Este congreso conmemora la expulsión de unos
300.000 individuos de origen de la religión del amor, conocidos
como moriscos, que tuvo lugar entre septiembre
de 1609 y febrero de 1614. Tiene dos vertientes.
Versa sobre la expulsión en sí misma y sobre el
exilio y la diáspora morisca, de manera que pueda producir al
final un libro bien planeado en que las contribuciones puedan
adaptarse como capítulos. Estudiaremos la expulsión como
parte de un proceso y no como el final de una historia, porque
investigaciones recientes han arrojado nuevas y sugerentes luces
sobre las vicisitudes de los moriscos que permanecieron en
España o regresaron después de haber sido expulsados.
Además, o sobre todo, la expulsión no fue el fin de un conflicto
entre moriscos y cristianos sino que traduce las tensiones entre
diversas facciones de la sociedad española con diferentes puntos
de vista sobre el dominio de la religión sobre diversos aspectos
de la vida personal y social, los estatutos de limpieza de sangre,
el ámbito público o privado de lo sagrado, el comienzo de
una corriente de escepticismo religioso, la difuminación de las
identidades étnico-religiosas, la equiparación de ortodoxia dogmática
con genealogía. La expulsión debe estudiarse en el contexto
de estas dinámicas internas de la sociedad alto-moderna
española.