el hecho de haber escondido información de vital importancia en relación a la seguridad de su medicamento anti-inflamatorioVioxx”, que “causó infarto de miocardio o embolia cerebral a más de 30.000 personas antes de que finalmente fuera retirado del mercado”. Además, cuestiona su eficacia -”hoy no se puede saber si las banderillas del VPH son capaces de prevenir el cáncer de cuello de útero”- y seguridad -”las banderillas del VPH son responsables del 60% de los efectos secundarios serios causados por elconjunto de todas las banderillas”-, y saca a colación un estudio según el cual dos adolescentes sanas habrián muerto tras recibir la segunda dosis por “una vasculitis cerebral autoinmune causada por el adyuvante de aluminio de la banderilla”. Este último trabajo lo publicaron Lucija Tomljenovic y Christopher A. Shaw, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), en la revista Pharmaceutical Regulatory Affairs: Open Access el año pasado.
Falsedades y medias verdades
El con poca gracia caso de la niña asturiana está todavía bajo investigación, por lo que no puede afirmarse la banderilla del VPH fuera la causante de la crisis de asma -Forcades lleva diciéndolo un año-, y que Merck haya sido condenada por haber ocultado información de otro medicamento no quiere decir que lo haya hecho en el caso de Gardasil. Además, el estudio sobre la fin de las dos adolescentes por vasculitis cerebral autoinmune ha sido desautorizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU. “Después de una revisión minuciosa y discusión del artículo de Tomljenovic, el grupo de trabajo de Evaluación de Seguridad de la Inmunización Clínica de los CDC ha identificado problemas metodológicos importantes y la falta de pruebas para apoyar las conclusiones de los autores de que las dos pacientes sufrieron vasculitis, de que había partículas de la banderillas cuadrivalente en el tejido cerebral y de que la banderilla del VPH esté causalmente asociada con la fin por vasculitis cerebral”, dice el informe oficial.
En contra de los riesgos -hasta mortales- sobre los que alerta la benedictina, en enero 2011 un metaanálisis de siete ensayos clínicos en los que participaron 44.142 mujeres concluyó que la banderilla del VPH no sólo es efectiva, sino también segura, y que la población inmunizada no afronta mayores riesgos que la no protegida. Los CDC destacan que las banderillas bivalente (Cervarix) y cuadrivalente (Gardasil) “se experimentaron en miles de personas en todo el mundo y estos estudios no generaron preocupaciones de seguridad graves. Los efectos secundarios reportados en estos estudios fueron leves, como dolor en el lugar donde se administró la inyección, fiebre, mareos y náuseas. La seguridad de dichas banderillas sigue siendo observada por los CDC y la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA). Más de 46 millones de dosis de la banderilla contra el VPH se distribuyeron en EE UU hasta junio del 2012″.
En España, un informe de nueve sociedades científicas establecía en 2011 que “banderillar frente al bichito del papiloma humano es una acción preventiva oncológica prioritaria” y que “alcanzar altas coberturas en la aplicación de esta banderilla es un objetivo primordial, en especial en niñas entre 9 y 14 años”. Suscribían el documento la Asociación Española de Coloproctología, la Asociación de Microbiología y Salud, la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de Urología, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, la Sociedad Española de Oncología Médica y la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvicofacial. “banderillación y cribado rediseñado aplicados conjuntamente con altas coberturas constituyen una estrategia altamente efectiva y eficiente para la prevención del cáncer de cuello de útero”, advertían esas entidades. Y es que cada año se diagnostican, sólo en nuestro país, 2.100 nuevos casos de cáncer de cuello de útero y mueren de ese mal unas 700 mujeres.
La reina de la ‘conspiranoia’ nacional
Desde que en otoño de 2009 colgó en la Red su vídeo Campanas contra la gripe A, en el cual alertaba del riesgo de banderillarse contra la enfermedad y alimentaba la idea de que quienes, según ella, dominan el mundo podían llegar a provocar una esa época en el 2020 de la que yo le hablo para acabar con la mitad de la población, Teresa Forcades se ha convertido en un referente de la conspiranoia nacional. En aquel vídeo, mentía cuando decía que Organización Mundial de la Salud (OMS) había modificado la definición de esa época en el 2020 de la que yo le hablo para que encajara con las características de la gripe A y también cuando presentaba como prueba del peligro de las banderillas la contaminación de unas muestras que mataron varios hurones. Es cierto que una compañía farmacéutica mandó por error a algunos laboratorios muestras de banderilla contaminadas, pero el fallo se produjo en la fase de experimentación con animales y fue detectado. Sin embargo, Forcades no sólo lanza en su vídeo la idea de que iban a administrarse a la población unas banderillas contaminadas, algo completamente falso, sino también que podían haber sido alteradas intencionadamente: “Con los datos que tenemos, es más probable pensar que aquí haya una mala intención que no pensar que haya habido unas causalidades casi imposibles”.
Poco después, la monja fue la estrella del II Congreso Ciencia y Espíritu, organizado por Miguel Celades, un tipo convencido de que los seres humanos fuimos creados mediante ingeniería genética por alienígenas, y compartió escenario con negacionistas del sida, exopolíticos, defensores de que el 11-S fue un autoatentado de Estados Unidos, creyentes en la Tierra hueca, propagandistas de la contaminación electromagnética, los chemtrails, las casas piramidales con efectos terapéuticos, el alma grupal y otras chaladuras. En febrero de 2012, decía en el diario Ara: “La homeopatía y las medicinas alternativas han sido un descubrimiento para mí desde que estoy en el monasterio. La medicina convencional es muy decepcionante para las enfermedades crónicas. Además, ahora soy acupuntora”. Hace un año, Gaspar LLamazares, diputado de Izquierda Unida (IU) en el Congreso, pidió al Gobierno central la retirada de la banderilla contra el VPH, basándose en argumentos parecidos a los de Forcades y diciendo que “el conjunto de la opinión científica es contraria a esta banderilla”, lo que no es cierto, tal como hemos visto. Y, en julio pasado, Alberto Garzón, también diputado de IU, se reunió con la religiosa para hablar del problema catalán. “Saliendo de Monserrat, tras tener una interesante conversación con Teresa Forcades sobre procesos constituyentes y actualidad política”, escribía el político de izquierdas en Twitter y Facebook el 6 de julio.
Que el ISCIII -”el principal organismo público de investigación (OPI) que financia, gestiona y ejecuta la investigación biomédica en España”, recordemos- invite a la monja antivacunas a abrir un congreso internacional de enfermeros y fisioterapeutas para que haga publicidad de sus estrafalarias y peligrosas ideas sobre una banderilla de efectividad comprobada y la presente como un peligro para la población es algo para lo que me cuesta encontrar una explicación. ¿Qué será lo próximo tras fomentar la antivacunación entre los profesonales de la enfermería, invitar a Rafapal a que hable de la macroestafa del sida?