Lanzalosdados
Madmaxista
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Dice que es la auténtica saluc, que ya no vuelve a dar palo al agua. Esta lo ha visto claro, que reme otro.
En una cabaña de piedra, con 150 euros al mes y entre animales. Así vive Beatriz Montañez desde hace cinco años. La periodista decidió abandonar su trabajo en televisión para reconectar consigo misma. Se sentía "perdidísima", pero la vida en el bosque le ha permitido disfrutar y aprender de la soledad. Así lo ha contado este miércoles en una entrevista en el programa Hoy por hoy, en Cadena SER.
Tras años de silencio, la guionista ha reaparecido para hablar con la presentadora Àngels Barceló sobre Niadela, el libro en el que recoge la experiencia de vivir en medio de la naturaleza. Ha comenzado hablando de ello entre lágrimas, pues este periodo de aislamiento le ha permitido ser "muchísimo más sensible" y "receptiva" con lo que le rodea. "He recogido trozos de mí que había tirado a la sarama para recomponerme de nuevo", ha admitido.
La escritora tomó la decisión de aislarse cuando, durante una excursión con amigos, encontró una casa en ruinas que llevaba quince años abandonada en el bosque. Por aquel entonces no atravesaba un buen momento: "Ninguna de las opciones me sirve salvo la soledad, que es el camino opuesto a lo que yo quería tomar. Había mucho ruido en mi vida y eso me provocaba mucha inestabilidad. Necesitaba silencio. Quería parar y conocerme más".
"Estaba perdidísima cuando dejé la televisión. Cuando no tienes un camino concreto y ves decenas de bifurcaciones es muy complicado tomar decisiones", ha reconocido. Y, por ello, decidió cambiar el rumbo de su vida: se marchó a aquella cabaña pese a que no había electricidad ni agua caliente. Cuando llegó, estaba habitada por ovejas y tenía una enorme tela de araña, pero consiguió convertirla en un lugar habitable donde poder descansar y dedicarse a escribir.
De esta manera, Montañez instaló un equipo fotovoltaico, recurrió al agua de un pozo cercano y reservó 150 euros al mes para vivir "en un entorno muy austero": "El primer año que viví allí decidí hacerme vegana porque me parecía que era incoherente estar en mi familia rodeada de animales y luego comérmelos. Como legumbres, semillas, verduras frescas y raíces, como María Teresa de Calcuta".
Desde entonces, la periodista solo abandona su encierro una vez cada 25 días, y pretende prolongar su estancia en este lugar: "Cada cinco o seis meses salgo de ahí, pero para mí es suficiente; voy a Madrid, al teatro, al cine, veo a mis amigos y les abrazo, porque el contacto con otra piel es lo que más echo de menos".
"La felicidad es simplicidad, simplicidad, simplicidad". Estas son las palabras que subraya Montañez en su libro, en cuyas páginas habla de la importancia de "detener tu movimiento, separándote del grupo o de la tribu, aguzando la vista y el oído".
La impactante nueva vida de Beatriz Montañez: aislada en una cabaña en el bosque y con 150 euros al mes desde hace cinco años
En una cabaña de piedra, con 150 euros al mes y entre animales. Así vive Beatriz Montañez desde hace cinco años. La periodista decidió abandonar su trabajo en televisión para reconectar consigo misma. Se sentía "perdidísima", pero la vida en el bosque le ha permitido disfrutar y aprender de la soledad. Así lo ha contado este miércoles en una entrevista en el programa Hoy por hoy, en Cadena SER.
Tras años de silencio, la guionista ha reaparecido para hablar con la presentadora Àngels Barceló sobre Niadela, el libro en el que recoge la experiencia de vivir en medio de la naturaleza. Ha comenzado hablando de ello entre lágrimas, pues este periodo de aislamiento le ha permitido ser "muchísimo más sensible" y "receptiva" con lo que le rodea. "He recogido trozos de mí que había tirado a la sarama para recomponerme de nuevo", ha admitido.
La escritora tomó la decisión de aislarse cuando, durante una excursión con amigos, encontró una casa en ruinas que llevaba quince años abandonada en el bosque. Por aquel entonces no atravesaba un buen momento: "Ninguna de las opciones me sirve salvo la soledad, que es el camino opuesto a lo que yo quería tomar. Había mucho ruido en mi vida y eso me provocaba mucha inestabilidad. Necesitaba silencio. Quería parar y conocerme más".
"Estaba perdidísima cuando dejé la televisión. Cuando no tienes un camino concreto y ves decenas de bifurcaciones es muy complicado tomar decisiones", ha reconocido. Y, por ello, decidió cambiar el rumbo de su vida: se marchó a aquella cabaña pese a que no había electricidad ni agua caliente. Cuando llegó, estaba habitada por ovejas y tenía una enorme tela de araña, pero consiguió convertirla en un lugar habitable donde poder descansar y dedicarse a escribir.
De esta manera, Montañez instaló un equipo fotovoltaico, recurrió al agua de un pozo cercano y reservó 150 euros al mes para vivir "en un entorno muy austero": "El primer año que viví allí decidí hacerme vegana porque me parecía que era incoherente estar en mi familia rodeada de animales y luego comérmelos. Como legumbres, semillas, verduras frescas y raíces, como María Teresa de Calcuta".
Desde entonces, la periodista solo abandona su encierro una vez cada 25 días, y pretende prolongar su estancia en este lugar: "Cada cinco o seis meses salgo de ahí, pero para mí es suficiente; voy a Madrid, al teatro, al cine, veo a mis amigos y les abrazo, porque el contacto con otra piel es lo que más echo de menos".
"La felicidad es simplicidad, simplicidad, simplicidad". Estas son las palabras que subraya Montañez en su libro, en cuyas páginas habla de la importancia de "detener tu movimiento, separándote del grupo o de la tribu, aguzando la vista y el oído".
La impactante nueva vida de Beatriz Montañez: aislada en una cabaña en el bosque y con 150 euros al mes desde hace cinco años