Es curioso que el ser humano moderno se haya desconectado tanto de la violencia, algo que ha sido siempre natural tanto en el reino animal como en la antigüedad, durante eones. El uso de la fuerza es algo tan instintivo como lo puede ser reproducirse o alimentarse, de hecho cualquier animal tiene que apiolar a otros seres vivos para comer, sean otros animales o vegetales, que al fin y al cabo también son seres vivos. Al final el concepto metafísico es el mismo, estas arrebatando una vida para mantener la tuya.
Lo besugo es lo que tenemos ahora, donde hemos subrogado, que no eliminado, el uso de la violencia. La hemos delegado a las autoridades. Creemos que vivimos en una era pacífica y civilizada pero la realidad es que cuerpos policiales, ejércitos etc están autorizados al empleo de la fuerza con toda la contundencia que haga falta para resolver una situación, a escala masiva si es necesario. Todas las leyes, código penal, títulos de propiedad, fronteras, etc no serían más que un constructo social, una abstracción intelectual, si no existiese en última instancia la posibilidad de usar fuerza letal. Tu casa no es tuya porque lo ponga en un papel sino porque se supone que si es okupada o asaltada, el estado debería utilizar la violencia para restablecer el equilibrio. Cuando eso no sucede, pasa lo que todos sabemos.
El civil debe contentarse con actividades sustitutorias, como películas de acción, videojuegos violentos, deportes de contacto, artes marciales, simulacros de guerra tipo airsoft, etc. Es curioso que mientras se nos educa en el pacifismo y la no violencia, el mundo del entretenimiento nos proporciona abundantes opciones para liberar estos instintos de forma civilizada.
Pero ese fuego, aunque dormido, permanece grabado en nuestros genes. Cientos de miles de años de supervivencia partiendo cráneos a garrotazos. Cuando estés en una situación de vida o fin, toda esa herencia ancestral se manifiestará en milisegundos, puenteando la parte racional, entrando en piloto automático y haciendo lo que sea necesario para sobrevivir.